Pude notar de inmediato que a Bill le resultaba difícil hablar de su vida o sobre sí mismo, no es como yo, que soy algo tímida y tengo un pasado de mierda, él simplemente parece… Como si estuviera ocultando algo importante.—¿Entonces eres adoptado? —pregunto sorprendida.—Si… Fui recogido de un orfanato cuando tenía 10 años por la familia Conrrad —me explica William, mientras ambos caminamos lentamente por la playa.—¿Y qué hay de tu hermano? ¿Él también es adoptado?—Somos hermanos biológicos, cuando fuimos entregados al estado nos separaron en diferentes casas de acogida, cuando cumplí 14 años pude encontrarlo y convencí a mis padres de que adoptaran a Adrian también, pero… —la voz de William se desvanece, mientras mira hacia el mar con un rostro reflexivo.—¿Qué ocurre?—Nunca pude encontrar a mi otro hermano, al igual que Adrian lo busqué, por mucho tiempo. Pero parece que mi hermano desapareció de su casa de acogida antes de que pueda encontrarlo, no le he vuelto a ver, incluso
Con sus palabras tan excitantes, no puedo evitar sentirme aún más mojada, mordiéndome un labio, mientras llevo mis manos a sus hombros.—Yo estoy lista, ¿Pero usted lo está, señor Conrrad? —pregunto presionando suavemente la tela de su camisa entre mis dedos— Para que pueda tomarlo en mi interior usted necesita desnudarse, ¿No es verdad?—Sí, supongo que es cierto… Deberías ayudarme con eso.Debido a la cita en el restaurante del resort, mi jefe estaba usando una ropa semi formal, con una camisa negra de muy buena calidad, unos pantalones obscuros, y unos zapatos de cuero negro. Su aspecto es increíble, pocas veces tengo la fortuna de ver a William Conrrad lejos de sus corbatas y trajes elegantes de trabajo, así que este aspecto suyo es maravilloso.Y aunque quiero admirar su apariencia no tan refinada por un par de minutos más, el deseo de sentirlo darme placer es mayor, por lo que no dudo más y de forma temblorosa comienzo a quitarle la camisa que trae. Me siento tan nerviosa y exci
Abro los ojos al escuchar las risas de mis dos pequeños niños, los cuales corren hacia la cama y se abalanzan sobre mí, haciéndome despertarme algo molesta pero también divertida por sus travesuras.—¡Mami despierta! —pide mi pequeña Lily, con la evidente emoción en su voz.—¡Hoy es el día mamá! —celebra David a mi otro lado— ¡Hoy es el gran día!—Sí, lo se… Lo se… —respondo apenas despertando, sintiéndome cansada y tratando de volver a cubrirme con las frazadas de la cama para volver a dormir.Seguimos en este paraíso, continuando con nuestras vacaciones. Ya hemos pasado cinco días en esta lujosa isla llena de todas las comodidades imaginables, al inicio me sentía un poco preocupada, ya que temía que los niños quisieran hacer cosas riesgosas como nadar o subirse a las “atracciones” extremas de la isla.Sin embargo, creo que ambos se han estado portando bien, probablemente porque William les dijo algo sin que yo lo supiera, o porque estaban madurando. Pero todo este tiempo solo fueron
—¡Lily! ¡David! —grito desesperada, corriendo alrededor de toda la piscina.Mi corazón late con mucha fuerza, mientras miro dentro de la piscina desesperada, intentando encontrar a mi hija entre la inmensa masa de gente que hay ahí dentro.Lily es pequeña, es más bajita que el resto de las niñas de su edad, así que fácilmente podría haber sido empujada al interior de la piscina y pisoteada o algo así. De solo considerar esa idea siento que mi corazón sufre como nunca, no puedo creer o permitir que algo como eso ocurre, de solo pensarlo siento que voy a derrumbarme, no puedo creer que esto esté ocurriendo en verdad.William por su parte entra en la piscina, revisando entre los niños y demás personas que hay en el agua, pero no encuentra nada al parecer, pidiendo ayuda de los empleados del hotel que estaban a nuestro alrededor.Miro a todos lados sintiéndome desesperada, sin saber qué cosa puedo hacer, sigo mirando en la piscina, esperando que Dave y Lily aparezcan de un segundo al otro
Es obvio que con sus palabras el señor Conrrad insultó a ese hombre prepotente, quien se fuerza a sí mismo a forzar una sonrisa, mientras le lanza una mirada asesina al señor Conrrad.—¿Monstruos? ¿A quién estas llamando monstruo? Creí que el único monstruo entre nosotros eres tu —dice el tal “Burton”, dirigiéndose al señor Conrrad.Siempre creí que el señor Conrrad era un hombre fino y muy diferente a todos los demás, con sus trajes elegantes y su carácter amable. Pero cuando comienza a hablar con ese hombre llamado “Burton”, observo como comienza a enfadarse de verdad, y soltando a los niños se pone de pie para encarar a ese hombre de forma amenazante. Al final de cuentas, parece que los hombres siempre terminan siendo hombres…—¿Entonces vas a negarlo? ¿Por qué no les preguntas a tus “angelitos”? —cuestiona el señor Conrrad, acercándose aún más a Burton— ¿No fueron ellos los que trajeron a mis hijos a este sitio tan peligroso?Al ver el peligro, los demás padres presentes toman a s
Creo que puedo volver a respirar con normalidad cuando bajamos del avión privado de William Conrrad y regresamos a Nueva York, el ambiente frio a pesar del verano y el típico ruido del tráfico alrededor del aeropuerto me hacen sentir en casa, sintiéndome realmente tranquila al poder estar ahí.Como era de esperarse los niños obtuvieron un resfriado, así que después de asegurarme de que sus chaquetas para el frio estuvieran bien abrochadas, los ayudo a ambos a subir al coche que estaba conduciendo Roy, el guardaespaldas principal del señor Conrrad.Terminando de subir a los niños, pienso en regresar al avión para traer mi equipaje de mano, pero cuando me giro para volver, me encuentro de frente con el señor Conrrad, que estaba trayendo consigo mi cartera y mi equipaje de mano, luciendo bastante pasivo y amable.—Olvidaste esto en el avión —dice William, extendiéndome mi bolso.—Gracias, pero no lo olvidé, iba a ir por mi bolso en un segundo —respondo recibiendo mi bolso con cuidado de
Me siento tan confundida por lo que está ocurriendo, que no puedo evitar que William me bese y arrincone mi cuerpo contra una de las paredes del pasillo, tocándome y besándome de una forma apasionada.—E… Espera, para un momento —le pido entre jadeos, poniendo mis manos en su pecho para poner un poco de distancia entre nosotros—. No estoy comprendiendo lo que quieres…—¿Qué es lo que no comprendes?—Dices que quieres ir en serio conmigo, que te gusto y todo eso, ¿Pero no quieres una relación? ¿Cómo puedes ir en serio conmigo si no me quieres como tu pareja? ¿Qué quieres de mi entonces?—Qué te parece… ¿Ser amigos? —pregunta él con una sonrisa algo tímida.Es obvio que con sus palabras me siento más confundida, ya que bajando la mirada observo sus manos en mis caderas, muy cerca de mi trasero, con su cuerpo tan cerca del mío y besándome de esa forma apasionada.—¿Estás hablando en serio? —cuestiono comenzando a sentirme molesta— ¿De verdad crees que esto puede ser llamado amistad?—No
Adrian Conrrad, el hermano menor de mi jefe, es uno de los abogados que trabajan para las empresas Conrrad. Al inicio cuando lo conocí no sabía a lo que se dedicaba o porque venía tanto a ver a su hermano, pero ahora que lo se me siento… Molesta.—No es nada grave, te lo aseguro —dice Adrian, poniendo todos los documentos de la demanda frente a mí—, si todo sigue de esta forma lo resolveremos antes de que te des cuenta.Por lo consternada que me siento no respondo, y solamente tomo los documentos frente a mí, comenzando a leerlos de forma silenciosa.No soy una experta en leyes, en realidad esta es la primera vez que tengo un problema con la justicia o algo así, por lo que no comprendo mucho de lo que estoy leyendo.—En pocas palabras Nathan Hill te está acusando de estafa, asegura que te dio dinero y que tú nunca se lo devolviste —me explica Adrian viendo mi rostro de confusión.—¿Qué? Pero él nunca me dio dinero. Bueno, me dejaba dormir en su casa y pagaba parte de mi comida, pero d