# 29:
Aquello alarmó terriblemente a Catalina.

— ¿Tenerme? — Masculló airada.— es que...¿qué soy para ustedes? ¡¿Un puto juguete?!

Alessandro fue a contestar pero timbró su celular.

— ¿Ciao? Sí, está aquí. — murmuró. — sí, la tormenta causó bastante estragos pero la casa está bien y los trabajadores ya comenzaron las obras de reparación, aunque es posible que estemos sin fluido electrico por un par de días más.

Reinó el silencio por unos minutos y luego:

— Sí, por supuesto. Aquí les esperamos.— colgó.— era nuestra madre. Padre, ella e Ivy vienen en camino y por cierto, saben que estás aquí.

Sander elevó un hombro.

— Por supuesto que lo sabrían. No se puede atravesar la aduana de este país sin que algún informante de ellos se percate.

* * *

— Bueno, debo confesar que me siento profundamente desepcionado. — confesó Valiant mirando a sus hijos con expresión de reproche.

Luego de haber llegado a la finca de Sandro, su mujer se había abalanzado sob
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