Casi un mes pasó desde que me volví la madre sustituta del pequeño David.
Como suponía, Nathan me llamó y después de discutir un rato, regresé con él a su departamento. No le dije de que se trataba mi nuevo empleo, no creía que pudiera comprenderlo, y prefería evitarme problemas con él, así que por ahora mantenía todo como un secreto.—Te levantas muy temprano para ir al trabajo —Nathan se queja abrazándome por la espalda en el baño.—Sí, este nuevo trabajo es importante.Tengo que llegar al departamento del señor Conrrad antes de que el pequeño David despierte, así que debo salir muy temprano para que Roy me recoja del aeropuerto. Sí, es complicado, pero para mantener el secreto de mi empleo, mentí diciendo que vivía cerca del aeropuerto, y me encuentro ahí con Roy cada mañana para que lleve al Pent-house de la familia Conrrad.—Te has vuelto toda una mujer de negocios, ¿Debería sentirme celoso?—No seas tonto —con una risa algo incomoda, escapo de sus brazos, lista para irme.Sé que a Nathan no le gusta mi nuevo empleo, no le gusta que este comenzando a ganar mucho dinero, y que desaparezca de su casa junto a Lily la mayor parte de día, creo que se está dando cuenta de que está perdiendo el poder sobre mí.—Bueno, dejé el desayuno y el almuerzo preparados para ti, regresare a casa en la noche, te amo Nate… —digo caminando hasta la puerta del departamento, sin recibir una respuesta de mi apático novio, quien se queda en la puerta del baño, mirándome fijamente.En algún momento yo de verdad ame a Nate, era un chico muy diferente a cualquier otro que hubiera conocido, se mostró muy amable conmigo, antes de ser mi novio abrió las puertas de su departamento para mí, y me ayudó en mis peores momentos lejos de mi madre en esta ciudad. Nate era el chico perfecto, con su cabello rubio y ojos castaños claros, parecía un príncipe de cuento de hadas.Sin embargo las cosas cambiaron radicalmente con el paso de los meses, cuando él comenzó a estresarse por reprobar materias y ver como yo avanzaba sin problemas, entonces comenzamos a discutir y él comenzó a ponerse violento. Dejo de ser ese príncipe, y aunque yo sé que hace las cosas mal, no puedo dejarlo… Y estoy tratando de convencerme de que ya no lo amo…Debes ser inteligente Summer, ¿Cómo podrías amar a una bestia que te golpea tanto como lo hace Nathan?Saliendo junto a mi hija del pequeño departamento de mi novio en Alto Manhattan, tomo un autobús que me lleva al aeropuerto, llegando un par de minutos antes que el coche que conduce Roy. Si, sé que es estúpido, porque podría pedirle a Roy que me recoja más cerca de casa, pero no quiero arriesgarme a que Nathan me vea.—Buenos días Roy —saludo al guardaespaldas principal de la familia Conrrad, entrando al coche negro que conduce.—Buenos días señor Roy —repite Lily, subiendo en el coche a mi lado—Buenos días señorita Suarez, y buenos días Lily.—Ya te dije que puedes llamarme Summer, no es necesario que seas tan cortes conmigo…—No olvide ponerse el cinturón, señorita —me pide él de la misma forma cortante de siempre.Roy Anderson es el jefe de seguridad del señor Conrrad, un tipo frio pero amable, aun no lo he conseguido, pero estoy segura de que vamos a ser buenos amigos.En un viaje silencioso, llegamos a la calle 57 de Midtown, donde está el Pent-house de mi jefe. Como cada mañana, entro silenciosamente y voy directo a la habitación de David, donde lo despierto para ayudarlo a tomar un baño y llevarlo a desayunar junto a Lily, quien siempre se queda en la sala de juegos del departamento.Pero hoy en la mañana el pequeño estaba un poco… Extraño, ya que tenía una carita de mucha tristeza después de su baño matutino.—Dave, mi bebé, ¿Qué ocurre? ¿Tuviste una pesadilla? —le pregunto preocupada.—¿Papá y tu están peleados? —me pregunta con su voz temblorosa.—¿Qué? No, claro que no, todo está bien.—¿Entonces por qué no se besan?—¿Qué? —no puedo evitar ponerme algo nerviosa, sonrojándome mucho.—Carol de la guardería dice que sus papás se aman mucho porque se besan todo el tiempo, pero tú y papá jamás se besan, ¿Están peleados?Su pregunta tiene sentido, porque mi relación con el señor Conrrad sigue siendo netamente profesional. Bill tiene una agenda muy apretada, algunas noches yo me voy sin haberlo visto todo el día, pero cuando está aquí nosotros ni siquiera nos tocamos, no parecemos “esposos.”—Hay muchas formas de demostrar amor, no tiene que ver con besos y abrazos todo el tiempo, yo quiero mucho a tu papá —digo intentando convencerlo, ya que al fingir ser la madre de David, también estoy fingiendo ser la esposa de Bill.—Quiero que lo beses —David se pone terco, cruzándose de brazos y haciendo un puchero.—Dave…Sé que es un momento bueno para intentar explicarle que no soy su verdadera mamá, pero no creo que eso sea mi deber, el señor Conrrad se lo dirá cuando esté listo. Así que solo me callo, terminando de vestirlo y convenciéndolo de ir a comer con Lily al comedor, aunque él sigue molesto.—Buenos días Dave, buenos días Summer —dice el señor Conrrad, uniéndose a nosotros para el desayuno.No sé si hoy es un buen día para que esté presente en la casa, pero puedo notar la tensión, ya que David sigue comiendo con un puchero en los labios.—Dave, te dije que no jugaras con la comida, ¿Qué ocurre? —pregunta el señor Conrrad preocupado.Pero David no le responde, mirando molesto a su padre mientras toma mi mano.—Dave quiere que sus papás se besen… —explica Lily, hablando por Dave.El señor Conrrad pone una expresión de sorpresa, muy similar a la que yo debí poner cuando escuché la petición de este pequeño travieso, y de igual manera intenta razonar con su hijo como lo hice.—Dave, yo entiendo que…—Esto es tu culpa, mamá está molesta por que la echaste —lo acusa David, aferrándose a mi brazo con fuerza.—Dave, yo no eche a tu mamá —niega Bill con seriedad.—¡Si lo hiciste! ¡Me mentiste! Dijiste que mamá no regresaría, pero ella siempre estuvo en la calle, tú la echaste.Tan terco como siempre, David inventa su propia verdad. Pero por la expresión que hace el señor Conrrad puedo ver que lo lastima, no sé qué pasó con su esposa, pero escuchar a su hijo de 5 años culpándolo por su ausencia suena como algo terrible.Yo no puedo soportar esta situación, así que soltándome de David, rodeo la mesa hasta acercarme a mi jefe, agachándome para acercar mi rostro al suyo y le doy un rápido beso en los labios.Como era de esperarse, Dave reacciona con sorpresa, mientras Lily se ríe, y el señor Conrrad luce muy confundido.—Solo una relación profesional, ¿Lo recuerda? —le digo en un susurro casi inaudible a mi jefe— ¿Lo viste Dave? No estoy enojada, y no le hables así a tu padre de nuevo, no está bien. Ahora termina tu desayuno, se te hará tarde para la escuela.Regresando a mi lugar al lado de David y Lily, veo de reojo al otro lado de la mesa como mi jefe se ha quedado estupefacto después del beso que le di, aunque no hace ningún comentario, volviendo a comer en silencio.Mientras que David a mi lado sonríe contento, aparentemente convencido de que sus padres se aman, volviendo a comer con mucha más ganas y felicidad.Yo por otro lado no dejo de estar sonrojada, besar a tu jefe no es algo que haces todos los días… Pero debo recordarlo, esto es solo una relación profesional, no hay nada más entre estos dos hombres y yo.Mi relación con el señor Conrrad se ha vuelto un poco… Extraña los últimos días.Desde que lo besé en el desayuno la anterior mañana, él y yo somos constantemente vigilados por los niños, quienes aparentemente esperan sin cesar que los dos nos besamos o hagamos cosas de “esposos.”Esto me avergüenza mucho, pero no puedo evitar acercarme a mi jefe para besarlo o tomar su mano cuando los niños nos observan, se que es incomodo para él, aunque no me lo dice, así que los dos intentamos continuar con la mentira de la mejor forma que podemos.Sin embargo últimamente se ha vuelto un poco… Extraño…El señor Conrrad llega del trabajo, y como cualquier “esposa amorosa”, yo me acerco a él en la entrada del apartamento, y sin ninguna advertencia lo abrazo por los hombros y le doy un beso en los labios, mientras que desde la sala siento los ojos de los niños observándonos fijamente.Usualmente el señor Conrrad actúa con vergüenza, besándome de esa forma por un par de segundos, antes de apartarme y
Hoy va a ser un día largo… —Vamos Dave, no llores, tus amigos de la escuela se darán cuenta —le pido al pequeño, limpiando sus mejillas con cuidado—, mira a Lily, ella no está llorando. —Lily no sabe que día es hoy… —se queja David, sin poder dejar de llorar. —Claro que lo sabe, por eso esta tan feliz, vino a apoyar a su querido hermano menor… Dándome cuenta de que David no dejara de llorar, lo levanto en mis brazos y lo estrecho contra mi pecho, dándole suaves palmadas en la espalda, tratando así de calmarlo y poder entrar en su escuela. Hoy era el día importante de David, su presentación antes de las vacaciones de verano en la guardería, algo importante para él ya que iba a tener una presentación especial de obras de “arte” con su grupo de la escuela. Desafortunadamente el vuelo del señor Conrrad se había atrasado, justo esa semana y debido a las vacaciones, mi jefe tuvo que volar por una semana otro país, pero tenía planeado llegar justo a tiempo para el día importante d
Se hace un silencio incomodo a nuestro alrededor, y siento como todos cerca a nosotros nos miran fijamente, algo que me llena de vergüenza, y me obliga a actuar lo más rápido que puedo.—Nathan, por favor hablemos fuera —le pido a mi novio, acercándome a él para tomarlo de un brazo e intentar tirar de él para sacarlo de ese auditorio.—¡No! —se niega él en un grito— ¡Quiero que me des una respuesta! ¡Ahora!—Nathan, por favor…—¡Responde ahora Summer! —exige él en un grito, soltándose de mi agarre en su brazo.Me siento cada vez más avergonzada, ya que Nathan está dando un espectáculo patético, gritando y luciendo como un estúpido novio posesivo, es seguro que todos los padres refinados que tienen a sus hijos en esta escuela se están riendo de nosotros, mientras los niños deben estar asustados, debo detener esto ahora.—Nathan, estoy hablando en serio, para ya —le pido volviendo a tomarlo de un brazo.Creo que Nathan se da cuenta de lo mismo que yo, algo que lo hace calmarse un poco,
Caigo al suelo sintiéndome mareada, en cierto punto ya no siento dolor, solo a Nathan aun sobre mí, golpeándome.Esta más furioso de lo que lo he visto alguna vez en toda mi vida, golpeándome y gritando, aunque ya no puedo escucharlo, estoy a punto de quedarme inconsciente por sus maltratos.Cuando estoy cerca de cerrar los ojos, Nathan se detiene, mientras que a lo lejos escucho fuertes golpes, que distraen a Nathan quien se gira confundido, levantándose de mi cuerpo y luciendo desconcertado.Antes de quedar inconsciente, lo último que observo es como la puerta del departamento al final del pasillo es derribada, y como varias personas entre las que veo algunos policías y hombres vestidas de negro entran al departamento.Creo que estoy alucinando, ya que en medio de toda esa locura, creo ver al señor Conrrad… ¿Por qué eso sería una alucinación? Simplemente por que no creo que él viniera aquí por mí, soy solo la niñera de su hijo, no tenemos ningún tipo de parentesco o amistad más allá
Me doy una última mirada en el espejo del baño del hospital, decidiendo poner un poco más de maquillaje sobre las marcas en mi rostro en un intento de esconder los golpes, suspirando al darme cuenta de que ni siquiera con el maquillaje eso es posible.Mi rostro terminó bastante maltratado después de todo lo que ocurrió, tengo una marca grande de un gran golpe en una de mis mejillas, así como mis labios hinchados, y algunas marcas de los dedos de Nathan en mi cuello.Sé que mi aspecto ha mejorado bastante desde que llegué aquí, pero aun así no puedo evitar avergonzarme, ya que ver mi rostro con los vestigios de la golpiza que me dio mi ex novio es muy penoso, y lamento que otras personas tengan que verme de esa forma.—¿Mamá ya estás lista para ir a casa? —pregunta el pequeño David asomándose por la puerta.—Solo dame un segundo cariño, iré con ustedes en un momento —respondo con una sonrisa.Casa… Lo que más me angustiaba de todo esto además de la salud de mi hija después de todo lo q
Con un suspiro me masajeo los hombros, regresando al Pent-House de los Conrrad tras un día definitivamente difícil.Sé que son vacaciones de verano, y a pesar de que no tenía clases en la universidad por un par de días, como estudiante de último año, se esperaba que yo acudiera a clases complementarias para planear mi proyecto de grado.Desafortunadamente gracias a Nathan, no pude ir a la universidad, teniendo que permanecer en cama recuperándome de la golpiza que me dio, así que perdí todas las clases complementarias que podían ayudarme en mi proyecto final.Esto obviamente me preocupa, el proyecto de grado debería ser mi prioridad ahora, pero siendo madre y con todos los problemas que he tenido este mes, lamentablemente eso se ha vuelto mi última preocupación. Tengo que recuperar las riendas de mi vida, o podría terminar perdiendo mi beca al final de la carrera, lo último que necesito ahora mismo.Sintiéndome preocupada y apesadumbrada, entro en el Pent-House, y perdida en mis pensa
Suelto un fuerte gemido de placer, sintiendo como el señor Conrrad levanta mi vestido hasta mis caderas, y comienza a pasar sus dedos por la parte interior de mis muslos, hasta llegar a ese lugar tan sensible, presionando mi ropa interior justo sobre mi sexo, haciéndome temblar del deseo.—Estas tan húmeda en esta parte, como si me invitaras a hacerte mía —susurra él contra mis labios.—¿Entonces que estas esperando? Deberías aceptar la invitación…Escucho como el señor Conrrad vuelve a reír suavemente, ya que esta forma de coquetear es muy tonta y vergonzosa, pero creo que los dos lo disfrutamos, así que él me obedece y sigue adelante.Sus labios bajan a mi cuello haciéndome temblar, mientras que sus hábiles manos se deshacen de mi ropa interior, y yo solamente puedo abrir más las piernas y levantar las caderas, sintiéndome deseosa de sentir más de él.—William… —llamo su nombre tras un largo suspiro, mientras sus labios bajan por todo mi cuello a mi pecho.Debido a las cálidas tempe
William y yo cruzamos miradas, sintiéndonos asustados, y lo más rápido posible nos separamos de golpe.No puede ser, estábamos tan calientes que olvidamos por completo a los niños, la hora, incluso en el lugar en el que nos encontrábamos, ¡Es una locura!Me levanto de la isla de la cocina y voy a buscar mi ropa interior que sigue en el piso, para ponérmela a toda prisa, mientras que detrás de mi William se acomoda los pantalones y la camiseta.Escuchando a los niños cada vez más cerca, y observando que el señor Conrrad no está listo para salir aun, me apresuro para caminar fuera de la cocina, encontrándome con los niños en el pasillo, acompañados por algunos guardaespaldas de la familia Conrrad que fueron los que se encargaron de buscarlos en la escuela.—¡Mamá! —dicen mis dos pequeños al unísono cuando me ven, corriendo en mi dirección para abrazarme.—Hola niños —respondo agachándome para estar a su altura y corresponder su abrazo— ¿Cómo les fue en la escuela?Mi respiración esta ag