Capítulo 4.

Casi un mes pasó desde que me volví la madre sustituta del pequeño David.

Como suponía, Nathan me llamó y después de discutir un rato, regresé con él a su departamento. No le dije de que se trataba mi nuevo empleo, no creía que pudiera comprenderlo, y prefería evitarme problemas con él, así que por ahora mantenía todo como un secreto.

—Te levantas muy temprano para ir al trabajo —Nathan se queja abrazándome por la espalda en el baño.

—Sí, este nuevo trabajo es importante.

Tengo que llegar al departamento del señor Conrrad antes de que el pequeño David despierte, así que debo salir muy temprano para que Roy me recoja del aeropuerto. Sí, es complicado, pero para mantener el secreto de mi empleo, mentí diciendo que vivía cerca del aeropuerto, y me encuentro ahí con Roy cada mañana para que lleve al Pent-house de la familia Conrrad.

—Te has vuelto toda una mujer de negocios, ¿Debería sentirme celoso?

—No seas tonto —con una risa algo incomoda, escapo de sus brazos, lista para irme.

Sé que a Nathan no le gusta mi nuevo empleo, no le gusta que este comenzando a ganar mucho dinero, y que desaparezca de su casa junto a Lily la mayor parte de día, creo que se está dando cuenta de que está perdiendo el poder sobre mí.

—Bueno, dejé el desayuno y el almuerzo preparados para ti, regresare a casa en la noche, te amo Nate… —digo caminando hasta la puerta del departamento, sin recibir una respuesta de mi apático novio, quien se queda en la puerta del baño, mirándome fijamente.

En algún momento yo de verdad ame a Nate, era un chico muy diferente a cualquier otro que hubiera conocido, se mostró muy amable conmigo, antes de ser mi novio abrió las puertas de su departamento para mí, y me ayudó en mis peores momentos lejos de mi madre en esta ciudad. Nate era el chico perfecto, con su cabello rubio y ojos castaños claros, parecía un príncipe de cuento de hadas.

Sin embargo las cosas cambiaron radicalmente con el paso de los meses, cuando él comenzó a estresarse por reprobar materias y ver como yo avanzaba sin problemas, entonces comenzamos a discutir y él comenzó a ponerse violento. Dejo de ser ese príncipe, y aunque yo sé que hace las cosas mal, no puedo dejarlo… Y estoy tratando de convencerme de que ya no lo amo…

Debes ser inteligente Summer, ¿Cómo podrías amar a una bestia que te golpea tanto como lo hace Nathan?

Saliendo junto a mi hija del pequeño departamento de mi novio en Alto Manhattan, tomo un autobús que me lleva al aeropuerto, llegando un par de minutos antes que el coche que conduce Roy. Si, sé que es estúpido, porque podría pedirle a Roy que me recoja más cerca de casa, pero no quiero arriesgarme a que Nathan me vea.

—Buenos días Roy —saludo al guardaespaldas principal de la familia Conrrad, entrando al coche negro que conduce.

—Buenos días señor Roy —repite Lily, subiendo en el coche a mi lado

—Buenos días señorita Suarez, y buenos días Lily.

—Ya te dije que puedes llamarme Summer, no es necesario que seas tan cortes conmigo…

—No olvide ponerse el cinturón, señorita —me pide él de la misma forma cortante de siempre.

Roy Anderson es el jefe de seguridad del señor Conrrad, un tipo frio pero amable, aun no lo he conseguido, pero estoy segura de que vamos a ser buenos amigos.

En un viaje silencioso, llegamos a la calle 57 de Midtown, donde está el Pent-house de mi jefe. Como cada mañana, entro silenciosamente y voy directo a la habitación de David, donde lo despierto para ayudarlo a tomar un baño y llevarlo a desayunar junto a Lily, quien siempre se queda en la sala de juegos del departamento.

Pero hoy en la mañana el pequeño estaba un poco… Extraño, ya que tenía una carita de mucha tristeza después de su baño matutino.

—Dave, mi bebé, ¿Qué ocurre? ¿Tuviste una pesadilla? —le pregunto preocupada.

—¿Papá y tu están peleados? —me pregunta con su voz temblorosa.

—¿Qué? No, claro que no, todo está bien.

—¿Entonces por qué no se besan?

—¿Qué? —no puedo evitar ponerme algo nerviosa, sonrojándome mucho.

—Carol de la guardería dice que sus papás se aman mucho porque se besan todo el tiempo, pero tú y papá jamás se besan, ¿Están peleados?

Su pregunta tiene sentido, porque mi relación con el señor Conrrad sigue siendo netamente profesional. Bill tiene una agenda muy apretada, algunas noches yo me voy sin haberlo visto todo el día, pero cuando está aquí nosotros ni siquiera nos tocamos, no parecemos “esposos.”

—Hay muchas formas de demostrar amor, no tiene que ver con besos y abrazos todo el tiempo, yo quiero mucho a tu papá —digo intentando convencerlo, ya que al fingir ser la madre de David, también estoy fingiendo ser la esposa de Bill.

—Quiero que lo beses —David se pone terco, cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

—Dave…

Sé que es un momento bueno para intentar explicarle que no soy su verdadera mamá, pero no creo que eso sea mi deber, el señor Conrrad se lo dirá cuando esté listo. Así que solo me callo, terminando de vestirlo y convenciéndolo de ir a comer con Lily al comedor, aunque él sigue molesto.

—Buenos días Dave, buenos días Summer —dice el señor Conrrad, uniéndose a nosotros para el desayuno.

No sé si hoy es un buen día para que esté presente en la casa, pero puedo notar la tensión, ya que David sigue comiendo con un puchero en los labios.

—Dave, te dije que no jugaras con la comida, ¿Qué ocurre? —pregunta el señor Conrrad preocupado.

Pero David no le responde, mirando molesto a su padre mientras toma mi mano.

—Dave quiere que sus papás se besen… —explica Lily, hablando por Dave.

El señor Conrrad pone una expresión de sorpresa, muy similar a la que yo debí poner cuando escuché la petición de este pequeño travieso, y de igual manera intenta razonar con su hijo como lo hice.

—Dave, yo entiendo que…

—Esto es tu culpa, mamá está molesta por que la echaste —lo acusa David, aferrándose a mi brazo con fuerza.

—Dave, yo no eche a tu mamá —niega Bill con seriedad.

—¡Si lo hiciste! ¡Me mentiste! Dijiste que mamá no regresaría, pero ella siempre estuvo en la calle, tú la echaste.

Tan terco como siempre, David inventa su propia verdad. Pero por la expresión que hace el señor Conrrad puedo ver que lo lastima, no sé qué pasó con su esposa, pero escuchar a su hijo de 5 años culpándolo por su ausencia suena como algo terrible.

Yo no puedo soportar esta situación, así que soltándome de David, rodeo la mesa hasta acercarme a mi jefe, agachándome para acercar mi rostro al suyo y le doy un rápido beso en los labios.

Como era de esperarse, Dave reacciona con sorpresa, mientras Lily se ríe, y el señor Conrrad luce muy confundido.

—Solo una relación profesional, ¿Lo recuerda? —le digo en un susurro casi inaudible a mi jefe— ¿Lo viste Dave? No estoy enojada, y no le hables así a tu padre de nuevo, no está bien. Ahora termina tu desayuno, se te hará tarde para la escuela.

Regresando a mi lugar al lado de David y Lily, veo de reojo al otro lado de la mesa como mi jefe se ha quedado estupefacto después del beso que le di, aunque no hace ningún comentario, volviendo a comer en silencio.

Mientras que David a mi lado sonríe contento, aparentemente convencido de que sus padres se aman, volviendo a comer con mucha más ganas y felicidad.

Yo por otro lado no dejo de estar sonrojada, besar a tu jefe no es algo que haces todos los días… Pero debo recordarlo, esto es solo una relación profesional, no hay nada más entre estos dos hombres y yo.

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