Felices fiestas para todos!! Espero pasen un excelente día al lado de sus familiares. Un abrazo enorme :)
Irina llegó al lugar de siempre, cautelosa y temerosa de ser descubierta. Se había vuelto un poco paranoica luego de aquellos meses en la cárcel, afortunadamente la habían sabido cuidar muy bien.—Cariño —se acercó melosamente al hombre que ya se encontraba en la habitación, el cual no tenía buena expresión, se veía molesto e irritado.—Ahora no —hizo un gesto con la mano para que se detuviera cuando vio que intentaba besarlo.—Sé que lo que ocurrió con Anastasia te tiene en pésimo estado, pero, por favor, Giovanni. No me rechaces —pidió suplicante.—No me la recuerdas, mujer —se quejó al ver que nombraba a la malagradecida de su hija—. Es una estúpida. No sé ni para qué fue que la engendre.—Debes estar tranquilo —trató de consolarlo—. A pesar de que se niegue, siempre ha seguido tus órdenes y estoy segura de que esta no será la excepción. Anastasia se casará con Oliver —aseguró.El hombre bufó.—No es eso en realidad lo que me preocupa —reveló, observándola con renovada rabia—. Me m
Llegaron al lugar designado por Oliver. Se trataba de un apartamento pequeño, perfectamente amueblado y que rápidamente le trajo malos recuerdos. No pudo evitar pensar en Esteban y en el intento fallido de relación que habían tenido juntos. Es decir, realmente intento crear algo hermoso a su lado, pero todo se esfumó velozmente.Eso hizo que sus pasos al entrar fueran lentos, titubeantes. Y no únicamente por su muleta y el dolor en su pierna izquierda, sino también por su inseguridad, porque no confiaba en Oliver y porque su corazón seguía lastimado por la traición más reciente.—Ella es Olga —le presentó a una mujer mayor, que apareció en su campo de visión con un gesto amable en el rostro.—Un gusto, señorita —se inclinó esta ante la presentación de su jefe.—Un placer —contestó sin saber muy bien de quién se trataba. Simplemente, no tenía sentido una presencia adicional en la casa.—Olga se encargará de las tareas del hogar —le explicó Oliver al notar su incomprensión.—¿Qué?—lo mi
Los días siguieron transcurriendo en la misma sintonía. La presencia de Oliver se había vuelto una constante en su vida. Se había sorprendido a sí misma, esperándolo en más de una ocasión. Pero cuando finalmente aparecía, lo repudiaba; sin embargo, él era paciente ante su rechazo.—Mañana podremos ir al médico, a ver cómo va la pierna. Quizás terminen quitándote este yeso mucho antes de lo planeado —le dio la buena nueva con una pequeña sonrisa en sus labios.—¿Tú crees? —preguntó como una niña esperanzada.—Existe la posibilidad. Has guardado el reposo necesario.Adhara no pudo evitar contagiarse con su buen humor. Aquella era la mejor noticia que había escuchado en mucho tiempo.—Ya quiero que sea mañana —suspiró con añoranza.—No comas ansias —le acarició el cabello. El gesto fue completamente inesperado y, por la expresión de Oliver, él mismo pareció sorprenderse de que su mano tuviera vida propia y se moviera en esas direcciones—. Lo siento —se disculpó entonces.—Está bien —resp
Cuando Oliver regresó a su casa esa noche, lo último que esperaba era encontrarse a Anastasia en su habitación.—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó sorprendido y disgustado de que se hubiera tomado el atrevimiento de invadir su espacio sin su autorización.—Aún conservo la llave —alzó el objeto en su mano derecha como única explicación.—Eso no responde a mi pregunta. ¿Qué estás haciendo aquí? —repitió con irritación en su voz.—He venido para solucionar lo nuestro —contexto en un tono bajo, desprovisto de toda emoción. Algo en la expresión de Anastasia, le hizo recordar a un robot, a una marioneta, a un ser sin vida ni decisiones propias. Era como si existiera únicamente para representar un papel.«¿Qué ocurría con ella?», se preguntó entonces genuinamente preocupado. —Sabes perfectamente que estamos destinados a casarnos —prosiguió la mujer con aquellas palabras ensayadas—. Esto es inevitable. Lo nuestro lo es —dicho esto, bajó el cierre de su vestido y dejó al descubierto su cue
—Señorita, no sé si haya sido buena idea venir. La colina es muy empinada y usted no puede forzar demasiado la pierna —se preocupó Emily, al ver el trayecto que faltaba para llegar hasta la tumba de su hermana.Adhara había insistido mucho en hacer esta visita, para ella era importante tener un momento a solas con Adriana, hablarle, contarle lo que le aquejaba y lo que le hacía doler el corazón últimamente.Nada le había salido como lo había planeado. Los culpables resultaron no serlo, y la justicia parecía no existir en este lugar. Pero como si fuera poco, se había enamorado de un hombre al que no debía ni siquiera mirar.Necesitaba que su hermana la escuchara y le diera alguna señal sobre esto, la ayudara a encontrar el rumbo nuevamente. Le hacían tanta falta sus consejos.—Por favor, continuemos —pidió a pesar del dolor que comenzaba a embargarla.Había comenzado la rehabilitación hacía una semana, pero justo como lo predijo el médico, era un proceso lento. Demasiado lento para su g
Esa misma tarde, un par de hombres aparecieron en compañía de una mujer de expresión severa.—Levántese —le ordenaron.Anastasia no entendía lo que estaba sucediendo. ¿A dónde la llevarían estas personas?—¿Qué pasa? ¿A dónde me llevan? —pidió explicaciones cuando la alzaron sin mucha delicadeza.—Primero debe darse un baño. Apesta —señaló la mujer con molestia.—¡¿Un baño para qué?! ¡¿Qué me piensan hacer?!El miedo se apoderó de ella; no se suponía que esto estuviera sucediendo. Es decir, sabía que su padre quería darle una lección por su desobediencia, pero de ahí a entregarla a un grupo de desconocidos, le parecía algo extremo. Todo parecía indicar que Giovanni Sidorov sí la había vendido a ese sujeto.La realidad de su situación la hizo sentir devastada. Ya no sabía si realmente Oliver se daría cuenta de lo que estaba sucediendo a tiempo.Estaba perdiendo las esperanzas a medida que más la arrastraban a una habitación desconocida, la cual era más amplia y tenía un baño incluido.
Su viaje a Italia se llevó a cabo esa misma noche. Lamentablemente, no podía hacer nada para evitarlo y terminó resignándose a su destino demasiado pronto. —Serás parte del grupo de chicas exclusivas —le informaron al bajarse del avión privado.Anastasia no había vuelto a ver a aquel individuo que, se suponía, la había comprado. Sin embargo, acababa de enterarse de cuál sería su verdadero trabajo.—¿Chicas exclusivas? ¿De qué están hablando? —se horrorizó ante la idea de que fueran a prostituirla.—De que entregaras tu cuerpo únicamente a las personas que te indiquemos —así sin más le contestaron, como si no estuvieran hablando de su cuerpo y de la posibilidad de que la violentarían al usarlo. —¡De ninguna manera, yo no soy una mujerzuela! —se negó sin dudarlo.—Lo serás luego de que recibas el entrenamiento necesario. —¡No! ¡No! ¡Por supuesto que no! —forcejeó con aquellos hombres, los cuales no dudaron en apuntarla con un arma para que obedeciera.Anastasia fue llevada en un auto
Para Adhara era indispensable evitar estar a solas con Oliver, razón por la cual, decidió impedirle el ingreso al apartamento. —Sé que no tengo derecho a decirte esto. Pero hazme un enorme favor y deja de venir, deja de insistir —le pidió con sinceridad, deseando alzar una barrera entre ellos—. En cuanto pueda volver a caminar con normalidad, buscaré un trabajo y me marcharé de aquí. Te pagaré todo lo que te debo. Absolutamente todo. Pero hasta entonces solamente mantente lejos.La expresión en el rostro de Oliver se volvió de piedra al escuchar sus palabras. Sabía que luego de lo ocurrido entre los dos tomaría este tipo de actitud, pero no imaginó que sería a tales extremos.—¿Por qué te resulta tan difícil darme una oportunidad? —Quiso saber, con el corazón en la mano y con una intención real de enmendar sus errores.—Adriana lloró mucho por tu culpa —comenzó ella a enumerar sus razones—. A pesar de tu deseo de ayudarla con su enfermedad. No fue suficiente. La hiciste sufrir realme