—Sí, te daré lo que tanto quieres —respondió Jason y apretó las manos en puños.Camille se quedó sin saber cómo reaccionar. A pesar de lo sucedido desde que visitaron la casa de Bennett Norwood, ella se estaba haciendo a la idea que sería una reclusa, bajo las órdenes de Jason. Su hijo enseguida vino a su mente, se preguntó si lo dejarían ir con ella.—Como tu hijo es lo único que te importa, te ganaste mi admiración por ello. Pagaré todos sus gastos en su totalidad. —respondió Jason cuando le preguntó por Darrin.No recibió respuesta sobre lo que ella preguntó, pero le aliviaba saber, que su hijo estaría a salvo.Haciendo planes en su mente, Camille dio varios pasos alejándose de él para ir a su habitación. Pero cuando dio media vuelta y le dio la espalda, una pregunta la detuvo:—¿A dónde vas? —preguntó él en un tono enojado.—A mi habitación. Lo sucedido esta noche me quitó el apetito, iré a dormir —respondió ella con voz calmada. No quería enojarlo más.—Pensé que querías alejarte
—Vine a buscar lo que me prometieron en esa farsa de boda —respondió Jason.Cuatro pares de ojos lo miraron sin pestañear. Imaginando lo que él quería decir, pero esperando que lo confirmara.—Ahí la tienen —dijo, señalando con un dedo a Camille—, no quiero una esposa falsa.Irving estuvo de acuerdo con él. Si ya conocía la verdad, no era necesario que mantuviera a la mujer que habían usado para engañarlo. Pero seguía con la misma duda, ¿qué quería de su familia?, ¿a qué había ido a su casa si no quería explicaciones de su parte? La respuesta de Jason los sorprendió.—Vine por mi esposa, esa que tenía que estar en el altar esperando por mí.—Eso no es posible —exclamó Marcia nada más escucharlo—, mi hija no saldrá de esta casa.—No les estoy pidiendo —le dijo él con una sonrisa irónica—, Amber se va conmigo o… aténganse a las consecuencias.Irving y Marcia tragaron en seco, estaban consiente que la amenaza sería cumplida. Se negaban a dejar a su hija con él, pero tampoco podían negars
—Debería de desearles lo mejor, pero no soy tan buena persona. Mi corazón no alberga nada por ustedes, así que espero que les suceda lo peor. Se merecen ir al purgatorio —tras decir aquellas palabras, Camille dio media vuelta y salió de la casa donde solo se aprovecharon de su necesidad.No obstante, se dirigió a la casa de Jason, aunque no la quisiera más en su casa, tenía que saber dónde tenía a su hijo. Esperaba, que ahora que no necesitaba obligarla a permanecer allí, la dejara reunirse con su hijo. Sin embargo, no la dejaron entrar, tenía prohibida la entrada a la casa.—Dile a tu jefe que no me iré sin mi hijo. —le dijo entre dientes al hombre que custodiaba la entrada.Cinco minutos después, uno de los empleados salió en un auto y le pidió que subiera con él.—¿Te ordenaron deshacerte de mí? —preguntó ella con burla—, no iré a ninguna parte contigo.El hombre rodó los ojos cuando ella comenzó a reír de forma histérica, no podía creer que le dieran un trabajo tan pequeño. Pero t
Era media noche, cuando Camille llegó a la casa de sus padres. Era el único lugar donde se sentía protegida y amada, por ello, los llamo cuando estaba al salir del hospital. Cuando bajó del auto del soldado de Jason y levantó la mirada, se encontró a sus padres esperando en la puerta. No tuvo que decir nada, su madre abrió los brazos para fuera hacia ella.—Ya Darrin fue operado. Va a estar bien, mamá, va a estar bien —informó entre lágrimas, abrazada a Evaline.—¿Cuándo?, ¿Cómo?, cuéntamelo todo —pidió Evaline, llorando también.—Dentro de la casa, hablemos allá dentro —sugirió Logan.Los tres entraron sin hacer caso del auto negro que aún permanecía aparcado en la calle. Dentro del salón, se quedaron unos segundos en silencio, asimilando, que Camille estaba allí, sana y salva.—¿Convenciste a ese hombre para que te diera el dinero?, o ¿las arpías te dieron el dinero del trato? —preguntó Evaline, rompiendo el silencio.—Ninguna de las dos —dijo Camille—, no conozco los motivos por el
Dos meses despuésAmber se sentía en la gloria. El prestigio de Bennett Norwood era tanto, que ella se sentía como si fuera de la realeza. El trato que le brindaban allá a donde fuere, era muy diferente al que recibía antes de casarse con Jason. Ya no la trataban como la hija consentida de una familia más del montón. El respeto que sentía por Jason, por ser quien era, también le daba un estatus que estaba saboreando con placer. Ella se preguntaba cómo había sido tan estúpida de no aceptar la boda desde el principio.Lo único que no le gustaba, era la indiferencia que su esposo mostraba hacia ella. Todavía no habían tenido contacto íntimo, él se negaba a compartir la habitación con ella. La tenía durmiendo lo más alejado posible, ni siquiera se comunicaban a través de una puerta.Mirando a los lados para ver si alguien se acercaba, abrió la puerta del dormitorio. Entró rápido antes de pensarlo mejor y regresar al salón donde había estado leyendo una revista. Encendió las luces para que
Al día siguiente, Amber se presentó ante el subdirector de la empresa, no quería que Jason la viera e interviniera en lo que pensaba hacer. En la información que recopilaron para ella, decía que Hubert Frye era el segundo al mando de la empresa que dirigía su esposo. Apeló a su relación Jason, para reunirse con él sin una cita previa.—Adelante, tome asiento. ¿Desea algo de beber? —Hubert sabía de sobra quién era ella. Quiso congraciarse para anotarse un tanto con la esposa de su jefe.—Se preguntará por qué estoy aquí, ¿verdad? —Amber no quería estar mucho tiempo ante él, pero necesitaba hacer un poco de conversación.—¿La verdad?, sí, me sorprendí, de forma grata, por supuesto, cuando mi secretaria me informó que quería reunirse conmigo —respondió él.—Como sabrá, llevó muy poco de casa con Jason —ella hizo una pausa, cuando él asintió con la cabeza, prosiguió hablando—. Mi esposo quiere mostrarme las instalaciones de la empresa; pero, como imaginará, no tiene mucho tiempo. ¿Podría
Amber comenzó defendiéndose. Tratando de devolver los golpes que le deba la chica furiosa. Sin embargo, cuando vio cómo se reunían los compañeros de trabajo de Camille y llamaban al jefe, comenzó a pedir ayuda. Prefirió hacerse la víctima y no defenderse. Cuando llegó Shad Blessing y le gritó a Camille, escondió una sonrisa complacida, la nueva estrategia la encontró mucho mejor.—¿Qué cree que está haciendo? —inquirió Shad, cuando logró separar a las dos mujeres—, ¿olvidó dónde está? Esta empresa no es de bajo mundo como el sitio de donde haya salido.Camille trató de defenderse, pero Shad no la dejó explicarse. El hombre encontraba deplorable el comportamiento que había tenido. Le aseguró que tomarían contra ella medidas ejemplarizantes. Viendo que no conseguiría nada, con deseos de gritarle por la injusticia, Camille le dio la espalda a su jefe y salió de la oficina. Se refugió en el baño y allí lloró de frustración.—Disculpe usted, esa chica es la excepción a la regla. En esta e
—¿Qué pasó, cariño?, ¿Por qué estás en casa tan temprano? —Evaline dejó a Darrin con algunos juguetes y se acercó a su hija preocupada.—Me despidieron —respondió Camille llorando de impotencia—, la bruja de Amber estuvo en la empresa molestándome y terminé golpeándola.—Al menos dime que valió la pena. ¿Le diste buenos golpes?, ¿le dejaste un ojo morado?, ¿la dejaste sin cabello?, ¿tendrá que ver a un médico por la alopecia que le dejaste? —Evaline bromeo solo para hacerla sonreír.Y lo logró, Camille dejó de llorar porque la risa pudo con ella. Era lo mismo que ella hubiese preguntado si fuera otra la persona en su lugar. Además, imaginó todo lo que su madre preguntó.—No podrá olvidar mis puños. Estaré para siempre en sus recuerdos. Y sí, tendrá que visitar a un médico por la falta de cabello —respondió con orgullo un tiempo después.Evaline la abrazó fuerte contra su cuerpo. Todavía se sentía culpable por haberla metido en ese embrollo. Sabía que hubiera sido difícil, pero quizás