Al despertar, Katy sintió un peso en su pecho y la cabeza de Mike acomodada en su hombro. Era evidente que ambos habían caído dormidos luego de tanto éxtasis, y ahora que se encontraban en silencio, sus cuerpos entrelazados podían transmitir toda la pasión que sentían el uno por el otro. Katy se lev
Cuando él tocó su mano, un atisbo de reconocimiento se dibujó en su rostro. —¿Pasa algo? —interrogó ella. —¿La conozco de antes? ¿Es que su tono de voz me pareció familiar? Ante sus palabras Kate abrió los ojos asustada, pero enseguida reaccionó, se aclaró la garganta y respondió. —No lo creo… p
Un día después A medida que se acercaba la hora de la boda, Mike apenas podía contener su emoción. Había soñado con ese momento durante meses, y ahora por fin había llegado. Sandro sonrió al ver a su hermano intentar colocarse el corbatín, nervioso producto de la anticipación. Sabía lo mucho que s
En compañía de sus padres llegó a la iglesia y allí la estaba esperando Mike en la puerta de la iglesia, pero lo que la hizo sorprender es que cuando bajó del auto se quedó viéndolo con una mirada llena de ternura y amor, frunció el ceño porque se suponía que él no veía, mas al verlo caminar hacia e
Carlotta y Sandro viajaron a donde sería la siguiente carrera en la ciudad de Austin, Texas, en el Gran Premio de Las Américas. Llegaron al día siguiente de la boda luego de menos de dos horas y media de vuelo. Decidieron irse directamente al hotel para tratar de descansar después del trasnocho de
—Está bien esposo, espero te vaya muy bien… ¿A qué hora nos vemos? —A la hora de almuerzo, probablemente lo hagamos con tu familia —le dio otro beso y se despidió. Salió y su suegro lo esperaba. —¿Todo bien? —Si, me estaba despidiendo de Carlotta, me preguntó por Ren. —No me toques esa música…
Sandro se apartó de ellos, no queriendo seguir discutiendo, porque no valía la pena ensalzarse en una pelea inútil, él no necesitaba convencerlos con palabras que era él mejor, de hecho, ahora no le gustaba atribuirse ese título, era de quienes pensaba que mientras eras disciplinado y perseverante e
—Lo siento… yo solo jugaba con los niños —dijo con una voz tan suave que apenas pudo escucharla.—No te preocupes, no tienes por qué disculparte, tampoco es necesario que te levantes —en ese momento salió Carlotta y los vio, dibujó una sonrisa en su rostro —. Esposa, ya llegué, venía a buscarlas par