Sonrío cuando escucho los pasos rápidos y fuertes de mis dos pequeños detrás de mí, mientras ellos corretean por la cocina y juegan entre risas.—Con cuidado, no quiero que se lastimen —les pido a ambos, intentando sonar severa, pero a la vez sin poder evitar sonreír al verlos a ambos tan felices.Después de la tormenta viene la calma, y creo que, por primera vez en toda mi vida, eso es lo que estoy sintiendo sin lugar a dudas.William ya ha vuelto al trabajo, como cada día los niños y yo le preparamos el desayuno y comemos todos juntos antes de que él se vaya, para luego pasar juntos todos los días y divertirnos sin parar por horas.Los niños están disfrutando de sus últimos días sin responsabilidades, ya que dentro de dos semanas deberán regresar a la escuela terminando sus vacaciones de verano. Y hablando exclusivamente de Dave, todos en el departamento nos estamos preparando silenciosamente, ya que él pronto tendrá su cumpleaños de 6 años.Yo por mi parte nunca antes me había sent
Me cuesta mucho poder reaccionar al principio, mirando a ese grupo de personas frente a mí, que siguen hablando sin parar y extendiendo documentos, pidiendo con cada vez más “fuerza” entrar en el departamento.Los niños desde la cocina se asoman hacia la puerta y ven todo el escándalo, así que rápidamente van a buscar a su “padre”, acudiendo con William asustados.Más rápido que un rayo, William aun con la corbata desatada y sin haber terminado de peinarse, aparece en la puerta de su departamento con una expresión de pocos amigos, parándose junto a mí para enfrentar a esos extraños y darme apoyo como es usual.—¿Podemos ayudarlos? ¿Qué ocurre? —pregunta él enfrentando a esas personas a mi lado.La abogada Grimes repite el mismo discurso que me dio a mí, mientras William toma los documentos que ellos me dieron de las manos, y también lo lee a velocidad de la luz.—Esperen un momento, no pueden pasar, primero vamos a llamar a nuestro abogado —ordena William, reteniendo a esas personas e
Como es usual, cuando los niños me ven llegar se acercan a mi corriendo para darme un abrazo, el cual yo correspondo agachándome a su altura, sin poder dejar de llorar y aferrándome a ellos con fuerza.—¿Mami estas bien? ¿Por qué lloras? —pregunta David confundido, notando que algo no está bien.—Niños, hoy va a pasar algo importante —digo en un susurro, intentando no vacilar al decir estas palabras—, Lily, mi amor, debes ir con unas personas por un tiempo, ¿De acuerdo?—¿A dónde debo ir? —pregunta mi pequeña tan inocente como siempre.—Ellos te llevarán a un lugar lindo, lleno de niños, donde vas a tener una fiesta de pijamas de un par de días, luego de eso mamá y papá irán por ti, ¿De acuerdo?No quiero mentirle a mi hija, pero creo que hacerle entender todo el asunto de casas de acogida o lo de los estudios de paternidad serian demasiado para ella, así que pienso en una forma un poco más simple de explicarle lo que está ocurriendo, forzándome a sonreír y dejar de llorar para que el
Pasan tres días en los que yo creo que la vida entera se detiene por completo, sin Lily sabiendo que ella está en una casa de acogida, donde yo no puedo cuidarla, y teniendo que mantenerme lejos de ella, es el peor dolor que he sentido, como si alguien me estuviera torturando constantemente.El dolor y la preocupación que siento por nuestra separación es tan grande que no puedo dormir, a duras penas puedo comer, y creo que voy a morir de un segundo al otro si es que no consigo recuperar a mi bebé.Afortunadamente no estoy sola, ya que William está a mi lado a cada paso que doy, tomó unas nuevas vacaciones de su trabajo hasta solucionar este asunto, y desde que se llevaron a mi pequeña permanece a mi lado como mi mayor apoyo, la persona que más me cuida después de lo ocurrido. Algo que mentalmente me hace sentir culpable, ya que una vez más me lamento por que el señor Conrrad este pausando su vida por mis problemas, pienso que no es correcto.El pequeño David por otro lado no está ayud
Una vez más creo estar viviendo una horrible pesadilla de la que no puedo despertar, mientras que al lado de William caminamos por las oficinas de un albergue de niños, en el cual Lily se ha estado quedando por estos tres días, pero que ahora abandonará para mudarse a la casa de la madre de Nathan esta misma tarde.No me permitieron verla los anteriores días, pero ya que ha salido una sentencia “provisional”, finalmente tengo el permiso de estar a su lado, aunque sea por algunos minutos, voy a apreciar estos segundos al lado de mi pequeña como si fueran más valiosos que el oro.Aun me parece increíble que esto haya salido mal y que Nathan y su asquerosa familia una vez más hayan conseguido poner a la justicia de su lado. Pero a veces la vida es injusta, aun con toda la influencia y poder del señor Conrrad, una simple y estúpida denuncia de “violencia” por una pelea que tuve con su madre me puso a su nivel, ¿Entonces soy igual que un golpeador de mujeres solo por haberme defendido de u
En el pasado yo jamás me hubiera atrevido a levantarle la voz a Nathan, no solo porque le tenía miedo como el hombre violento e inestable que es, también porque lo respetaba. Antes de todo esto creía que le debía algún tipo de “lealtad”, porque él había sido el único que me había ayudado de forma “desinteresada” al llegar a Nueva York, así que lo “respetaba”, y jamás me hubiera atrevido a gritarle o reclamarle por sus malos tratos, ya que creía que había sido afortunada de encontrar a alguien como él en mi vida.Pero ahora las cosas han cambiado, ahora comprendo que su ayuda jamás fue “desinteresada”, siempre tuvo un trasfondo por detrás, de querer dominarme y controlarme con su dinero, además de que él no es ninguna bendición, y ha sido la persona que más ha arruinado mi vida, algo que sigue haciendo ahora.Ya no le tengo miedo ni respeto a Nathan Hill, solo queda el odio y el resentimiento.—Si yo fuera tu cuidaría esa boquita, Summer —dice Nathan acercándose a mi lentamente—, no qu
Tímidamente me asomo sobre el alto hombro de William, viendo como frente a nosotros, Nathan hace una expresión de absoluto desagrado, mientras mira a William como si quisiera arrancarle la cabeza, luciendo como alguien patético, pero a la vez muy demente.—¿Tu novia? Vaya, así que eso es ahora, esta asquerosa prostituta, metiéndose con tantos hombres que no puedo contarlos —Nathan me insulta, dejándose llevar por los celos y la furia que tiene en su interior.—Cuida tus palabras, es mi última advertencia —dice William con frialdad.—¿Qué harás? ¿Golpearme? Eso es penado por la ley, tipo ricachón, no puedes tocarme…—¿Crees que le tengo miedo a la cárcel? No soy un niño mimado como tú, Nathan Hill, escondiéndote detrás de las faldas de tu madre y golpeando mujeres, ese en definitiva no es mi estilo. Sé que es penado, pero acabaría contigo con gusto, si eso significaría que dejarías de ser una patada en el trasero para toda mi familia.Me sorprendo un poco, ya que nunca antes había escu
Y finalmente regresamos, a ese lugar que yo creí que jamás volvería a visitar, mi ciudad natal, Filadelfia.No tengo buenos recuerdos de este sitio, vivía en una de las zonas más pobres de la ciudad, siempre mudándome de apartamento con mis padres porque ellos no podían pagarlos. Debido a mi mala situación en casa, buscaba consuelo en la escuela, en los brazos de alguno que otro muchacho, quienes viéndome vulnerable se aprovechaban de mí y luego me tiraban como basura cuando se cansaban de mí.Algo que finalmente me llevó a él… Ese hombre que me embarazó y luego salió huyendo como un cobarde, Steve Montenegro.—Ya veo… De acuerdo, gracias —escucho que dice William, con su usual voz llena de seriedad, mientras habla por teléfono, hasta colgar la llamada.—¿Qué te dijo? —pregunto de forma impaciente, mirándolo emocionada.—Encontró una pista, sigue en Pensilvania, pero tardará un poco más hasta hallar su ubicación exacta, tal vez está fuera de Filadelfia…—Ah… Esperaba encontrarlo hoy —