—Sandro también es el esposo de mi hija… solo que en este momento tienen algunas diferencias. —Entiendo, él vino por un problema de intoxicación de alimento, pero logró restablecerse rápido. —Muchas gracias, no se preocupe… podría darme la dirección que dio en el registro de la historia médica… —v
Los días empezaron a correr, para Carlotta, había sido duro adaptarse a todo ese proceso, a pesar de que sus padres fueron un par de ángeles para ella… Sandra le daba por querer estar despierta durante la madrugada, se levantaba todos los días a las doce de la noche y no se quedaba dormida hasta pas
—Veo que no insististe en que hablara con Sandro… —no fue una pregunta, sino una afirmación. —Yo te dije que no encontré nada en su contra… bueno para no querer saber de su vida, hablas mucho de él… —ella hizo una mueca y confiando en su padre aceptó. —Está bien, haremos como dices. “Seré hombre
Carlotta no podía creer lo que estaba sucediendo, se preguntaba cómo su padre le estaba haciendo eso, de ponerlo ante ella sin siquiera darle un aviso, verlo provocó en su interior un cataclismo de emociones, sus piernas comenzaron a temblar como si sola fueran una sustancia gelatinosa y el corazón
—Sandro… ¿Qué habrías pensado tú si hubieses estado en mi posición? —interrogó. —A mí, la mujer con la que me iba a casar y a quien creí amar, me dejó cuando me dijeron que no podría volver a caminar. —Debió ser doloroso para ti, aunque en mi caso, se trataba del
Carlotta se levantó alzando la barbilla desafiante. —No… mi hija no va a ir a ninguna parte sin mí. Antes de que Sandro respondiera, Taddeo lo hizo por él, porque tenía tiempo que no se divertía a costa de los otros. —Mi amor, Sandro dijo que su hija iba con su fuente de alimento ¿Adivina quién e
—Quiero aprovechar todo el tiempo que pueda con ella…—se quedó por unos segundos pensativo hasta agregar—. Esto es realmente increíble, mi hija es nieta del mejor piloto del mundo Fórmula Uno. —Por eso esa a Sandra le corre la adrenalina por las venas y la pasión por los motores… sabes, la única ma
“¡Mierda! ¿Qué pretende acaso quiere seducirme?” Sus ojos se fueron y se posaron justo en ese lugar donde estaba su… su Titanoboa… había olvidado lo monstruosa que era… y se le había olvidado que así era semi dormida… y despierta, si, de esa ya sabía que era la locura, pasó la lengua por sus labios,