A la mañana siguiente, cuando Camille despertó, decidió que iría a hablar con Marcia. Quería que cumpliera su promesa de pagar los gastos médicos de su hijo, cuanto antes, mejor. Se sentía maniatada sin poder hacer nada, era una mujer independiente que de un día para el otro se había quedado sin poder proveer a su hijo y a ella misma. Luego de vestirse de forma adecuada, bajó las escaleras casi en punta de pies, intentando que no se dieran cuenta de su presencia. Todo el tiempo estuvo alerta, mirando a todas partes, esperando encontrarse a Jason en cualquier momento. Suspiró aliviada cuando no lo vio. Ni siquiera estaba en la casa, o eso le informó una de las empleadas que salió en ese momento de la cocina. Después de pensarlo unos segundos, tomó el desayuno que la misma mujer le ofreció, no sabía qué tiempo estaría hablando con Marcia y no quería comer nada allí, de las manos de esa mujer no tomaría ni agua.
Un tiempo después, tomó un taxi para llegar a la casa de la familia Thrasher, muy rápido llegó para su gusto. Al estar frente a la inmensa casa, se cruzó de brazos mientras esperaba que abrieran las rejas de la entrada. Se sentía entrando a las fauces de un león. —¿Camille?, ¿qué haces aquí?, ¿el delincuente te ha dado problemas? —preguntó Marcia, minutos después, cuando la joven estuvo dentro de la casa—, te contraté para que mi familia no tuviera que lidiar con él, así que te invito a que lo resuelvas tú. —No tengo ningún problema con Jason —respondió ella, rodando los ojos— ustedes parecen más delincuentes que. —¿Jason?, ¿ya te entiendes con el gangster?, ¿no es muy pronto? —la burla estaba en cada palabra que dijo la mujer mayor, que había decidido ignorar el insulto. Camille ignoró las preguntas, no tenía que darle explicaciones a aquella mujer. Como trataba a su falso esposo, solo era de su incumbencia. Además, ese era su nombre, ¿de qué otro modo lo llamaría? —Vine aquí por mi hijo —le dio como respuesta. —¿Por tu hijo?, ¿qué tengo yo que ver con él? —Marcia frunció el ceño, luciendo confundida. —¿Qué me va a pagar sus gastos médicos por hacerme pasar por su hija?, no sé para qué más pensaría usted que yo vendría aquí —dijo Camille con ironía—, usted y yo no somos amigas para que le haga una visita social. Esta vez fue Marcia quien rodó los ojos, resuelto su problema, se había olvidado del enfermo. No entendía para qué Camille quería a un niño tan defectuoso, con Jason Norwood podía escoger una nueva vida, pero no, la tonta iba a reclamar para ese hijo que solo le daba y le daría problemas. Todavía seguía sin entender a la mujer que tenía frente a ella, le pidió sentarse mientras hacía lo mismo. —Tu hijo solo es un obstáculo en tu matrimonio —indicó mientras señalaba a Camille con un dedo. —Un matrimonio que es una farsa. Mi hijo no es un obstáculo, es lo primero en mi vida —dijo Camille enojada. —Deberías reconsiderar tus prioridades. No te preocupes más por ese incordio. Vive una buena vida junto a Norwood. Es un delincuente, pero viene de una buena familia, estoy segura de que lo apoyan de forma financiera —aconsejó Marcia. Camille no podía creer que le estuviera dando ese consejo. Se casó solo para poder pagar el hospital donde estaba su hijo, que fuera curado cuanto antes, y se atrevía a decirle que lo dejara atrás. Una risita de incredulidad salió de ella. Esa mujer estaba muy loca si pensaba que le haría caso. —A usted no le importa lo que haga con el dinero. Comience a pagar, si es mañana, mucho mejor. —No me darás órdenes, no eres nadie para hacerlo —respondió Marcia. —Ni quiero ser nada para usted. Pague el dinero que convenimos —Camille sintió que se le tensaban los hombros, le estaba llevando más tiempo de lo que pensó recibir la recompensa del sacrificio que hizo al casarse. Marcia se puso de pie riendo, le divertía que Camille le exigiera a ella, una mujer poderosa, que hiciera lo que le pedía. No se lo podía permitir, si no, pensaría que podía hacerlo cada vez que quisiera. —No pagaré nada —decretó con voz autoritaria. —¡No puedes hacer eso! —exclamó Camille poniéndose de pie, furiosa—, hicimos un trato, tiene que cumplir con él. —¿Teníamos un trato? —preguntó Marcia con burla.—Pues ya no lo tenemos. No pagaré ni un peso por algo que no lo vale. —Él tono irónico no abandonaba las palabras de Marcia. Un sabor metálico llenó la cavidad bucal de Camille. La ira la hizo ver todo rojo. Cuando hizo el intento de acercarse a Marcia, dos hombres armados entraron a la habitación. —Será tu fin si te acercas más —dijo Marcia, la burla contra Camille seguía —, si no estás, el mocoso ese que tanto defiendes no tendrá tu protección. No estarás a su lado si muere. —Si me haces daño a mí o a mi familia, le diré a Jason lo que me pediste que hiciera —Camille esperaba que la amenaza funcionara. Pero no fue así, Marcia le hizo saber que tenía la sartén cogida por el mango. —Si causas problemas, no saldrás ilesa, será peor para ti. —dijo Marcia—, si Jason se entera de que su mujer tiene un hijo... bueno, no lo tomará bien. Y créeme, no será tan indulgente como yo, nadie podrá salvar a ese hijo tuyo. La garganta de Camille se atoró con las lágrimas, tenía tantos deseo
Al día siguiente, se quedó todo el día cuidando a su hijo. Evaline llevaba muchos días seguidos en el hospital y necesitaba descanso.—No me importa hacerlo, estaré aquí hasta que sea necesario —había dicho su madre.—Pero a mí sí, ¿qué haremos si te enfermas?, te necesito fuerte para todo lo que viene —le había dicho ella para convencerla.—Tú estás bajo mucho estrés, casada con ese joven y también preocupada por Darrin, lo que yo hago no es nada. Además, tu padre y tus hermanos se han quedado uno que otro día cuando no tienen trabajo. —dijo Evaline. Luego, poniendo una mano sobre la de ella, aseguró que, en cuanto regresara Marcia Thrasher y diera el dinero para la operación, estarían todos en casa. Ella sonrió, pero sintió a su corazón agrietarse al escuchar como su madre hablaba con tanta esperanza.Evaline observó a su hija, no se veía feliz a pesar de que faltaba poco para la operación. ¿Qué pasaba con ella?, ¿qué no le estaba contando su hija?—Si tuvieras problemas me lo dirí
Jason entró al bar que frecuentaba dos o tres veces al mes. A veces se reunía allí con algunos de sus socios, no era el mejor bar al que había ido, pero no estaba mal para el propósito que su gente lo usaba.—Estaba pensando que podemos trabajar con… —comenzó a decir uno de los hombres que trabajaba para él.—No —dijo Jason de forma tajante. Sabía por dónde iba y no tenía ningún interés—Pero señor…La mirada que le dio, hizo callar al hombre insistente. Lo que decía Jason, era una ley que no se atrevían a incumplir.—Si no tienes interés en trabajar con ellos, ¿con quién lo hará?—Con alguien adecuado, por supuesto. Alguien que sepa lo que está haciendo y no nos lleve directo a la policía —respondió él.—¿Y esa persona quién es?Jason tenía a alguien en mente, sin embargo, todavía estaba planeando cómo llegar a él, convencerlo de asociarse y trabajar juntos.De pronto, le pareció ver a su recién adquirida esposa. Sonrió burlándose de él mismo, eso no era posible, ella no podía estar
Jason entró a la casa con largas zancadas sin mirar atrás, seguro que ella lo seguiría, estaba furioso con su esposa. Cuando llegó al salón comenzó a caminar de una parte a la otra de la habitación. Se pasó una mano por la barbilla de arriba abajo antes de enfrentarla. No le gustó verla en aquel lugar, había sido atacada, si sus enemigos se enteraban, podían tener la idea equivocada que era débil, y eso era algo que no podía permitir.Ella lo vio caminar, estaba ansiosa por lo que le diría, pero no iniciaría la conversación. No era tan tonta, esperaría a que él dijera las primeras palabras. Si decía algo equivocado, podía afectarla a ella y a su familia. No sabía que tan peligroso podía ser. Aunque si se llevaba por lo sucedido frente al baño del bar, era capaz de muchas cosas.Él apretó la mandíbula y se detuvo frente a ella.—¿Por qué fuiste a trabajar a ese bar? —él exigió una respuesta.—Acordamos no meternos en la vida del otro, ¿recuerda?, este matrimonio es una farsa —Ella esta
Jason comenzó a reír al ver la reacción de ella. Camille levantó la nariz y siguió subiendo sin darle una respuesta. Pero no hizo falta, la reacción que tuvo fue más que una respuesta verbal.En la habitación, Camille guardó el papel en un bolso, ahí se dio cuenta de que el que llevó al bar no le dio tiempo de tomarlo. Con un suspiro, decidió recogerlo antes o después de ir a la entrevista de trabajo. Se desnudó y entró al baño, quería darse una ducha rápida para dormir. Sin embargo, cuando estuvo debajo del agua caliente, se vio los golpes que tenía en el cuerpo, las marcas de manos de esos horribles hombres. Sus hombros cayeron y las lágrimas rodaron por sus mejillas, mientras agradecía la llegada de Jason, sin él, quizás ya estuviera muerta.La ducha duró más de lo esperado, pero ella sabía que eso pasaría y nada más acostarse en la cama, sus ojos se cerraron.A la mañana siguiente, Camille salió temprano de la casa, fue hasta la empresa que su falso esposo le recomendó, esperaba q
Tres días despuésJason estaba revisando unos documentos en su oficina, cuando uno de sus subordinados pidió hablar con él. Aceptó recibirlo de inmediato porque le dijo a su secretaria que traía información importante de su esposa. Después de descubrir qué estuvo trabajando a escondidas de él en un bar donde casi fue violada, les ordenó a algunos de sus hombres que la siguieran e investigaran que había hecho antes de casarse con él.—Siéntese, Wilson, dígame que ha hecho mi bella esposa esta vez.Wilson Hale se sentó y puso una carpeta sobre la mesa.—Ahí tiene toda la información —indicó el hombre—, se va a sorprender cuando vea lo que hay ahí.Jason lo tomó con cuidado, quitó el documento que minutos antes estaba evaluando y abrió el que acaba de recibir.Lo primero que vio fue una fotografía, de una mujer rubia, que reía a la cámara.—¿Quién es ella? —preguntó, queriendo saber qué relación tenía con su esposa.—Amber Thrasher —respondió el subordinado, sin agregar nada más.—Imposi
—Perderás tu trabajo, te aseguro que mañana no tendrás un empleo al que ir —amenazó él.Ella levantó la mirada, tenía frente el edificio que guardaba entre sus paredes a su hijo. El cuerpo se le puso en tensión y le dieron deseos de gritar. ¿Qué mal había hecho que lo estaba pagando en ese momento? Se preguntó ella. Suspiró y dejó caer los hombros.—Está bien, estaré en tu casa en breve —dijo sintiéndose obligada a aceptar.Cuando llegó a la casa, Jason le dio un vestido, quería que ella lo usara. Camille lo miró con el ceño fruncido, el vestido era muy elegante, en nada pegaba con la vida que llevaba el gánster y sus amigos. No le dijo lo que estaba pensando, pero quería preguntarle a qué tipo de fiesta la llevaría esa noche. En cambio, al ver lo bien que le sentaba, se contempló unos minutos más en el espejo, era hermoso y no lo esperaba. Sin embargo, la mayor sorpresa la recibió cuando lo vio a él. Jason traía puesto un traje que lo hacía lucir muy guapo, no se parecía al hombre qu
Camille sonrió para disimular la incomodidad de acercarse a los esposos Thrasher y comenzó a caminar junto a Jason. En el momento que tuvo que besar en la mejilla a Marcia, sintió náuseas y deseos de alejarse lo más posible de ella.—No sabías que vendrías, cariño —Marcia intentó que Jason no notará el desagrado que sentía al tener que ser cariñosa con Camille—, ¿por qué no me dijiste?—Jason me avisó a última hora —respondió Camille, forzando un poco más la sonrisa.—Nunca vengo a estas fiestas, pero no quería privar a Amber de ellas, menos a una que pueden disfrutar en familia —Jason se integró a la conversación. Satisfecho con su experimento.Las dos mujeres se miraron, mientras el esposo de Marcia se mantenía callado. No habían pensado en que podían coincidir en algún evento social. Aunque el abuelo de Jason era una persona influyen de la ciudad, el nieto era un delincuente que querían mantener lejos, solo cuando necesitaban algo del anciano tenían en cuenta al resto de la familia