¿Que pretenderá hacer Valdimir con Nikolai? ¡Descubrelo justo en el ultimo capitulo!
A pesar de todo, la confusión se dibujaba en cada línea del rostro de Nikolai mientras procesaba la situación en la que se encontraba. Más desconcertado que nunca, simplemente aceptó todo principalmente porque decidió ceder ante la curiosidad que lo carcomía por dentro. Esta misma curiosidad, mezclada con una cautelosa resignación, lo impulsó a cooperar con los guardias que lo escoltaban.Mientras caminaba por los pasillos del palacio, aquellos pasillos que otros tiempos recorría con la seguridad de un heredero al trono, pero que ahora atravesaba como un prisionero. La ironía de su situación no escapaba a su aguda percepción: él, el legítimo heredero, marchaba escoltado como si fuera un peligroso criminal, mientras que el verdadero monstruo, el culpable de todas sus desgracias, se sentaba cómodamente en el trono que por derecho le pertenecía.Con cada paso que daba, Nikolai sentía el peso de los años de cautiverio sobre sus hombros. Su mente, desafilada por el largo encierro, luchaba p
Nikolai, aún con el sabor del vino persistente en su paladar, sintió un escalofrío recorrer su espalda. El Vacío, ese lugar misterioso y temido, representaba la faceta más oscura de su linaje familiar. Era un reino de sombras y secretos, un espacio que parecía estar en la realidad y otro mundo que pocos se atrevían a mencionar, mucho menos a explorar por lo inhóspito que era.El comedor real, iluminado por la tenue luz de las velas, parecía que podía sentir la tensión de los que estaban sentados a la mesa. Los manjares dispuestos sobre la mesa, antes tan apetitosos, ahora yacían en su mayoría casi olvidados, mientras la conversación tomaba un giro que Nikolai encontró siniestro.En el instante en que Valdimir mencionó que Nikolai entraría en esa otra dimensión a través del espejo, él sintió que su corazón daba un vuelco. Su mente, nublada por el vino que no había tomado en años y las revelaciones recientes, inmediatamente trazó un escenario funesto.«Esta es la oportunidad perfecta par
Erik, consciente de la desconfianza que su tío Nikolai albergaba hacia su padre Valdimir y de su sospecha de que su madre también estaba siendo controlada por su padre, asumió la responsabilidad de explicar la situación. El joven del futuro representaba, en cierto modo, la versión más imparcial de esa verdad que Nikolai estaba escuchando y que le resultaba tan difícil de creer.Con paciencia y detalle, Erik desentrañó la compleja red de eventos y secretos familiares. Su voz, firme pero siempre comprensiva, llenó el comedor mientras relataba la historia que había sucedido y descubierto en su propia línea temporal. Habló de la maldición de Irina, del plan de sus abuelos para sacrificar a Valdimir, y de cómo los eventos se habían desarrollado de manera diferente a lo que todos creían.Mientras Erik hablaba, Nikolai escuchaba con una mezcla de incredulidad y horror creciente. Su rostro, normalmente lleno de altivez y orgullo, se contorsionaba con cada nueva revelación. Sus ojos color ámbar
Para ese momento, el aire en el comedor real se impregnaba con el aroma persistente de los manjares que estuvieron en la mesa, mientras los sirvientes se movían con gracia recogiendo los platos sucios de la suntuosa cena. La luz ambarina de las velas danzaba sobre las paredes de piedra, creando sombras que parecían cobrar vida propia en los rincones del salón.Valdimir, el imponente Rey Lobo, se levantó de la silla con sus ojos penetrantes fijos en Nikolai. Sin perder más tiempo, él le dijo sin rodeos a su hermano mayor:—Nikolai, confío en que no aprovecharás esta oportunidad para escapar —declaró, con cada palabra llena de autoridad y una pizca de desafío.Nikolai, sin dejarse intimidar, alzó la mirada. Sus ojos, dos brasas color ámbar en un rostro que parecía tallado en mármol, se encontraron con los de Valdimir. De inmediato, una sonrisa torcida se dibujó en sus labios antes de responder:—¿Escapar? —repitió con un deje de ironía—. No tengo intención de ir a ninguna parte, Valdimir
El castillo, sumido en un silencio sobrenatural, se alzaba como un gigante de piedra dormido. En sus pasillos y rincones el tiempo se había detenido, creando un mundo de estatuas vivientes y momentos congelados. En medio de este lienzo inmóvil, Valdimir y Aelina se movían con suma tranquilidad, con sus figuras envueltas en un suave resplandor que los distinguía del resto del mundo paralizado.Luego de oír la propuesta de su esposa, Valdimir exhaló pesadamente, cediendo ante la curiosidad insaciable de Aelina. Sus ojos color ámbar, recorrieron los corredores desiertos antes de posarse en Aelina. Con un gesto espontaneo y galante, el Rey Lobo guio a su reina por los pasillos congelados del castillo. Sus pasos en ese instante hacían un audible eco gracias al silencio antinatural que los rodeaba, creando un ritmo inquietante que marcaba su avance.Sin perder el tiempo que tenían de sobra, el agudo olfato de Valdimir los llevó hasta el área de las habitaciones de servicio que era donde Erik
—Cuando nuestro Erik nazca dentro de un año —esa era Aelina con sus ojos brillando con la anticipación de ese futuro—, el Erik del futuro, ese que dejamos durmiendo allá, se quedará con nosotros. Será como tener gemelos, pero con casi 17 años de diferencia.Valdimir entrecerró los ojos, con su mente aguda procesando la complejidad de su situación. Tenían un solo hijo, pero debido a la convergencia de las líneas temporales, ese mismo hijo existía en dos versiones distintas. Era un concepto que desafiaba la lógica, y, sin embargo, era su realidad.—Nuestra situación es bastante complicada —admitió Valdimir con una sonrisa torcida curvando sus labios—. Parece que ni siquiera en esto podemos hacer las cosas de manera convencional.Aelina no pudo contener una risa que mitigó cuando se cubrió la boca con una de sus manos. El sonido risueño pareció rebotar en las paredes del pasillo congelado, llenando el aire con una alegría que parecía fuera de lugar en aquel sombrío entorno.—Supongo que s
Luego de visitar a su hijo Erik, Valdimir y Aelina se dirigieron a sus aposentos, conforme caminaban sentían como el ambiente que los rodeaba estaba lleno del deseo que los dos no podían contener. En ese momento, la luz de la luna se filtraba por los ventanales, bañando el pasillo en un resplandor plateado que realzaba la belleza delicada de Aelina.Cuando llegaron al aposento real, el Rey Lobo observó cómo su amada estaba a punto de restaurar el flujo temporal. Sus ojos ámbar brillaron con intensidad mientras le susurraba con voz ronca y seductora:—Espera… hagamos el amor con el tiempo detenido —pidió Valdimir, con sus palabras llenas de promesas sensuales.Las mejillas de Aelina se tiñeron de un delicado carmesí, con su piel luminosa resplandeciendo aún más bajo el influjo de su magia. Con voz temblorosa por la excitación, explicó:—No sé si se pueda… Durante todo este momento no te he soltado la mano, Valdimir. Si llegara a soltarse por un instante, formarías parte del tiempo deten
En la penumbra de la habitación real, iluminada únicamente por el suave resplandor de los candelabros y la chimenea, Aelina y Valdimir yacían entrelazados, con sus cuerpos aún encendidos por la pasión compartida. El tiempo, obediente a los poderes de Aelina, permanecía suspendido en aquel limbo etéreo, permitiéndoles saborear cada instante de su unión como si fuera eterno.La piel de Aelina, tersa y pálida como la leche, contrastaba con la tez color canela de Valdimir. Sus respiraciones, acompasadas y profundas, eran el único sonido que rompía el silencio sobrenatural que los envolvía. El aroma a sándalo y lavanda flotaba en el aire, mezclándose con el inconfundible olor a amor y deseo que brotaba de sus cuerpos.Valdimir acariciaba con ternura el cabello color ébano de Aelina, con sus dedos perdiéndose entre los sedosos mechones. Cada fibra de su ser anhelaba que ese momento se extendiera por siempre, deseando congelar ese instante de perfecta comunión entre sus almas. Sin embargo, en