—Eso jamás pasará, ellos ahora son el amor de mi vida, le pregunto ¿Acaso usted ha sentido deseos de regresar a la señora Carlotta y a sus nietos, al abuelo Taddeo? —interrogó con seriedad Stefano y todos se quedaron quietos, por un momento un tenso silencio los recorrió. —Te sorprendería de las ve
Sandra se llevó la mano a la boca y comenzó a gritar. —¡Mi bebé! Yo no quiero perderlo —expresó en tono de desesperación. —Tranquila mi amor, todo estará bien… debes calmarte —dijo Stefano tomándola en sus brazos y caminando con ella hacia el auto, sintiendo el miedo agitarse en su interior.Todo
Sin decir palabras, Stefano la subió al auto, hasta llegar a la entrada de la casa, no quiso pasarla, porque no la sintió merecedora de invadir el que ahora era su hogar. Por un momento no supo que decir, se quedó en silencio por un par de segundos, luchando entre si abrir su corazón y creerle, o s
Dicho eso se marchó dejando un tenso silencio tras de sí. Stefano se encontraba confundido y desconcertado. Nunca había imaginado que Ornella podría tener un cambio tan radical y volverse consciente de sus errores. La idea de que su madre haya regresado para pedirle perdón y ofrecerse para formar p
Stefano se sorprendió ante las palabras de Sandra y creyó que estaba bromeando, pero cuando vio la seriedad en sus ojos supo que hablaba en serio. Permaneció callado por un momento mirándola antes de adentrarse con ella en una conversación, no se la imaginaba metiéndose en el baño cada vez que él qu
Stefano respiraba agitadamente al ver el placer tan agudo que ella manifestaba. Él sabía que estaba a punto de llegar al clímax, así que resolvió apretar un poco más sus caricias para darle la última sorpresa. —¡Oh por Dios! ¡Stefano! ¡Si mi amor! ¡Oh! —gritaba extasiada entre gemidos, perdiendo e
Los días iban pasando, Sandra trataba de cumplir al pie de la letra las indicaciones médicas, pero estaba siendo muy difícil para ella, porque era muy inquieta, le costaba estar tanto tiempo acostada, entretanto, Stefano hacía de todo por mantenerla entretenida. —Estoy cansada de estar acostada… me
La llevó un par de veces a la playa para contemplar el mar o la llevaba a visitar alguna ciudad cercana, siempre con la aprobación del médico, para su alivio Sandra no había vuelto a sangrar, también en ocasiones se escapaban al campo para respirar el aroma del aire fresco y disfrutar del paisaje ru