Me cuesta un poco incorporarme, pero al ver a Fred gritando de dolor y alejándose de mi al ser alcanzado por la bala de la pistola de mi padre, me arrastro por el suelo, alejándome lo más que puedo del demente de Fred.Me siento aterrada, es la primera vez en toda mi vida que alguien estuvo realmente cerca de matarme, en serio… Casi muero.Así que sintiéndome cada vez más asustada, me cubro los oídos con las manos y me apoyo contra una de las paredes del pasillo, solamente pudiendo temblar, y mirando lo que ocurría a mi alrededor.—Sophie, cariño, ¿Te encuentras bien? —preguntó mi padre asustado, acercándose a mi prácticamente corriendo.Comprendo su preocupación, ya que yo sé que mi aspecto ahora mismo no es el mejor sin lugar a dudas. Pero aun cuando él se pone frente a mí de rodillas, y suavemente acaricia mi rostro, no puedo reaccionar, aun temblando y sintiendo dolor.—Sophie… —mi preocupado padre vuelve a llamar mi nombre, acariciando suavemente mi rostro con sus dedos.Creo que
Camino dentro del hotel tras mi emotiva pero linda despedida con mi padre, corriendo a los brazos de Aaron, el cual me había estado esperando con una sonrisa en el lobby.—¿Todo bien? —pregunta él con una sonrisa.—Perfectamente bien —respondo sintiéndome emocionada.Aaron obviamente estaba preocupado por el asunto de mi padre y todo lo que pasó en la mansión. Pero siendo sincera, más allá del susto inicial, yo estoy perfectamente bien. Ahora soy yo la que está preocupada por Aaron, ya que mi esposo recibió varios golpes y heridas peligrosas en todo su cuerpo, por lo que no puedo evitar angustiarme por su estado, solo quiero que Aaron esté a salvo…Sosteniéndome fuertemente de uno de sus brazos, caminamos juntos hacia uno de los ascensores del hotel, el cual nos lleva hasta la suite más grande del lugar, que me deja maravillada por su magnificencia.En el pasado yo nunca pude quedarme en un hotel. Si bien hice varios viajes en compañía de mi padre, solíamos quedarnos en residencias de
Otra vez estoy aquí, caminando silenciosamente por las calles de Nueva York mientras arrastro mi pequeña maleta rosa y sujeto la mano de mi pequeña hija, esperando que mi teléfono suene para regresar a casa.Mi novio volvió a echarme de su departamento por una pelea, y como no tengo ningún otro lugar a donde ir, solo debo callarme y esperar que me perdone para poder regresar, lo cual a veces termina siendo algo problemático, porque Nathan suele enfadarse por varios días antes de llamarme y permitirme volver, y yo tengo que dormir en las calles junto a mi bebé.Mis amigos siempre me dicen: ¿Summer, porque aguantas a ese idiota? Y yo siempre respondo lo mismo: No tengo otra opción.El peor enemigo que he tenido toda mi vida es la pobreza, soy hija de una familia problemática, y el dinero siempre faltó en casa. Viniendo de un ambiente tan terrible, era obvio que yo iba a terminar mal, así que cuando aún estaba en la preparatoria y tenía 16 años, me embaracé de un tipo que no vale la pena
Recibiendo las disculpas y agradecimientos de todos los hombres vestidos con traje, camino hasta uno de los coches negros que estaban parados en medio de la calle, dejando que ellos me ayuden a subir y carguen mi maleta por mí. Subo en el coche aun con David en mis brazos, y con mi hija sentada a mi lado, mirando todo con una expresión confusa.—Mama te extrañé… —susurra el pequeño David aun entre sollozos, sin dejar de abrazarme.—Lo siento mucho David, pero no volveré a dejarte. Ahora se un buen niño y déjame ayudarte a soplarte la nariz.Tomando un pañuelo de papel de uno de mis bolsillos, me separo un poco del pequeño para ayudarlo a soplarse la nariz y limpiar algunas lágrimas de sus mejillas, mientras el coche arrancaba nuevamente y avanzaba por las calles de la ciudad.—Gracias mamá —dice David después de que lo ayudara, regresando a apoyarse en mi pecho.—Eres muy lindo David —respondo yo con una sonrisa, revolviendo su corto y claro cabello castaño al acariciar su cabeza.Si
De esa forma pasa la tarde y llega la noche. David se cansa de jugar, así que lo llevo a su habitación para que tome una siesta antes de la cena, aunque él no luce tan convencido de soltarme.—Vamos David, tienes que dormir un poco —le pido intentando que suelte mi cuello para acostarlo en la cama.—No quiero… Duerme aquí.—Vendré en un minuto, tengo que hablar con tu papá un instante.—No…—¿No confías en mamá? Volveré antes de que te des cuenta.—¿Prometes que estarás aquí cuando despierte? —me pregunta David con inocencia.Es doloroso mentirle a un niño pequeño, especialmente uno como David, que necesita tanto una madre. Pero no tengo opción, tengo que dejarlo.—Sí, lo prometo —le miento por última vez, besando suavemente su frente.David suelta mi cuello, y yo lo acuesto bien en su cama, cubriéndolo con sus frazadas antes de ponerme de pie. Rodeando la cama hacia el otro lado, me acerco a mi pequeña hija, la cual luciendo muy somnolienta ya se ha acomodado en la cama de David, más
Casi un mes pasó desde que me volví la madre sustituta del pequeño David.Como suponía, Nathan me llamó y después de discutir un rato, regresé con él a su departamento. No le dije de que se trataba mi nuevo empleo, no creía que pudiera comprenderlo, y prefería evitarme problemas con él, así que por ahora mantenía todo como un secreto.—Te levantas muy temprano para ir al trabajo —Nathan se queja abrazándome por la espalda en el baño.—Sí, este nuevo trabajo es importante.Tengo que llegar al departamento del señor Conrrad antes de que el pequeño David despierte, así que debo salir muy temprano para que Roy me recoja del aeropuerto. Sí, es complicado, pero para mantener el secreto de mi empleo, mentí diciendo que vivía cerca del aeropuerto, y me encuentro ahí con Roy cada mañana para que lleve al Pent-house de la familia Conrrad.—Te has vuelto toda una mujer de negocios, ¿Debería sentirme celoso?—No seas tonto —con una risa algo incomoda, escapo de sus brazos, lista para irme.Sé que
Mi relación con el señor Conrrad se ha vuelto un poco… Extraña los últimos días.Desde que lo besé en el desayuno la anterior mañana, él y yo somos constantemente vigilados por los niños, quienes aparentemente esperan sin cesar que los dos nos besamos o hagamos cosas de “esposos.”Esto me avergüenza mucho, pero no puedo evitar acercarme a mi jefe para besarlo o tomar su mano cuando los niños nos observan, se que es incomodo para él, aunque no me lo dice, así que los dos intentamos continuar con la mentira de la mejor forma que podemos.Sin embargo últimamente se ha vuelto un poco… Extraño…El señor Conrrad llega del trabajo, y como cualquier “esposa amorosa”, yo me acerco a él en la entrada del apartamento, y sin ninguna advertencia lo abrazo por los hombros y le doy un beso en los labios, mientras que desde la sala siento los ojos de los niños observándonos fijamente.Usualmente el señor Conrrad actúa con vergüenza, besándome de esa forma por un par de segundos, antes de apartarme y
Hoy va a ser un día largo… —Vamos Dave, no llores, tus amigos de la escuela se darán cuenta —le pido al pequeño, limpiando sus mejillas con cuidado—, mira a Lily, ella no está llorando. —Lily no sabe que día es hoy… —se queja David, sin poder dejar de llorar. —Claro que lo sabe, por eso esta tan feliz, vino a apoyar a su querido hermano menor… Dándome cuenta de que David no dejara de llorar, lo levanto en mis brazos y lo estrecho contra mi pecho, dándole suaves palmadas en la espalda, tratando así de calmarlo y poder entrar en su escuela. Hoy era el día importante de David, su presentación antes de las vacaciones de verano en la guardería, algo importante para él ya que iba a tener una presentación especial de obras de “arte” con su grupo de la escuela. Desafortunadamente el vuelo del señor Conrrad se había atrasado, justo esa semana y debido a las vacaciones, mi jefe tuvo que volar por una semana otro país, pero tenía planeado llegar justo a tiempo para el día importante d