Sigo moviendo las caderas con rapidez, presionando los hombros de mi esposo entre mis dedos con toda mi fuerza, apoyándome sobre su cuerpo para tomar el impulso suficiente como para poder seguirme moviendo sobre su gran erección y alcanzar el orgasmo.—Que rico se siente amor… Tan apretado… —susurra Aaron, poniendo sus manos en mis caderas, para luego llevar sus labios a mi pecho y comenzar a estimular uno de mis pezones.No se por qué, pero escucharlo decirme que se siente bien con las cosas que hago y oírlo gemir o tener la voz agitada por la excitación, es algo que me prende tanto que casi tengo un orgasmo, teniendo que moverme más rápido aun para poder alcanzarlo y sentirme bien.No se por cuánto tiempo hemos estado haciendo esto, yo creo que tal vez lo hemos estado haciendo por casi todo el viaje a Estados unidos, lo cual son bastantes horas. Lo hicimos casi por todo el avión privado de Aaron, en el baño, en los asientos, incluso en un momento en medio del pasillo.Me da mucha pe
Pronto descubrí que la familia Conrrad es… Bastante más rara de lo que había creído a un inicio.Los hermanos de mi esposo, llamados “Conrrad”, aunque aun no entiendo por qué no tienen el mismo apellido “Novikov”, son personas peculiares. El mayor William Conrrad es el dueño de una empresa que ahora maneja en compañía de mi esposo y su hermano menor, el cual está casado con una mujer llamada Summer, la cual tiene dos pequeños hijos que son de William y está embarazada de un tercero.Mientras que el hermano menor y más joven de mi esposo, se llama Adrian Conrrad y es un caso perdido, acabando de graduarse como abogado y viviendo una vida “alocada” por primera vez desde que nació, siendo el menos serio de los 3 hermanos.—Sí, sé que es bastante confuso —me dijo Summer la primera vez que llegué al lugar, observando sorprendía como mi esposo discutía con su hermano menor y a la vez era reprendido por su hermano mayor—, pero te acostumbras.—¿Siempre pelean de la misma forma? —pregunto en
Siempre creí que mi vida había sido extremadamente desafortunada, ya que creí apartada de todos encerrada en la casa familiar, siendo ignorada por mi padre y sin la presencia de mi madre, siempre sola y apartada. Antes pensaba que nadie en el mundo podría haber sufrido más que yo… Hasta que conocí a Aaron.—¿Sophie estas bien? —preguntó Summer junto a mí.—Sí, sí, todo bien —respondo saliendo de mis pensamientos, volviendo a tomar el cuchillo para seguir pelando un par de frutas.—¿Estás segura? Has estado muy dispersa…—Sí, todo está en orden.Es extraño, no creo poder acostumbrarme jamás a este tipo de “normalidad”, cortar frutas en medio de la tarde, con los niños jugando en el jardín, y Aaron junto a su hermano hablando de negocios mientras asaban carne para la cena.¿Esto es tener una vida normal? ¿Una familia normal? Se siente tan agradable que da algo de… Miedo.Enfoco mi vista en Aaron, vestida con ropa común y suelta, hablando con su hermano en ruso mientras lo ayuda con la c
Tras un viaje relativamente largo, bajamos del avión privado de William Conrrad, encontrándonos con el paradisiaco paisaje de esa hermosa isla y resort al cual acabamos de llegar.—Tía Sophie, hay que apurarnos, vamos al parque de atracciones —dice Lily emocionada, tomándome de la mano y tirando de mí para fuera del avión.—Tómalo con calma Lily, tu tía está cansada —la reprendió Summer, la cual venía detrás de mí.—Descuida, está todo bien, además yo le prometí a la pequeña Lily que la acompañaría al parque de atracciones, ¿No es verdad? —respondo de forma tranquilizadora.De todos los miembros de la familia Conrrad, creo que soy la más unida a la pequeña Lily, una preciosa niña con la cual tuve una conexión instantánea desde el primer momento que la conocí.Tomando a la pequeña de la mano, las dos bajamos juntas del avión, dejando que William y Aaron se encargaran de las maletas, mientras Summer hablaba con el personal del hotel para coordinar todo el asunto de las habitaciones y ot
El ruido de la música es ensordecedor, puedo sentir como el piso y las paredes incluso vibran por lo fuerte que es el sonido, pero no me molesta, en realidad me lo estoy pasando en grande.—Sophie, ven, tomemos una foto —dice Summer en un grito para que pueda escucharla, tomándome de la mano para acercarme a ella.Sonriendo con verdadera felicidad, veo como mi cuñada levanta su teléfono móvil y toma una foto de nosotras, agitadas, pero a la vez muy contentas, sin dejar de bailar y disfrutar al ritmo de la música.Cuando los niños se durmieron y los dejamos a cargo de una confiable empleada del resort, todos los adultos nos dirigimos a la parte inferior del hotel, donde como cada noche hay una fiesta temática diferente. Siendo una fiesta “retro de los 80” la temática de esta fiesta, con muchos colores y luces, además de música movida de un gran ritmo.Siempre me había imaginado a mi misma en una fiesta de este estilo, solía gustarme pensar que cuando fuera mayor de edad y asistiera a l
Otra vez estoy aquí, caminando silenciosamente por las calles de Nueva York mientras arrastro mi pequeña maleta rosa y sujeto la mano de mi pequeña hija, esperando que mi teléfono suene para regresar a casa.Mi novio volvió a echarme de su departamento por una pelea, y como no tengo ningún otro lugar a donde ir, solo debo callarme y esperar que me perdone para poder regresar, lo cual a veces termina siendo algo problemático, porque Nathan suele enfadarse por varios días antes de llamarme y permitirme volver, y yo tengo que dormir en las calles junto a mi bebé.Mis amigos siempre me dicen: ¿Summer, porque aguantas a ese idiota? Y yo siempre respondo lo mismo: No tengo otra opción.El peor enemigo que he tenido toda mi vida es la pobreza, soy hija de una familia problemática, y el dinero siempre faltó en casa. Viniendo de un ambiente tan terrible, era obvio que yo iba a terminar mal, así que cuando aún estaba en la preparatoria y tenía 16 años, me embaracé de un tipo que no vale la pena
Recibiendo las disculpas y agradecimientos de todos los hombres vestidos con traje, camino hasta uno de los coches negros que estaban parados en medio de la calle, dejando que ellos me ayuden a subir y carguen mi maleta por mí. Subo en el coche aun con David en mis brazos, y con mi hija sentada a mi lado, mirando todo con una expresión confusa.—Mama te extrañé… —susurra el pequeño David aun entre sollozos, sin dejar de abrazarme.—Lo siento mucho David, pero no volveré a dejarte. Ahora se un buen niño y déjame ayudarte a soplarte la nariz.Tomando un pañuelo de papel de uno de mis bolsillos, me separo un poco del pequeño para ayudarlo a soplarse la nariz y limpiar algunas lágrimas de sus mejillas, mientras el coche arrancaba nuevamente y avanzaba por las calles de la ciudad.—Gracias mamá —dice David después de que lo ayudara, regresando a apoyarse en mi pecho.—Eres muy lindo David —respondo yo con una sonrisa, revolviendo su corto y claro cabello castaño al acariciar su cabeza.Si
De esa forma pasa la tarde y llega la noche. David se cansa de jugar, así que lo llevo a su habitación para que tome una siesta antes de la cena, aunque él no luce tan convencido de soltarme.—Vamos David, tienes que dormir un poco —le pido intentando que suelte mi cuello para acostarlo en la cama.—No quiero… Duerme aquí.—Vendré en un minuto, tengo que hablar con tu papá un instante.—No…—¿No confías en mamá? Volveré antes de que te des cuenta.—¿Prometes que estarás aquí cuando despierte? —me pregunta David con inocencia.Es doloroso mentirle a un niño pequeño, especialmente uno como David, que necesita tanto una madre. Pero no tengo opción, tengo que dejarlo.—Sí, lo prometo —le miento por última vez, besando suavemente su frente.David suelta mi cuello, y yo lo acuesto bien en su cama, cubriéndolo con sus frazadas antes de ponerme de pie. Rodeando la cama hacia el otro lado, me acerco a mi pequeña hija, la cual luciendo muy somnolienta ya se ha acomodado en la cama de David, más