Agotada, caigo rendida sobre esa pequeña manta en la que estábamos acostados, mientras fuertes jadeos comienzan a escapar de mis labios.—Eres hermosa… —dice Aaron, llevando sus dedos a mis mejillas para acariciarme con suavidad.—Solo estas intentando… Seducirme para hacerlo otra vez —lo acuso, adivinando sus “oscuras” intenciones.No se por cuánto tiempo hemos estado en este jardín botánico, rodeados de las plantas y en esa manta para ese día de campo que nunca cumplimos, estuvimos tanto tiempo aquí que ni siquiera hemos tocado la comida desde que llegamos, es ridículo en cierto punto.Pero no me quejo, desde que llegamos no hemos dejado de hacerlo, por horas y apenas descansando unos minutos, Aaron y yo no hemos dejado de hacer el amor. Aaron es como una especie de bestia insaciable, el cual no puede estar lejos de mí, y aun descansando se la pasa tocando mis lugares sensibles como mis pechos o mi sexo, siempre excitado y deseando más.Y hasta hace un momento yo le seguía el juego,
Con mi corazón latiendo de forma desesperada por el miedo, a duras penas consigo ponerme de pie, caminando a trompicones hacia la salida de ese hermoso lugar.Debido a que estamos desnudos y descalzos, la hierba bajo mis pies me lastima, pero no tengo oportunidad de quejarme, solamente pudiendo mantenerme agachada al lado de Aaron, esperando a que vuelvan a atacarnos el grupo de misteriosas personas a nuestro alrededor que por algún motivo han venido a cazarnos.—Tranquila, controla tu respiración —me pide Aaron en un susurro—, esto está a punto de terminar.Quisiera confiar en él, pero me siento tan desprotegida y asustada que no puedo hacerlo, solo puedo sentir temor de que en cualquier momento esas personas consigan su cometido y acaben con nosotros.Caminando agachados por todo el lugar, veo como Aaron logra tomar un poco de nuestra ropa y entregármela, mientras que con su otra mano sostiene firmemente su pistola, apuntando a todos lados y atento a cualquier ataque.Avanzando a su
Nunca me interesaron las cosas que, hacia mi padre, cuando era más joven vivía encerrada en mi bonita jaula de oro, y lo único que sabía era que mi padre es alguien importante, un tipo con mucho poder y dinero, que tiene a varias personas a su mando, dispuestas a morir por él de ser necesario.Jamás cuestioné las cosas que ocurrían a mi alrededor, los guardias, las armas, el dinero, la razón por la que tenia esa bonita jaula de oro… Mi vida había estado tan apartada del resto del mundo por tanto tiempo que este tipo de cosas, que serían extrañas para cualquier otra persona, para mi eran lo más normal del mundo.Y solo ahora comprendo que nunca fue normal…—No hay forma que esas personas hayan venido por la mafia Novikov —se rehúsa Aaron nuevamente, mientras caminamos dentro de casa.—P… Pero… Tu eres un jefe de una mafia, es lo más común que personas así quieran matarte —razono intentando tranquilizarme a mi misma—. Incluso mi padre recibió varios intentos de homicidio, lo mas normal
Al poner un solo pie dentro de la mansión, esa jaula de oro donde había vivido atrapada sin ver la luz del sol por tanto tiempo, miles de emociones llenan mi mente y mi corazón. Cada rincón de esta casa y horrible lugar están llenas de mis recuerdos, momentos felices y también… Tan deprimentes…Caminando por el vestíbulo hacia las escaleras, soy obviamente recibida por mi Nana Karina, la cual al oír por la servidumbre que yo había venido a casa, no dudó en abandonar la cocina y sus deberes para venir a buscarme, dándome un fuerte abrazo cuando las dos nos encontramos al borde de las escaleras.—Has crecido tanto, mi preciosa Sophie —dice ella emocionada—, te ves tan fuerte y linda…—Te extrañé mucho nana, más de lo que puedes imaginar —digo en un susurro, aferrándome a ella con fuerza.Quisiera decirle todo, como fui atacada por el imbécil de Fred, como Aaron me rescató, como ahora me siento tan culpable por lo que ocurrió, y como he venido por respuestas. Pero no lo hago, sé que eso
Debí haberlo sabido… Aun antes de mi boda hace ya casi 5 meses, las cosas en esta mansión, mi bonita prisión de oro, se pusieron algo… Extrañas. No sé cómo describirlo, cambios de guardias y servidumbre, cada vez mayor seguridad, ver a mi Nana más preocupada… No lo sé, son pequeños detalles que yo notaba, aunque no tomaba demasiada importancia.Después de casarme pensé que todos esos cambios y evidente nerviosismo entre las personas de la mansión, se trataba por mi boda, ya que todos aparentemente sabían de mi compromiso con Aaron antes que yo. Pero ahora lo entiendo, hace más de un año que mi familia estaba siendo amenazada por Fred y sus “compañeros”, aunque ni por un solo instante mi padre pensó en decirme algo al respecto o advertirme.—¿Y nunca pensaste en decírmelo? —pregunto comenzando a enfurecerme.—No se aun quienes son estas personas… —responde él con suavidad, sin querer mirarme a los ojos.—¿Y eso que demonios importa? —pregunto comenzando a alterarme— Debiste decirme alg
Muchos cambios ocurrieron tras esa desafortunada visita a mi estúpido padre.Aunque me había prometido a mí misma que viviría con libertad, y nunca más me vería privada de salir a la calle yo sola o hacer cualquier cosa. Sin embargo, tras conocer la verdad de la situación, y comprender que mi vida estaba verdaderamente en peligro, no tuve más opción que aceptar perder estos privilegios y comenzar a restringirme otra vez.Ya no podía salir sola a la calle a pasear como había estado haciendo estas últimas semanas desde que me casé con Aaron, y los sitios a los que podía ir cuando estaba fuera de casa también eran restringidos, tenían que ser lugares seguros en el centro de Paris, ya no podía alejarme demasiado o explorar.Y ni siquiera podemos hablar de salir sola, ya que Aaron puso un guardaespaldas para mí, el cual tenía el deber de venir conmigo a cualquier lugar y asegurarse de que este a salvo, siendo una especie de perrito faldero, pero con menos gracia. En realidad, el guardaespa
Sabiendo a la perfección que yo estaba harta de esta monotonía y encierro, Aaron comenzó a esforzarse en serio por darme un poco de “normalidad” dentro de casa, donde podía estar segura y lejos de cualquier cosa que me hiciera daño.Sé que esto suena tonto, ya que principalmente estar dentro de esta casa es lo que me pone de tan mal humor, pero aprecio todo el esfuerzo que hace Aaron para verme feliz, pasando más tiempo conmigo, inventando actividades divertidas que los dos podemos hacer sin poner un solo pie fuera de la mansión, y dándome mucho sexo todas las noches para satisfacerme de otras formas.De esa manera pasaron los días, que se convirtieron en semanas, y en un pestañeo llegó el aniversario de los primeros 6 meses desde mi boda.Antes de que todo este desastre ocurriera, Aaron y yo habíamos considerado la idea de viajar o tener una cita preciosa en un restaurante caro de la ciudad. Pero cuando le propuse esto a mi esposo, él se negó de forma rotunda.—No podemos ir a un res
La mansión en la que vivíamos a veces parecía más un palacio que cualquier otra cosa, ya que en el subsuelo había un gran salón, tal vez de un tamaño como para 500 personas o más. Supongo que el dueño original de esta casa tenía muchos “bailes” en su hogar, por eso había tantos salones de té o para bailar, es una pena que a diferencia de él Aaron y yo no podamos hacer nada divertido en esta mansión que en sus buenos tiempos debió estar llena de luz y vida.No suelo bajar al salón del subsuelo a menudo, ya que es un sitio tan grande y vacío, suele ser muy frío también. Sin embargo hoy mientras bajaba las escaleras, me sorprendí al ver una gran cantidad de luces en el lugar, al igual que un ambiente cálido y agradable.—¿Qué es todo esto? —pregunto muy sorprendida.—Es tu sorpresa de aniversario —respondió Aaron de forma misteriosa.Riendo ligeramente, antes de que pueda preguntarle una vez más qué demonios está ocurriendo, él abre la puerta principal del salón, dejando a la vista todo