A pesar de que William intentó evitarlo, al iniciar una nueva semana yo fui la primera en salir del Pent-House de camino al juzgado de Manhattan, decidida a terminar con este asunto de una vez por todas.Usando la ropa más formal que tengo, y preparada para tener un juicio confuso y complicado, llego al juzgado por mi cuenta en un taxi, siendo perseguida todo el tiempo por el coche del señor Conrrad conducido por Roy.—Te lo repito Summer, no es necesario que te tortures haciendo esto —dice William acercándose a mi cuando me bajo del coche.—Está pasando el límite, señor Conrrad, no olvide que solo es mi jefe... —le recuerdo sintiéndome furiosa.Este fue el punto de no retorno para mí, pude soportar que William sea indeciso respecto a sus sentimientos hacia mí, ya que tiene un pasado complicado y está lidiando con la muerte de la mujer que amó.Pero lo que no soporto son las mentiras, y mucho menos que me menosprecien. William creía que yo no iba a poder “soportarlo”, por toda la carg
Mi relación con Kimberly Hill siempre estuvo destinada al fracaso.Nathan viene de una familia poderosa y rica, no tanto como la familia Conrrad, pero tan adinerada como para comprarle un departamento en Nueva York y pagarle todos sus gastos sin mayores complicaciones.Viniendo de una familia como esa, era obvio que los Hill tendrían ciertos “prejuicios” sobre las personas con un nivel socioeconómico inferior al de ellos, y ahí es donde entro yo… Ya que para los Hill siempre fui la pobre y estúpida chica que se aprovechó de Nathan para vivir gratis de su dinero.Y de todos los Hill, la señora Kimberly era la que más me “odiaba”, ya que al ser Nathan un hijo único era el consentido de su madre, y ella siempre decía que yo le estaba echando a perder la vida a su hijo…Como sea, hay motivos por los que nunca me ha agradado estar cerca o toparme con la familia Hill, son personas realmente desagradables, son como esa típica imagen de la familia rica sin elegancia, son personas funestas.Es
Casi a media tarde llegamos a casa, donde nos encontramos con los niños, quienes estaban disfrutando de sus últimos días de vacaciones de verano jugando sin parar y siendo cuidados por los demás empleados del Pent-house, que ya habían vuelto a sus labores de trabajo tras unas merecidas vacaciones.—Mami, tardaron mucho —se queja Lily, acercándose a mí para abrazarme.—Si cariño, tardamos un poco más de lo esperado en el centro comercial —respondo intercambiando miradas nerviosas con William a mi lado.Como es obvio no le dijimos a los niños que estábamos yendo a un juzgado esa mañana, fingimos que estábamos yendo de compras, ya que si les decíamos que estábamos yendo a otro lado ellos podrían haber querido venir con nosotros.Pero debido a que tuvimos que hacer un trámite más largo por haber pedido la orden de restricción contra Nathan, así que tardamos un poco más de lo previsto en regresar a casa.Así que intentando tranquilizar y contentar a los niños, William y yo nos quedamos con
Después de unas confesiones de amor que resultaron ser tan emotivas, estando uno en los brazos del otro, William y yo ya nos contenemos, acercándonos para besarnos de forma apasionada.Intentando no despertar a los niños, ya que ellos tienen un sueño extremadamente frágil, él y yo entramos en su habitación sin romper el beso apasionado que nos damos, William cierra la puerta con una de sus manos, y luego los dos caemos en su lujosa y suave cama de dos plazas en el centro del cuarto.—Vaya señor Conrrad, que cama más suave tiene… —digo en un susurro sonriendo de forma divertida.—Si te gusta tanto deberías considerar venir a dormir conmigo todas las noches, yo voy a preciar mucho tu compañía, señorita Suarez —responde él de la misma forma juguetona, volviendo a reír.Estando en su cama los dos volvemos a abrazarnos y besarnos como si no tuviéramos necesidad de respirar, en serio no nos separamos por minutos enteros, mientras nos acariciamos y seguimos tocando nuestros cuerpos de esa fo
Sonrío cuando escucho los pasos rápidos y fuertes de mis dos pequeños detrás de mí, mientras ellos corretean por la cocina y juegan entre risas.—Con cuidado, no quiero que se lastimen —les pido a ambos, intentando sonar severa, pero a la vez sin poder evitar sonreír al verlos a ambos tan felices.Después de la tormenta viene la calma, y creo que, por primera vez en toda mi vida, eso es lo que estoy sintiendo sin lugar a dudas.William ya ha vuelto al trabajo, como cada día los niños y yo le preparamos el desayuno y comemos todos juntos antes de que él se vaya, para luego pasar juntos todos los días y divertirnos sin parar por horas.Los niños están disfrutando de sus últimos días sin responsabilidades, ya que dentro de dos semanas deberán regresar a la escuela terminando sus vacaciones de verano. Y hablando exclusivamente de Dave, todos en el departamento nos estamos preparando silenciosamente, ya que él pronto tendrá su cumpleaños de 6 años.Yo por mi parte nunca antes me había sent
Me cuesta mucho poder reaccionar al principio, mirando a ese grupo de personas frente a mí, que siguen hablando sin parar y extendiendo documentos, pidiendo con cada vez más “fuerza” entrar en el departamento.Los niños desde la cocina se asoman hacia la puerta y ven todo el escándalo, así que rápidamente van a buscar a su “padre”, acudiendo con William asustados.Más rápido que un rayo, William aun con la corbata desatada y sin haber terminado de peinarse, aparece en la puerta de su departamento con una expresión de pocos amigos, parándose junto a mí para enfrentar a esos extraños y darme apoyo como es usual.—¿Podemos ayudarlos? ¿Qué ocurre? —pregunta él enfrentando a esas personas a mi lado.La abogada Grimes repite el mismo discurso que me dio a mí, mientras William toma los documentos que ellos me dieron de las manos, y también lo lee a velocidad de la luz.—Esperen un momento, no pueden pasar, primero vamos a llamar a nuestro abogado —ordena William, reteniendo a esas personas e
Como es usual, cuando los niños me ven llegar se acercan a mi corriendo para darme un abrazo, el cual yo correspondo agachándome a su altura, sin poder dejar de llorar y aferrándome a ellos con fuerza.—¿Mami estas bien? ¿Por qué lloras? —pregunta David confundido, notando que algo no está bien.—Niños, hoy va a pasar algo importante —digo en un susurro, intentando no vacilar al decir estas palabras—, Lily, mi amor, debes ir con unas personas por un tiempo, ¿De acuerdo?—¿A dónde debo ir? —pregunta mi pequeña tan inocente como siempre.—Ellos te llevarán a un lugar lindo, lleno de niños, donde vas a tener una fiesta de pijamas de un par de días, luego de eso mamá y papá irán por ti, ¿De acuerdo?No quiero mentirle a mi hija, pero creo que hacerle entender todo el asunto de casas de acogida o lo de los estudios de paternidad serian demasiado para ella, así que pienso en una forma un poco más simple de explicarle lo que está ocurriendo, forzándome a sonreír y dejar de llorar para que el
Pasan tres días en los que yo creo que la vida entera se detiene por completo, sin Lily sabiendo que ella está en una casa de acogida, donde yo no puedo cuidarla, y teniendo que mantenerme lejos de ella, es el peor dolor que he sentido, como si alguien me estuviera torturando constantemente.El dolor y la preocupación que siento por nuestra separación es tan grande que no puedo dormir, a duras penas puedo comer, y creo que voy a morir de un segundo al otro si es que no consigo recuperar a mi bebé.Afortunadamente no estoy sola, ya que William está a mi lado a cada paso que doy, tomó unas nuevas vacaciones de su trabajo hasta solucionar este asunto, y desde que se llevaron a mi pequeña permanece a mi lado como mi mayor apoyo, la persona que más me cuida después de lo ocurrido. Algo que mentalmente me hace sentir culpable, ya que una vez más me lamento por que el señor Conrrad este pausando su vida por mis problemas, pienso que no es correcto.El pequeño David por otro lado no está ayud