Ares y yo tenemos un día en la isla cuando recibimos la llamada de Cillian.Hubo una explosión en el puerto y han destruido el almacén que pertenece a Jared y Cillian.Al parecer es una respuesta a mi boda con Ares.De inmediato este preparo todo para regresar a Nueva York.En realidad, hubiera deseado quedarme un poco, pero entiendo la situación.Además, no es como si esto fuera real.Claro que no lo es.Solo que, si hubo noche de bodas. Me recuerda mi inoportuna conciencia.Hago una mueca.Y luego una segunda vez.Creo que el aire del mediterráneo me vuelve estúpida.Menos, luego del mensaje que recibí, el cual no dejo muy feliz a Ares. Él dijo que se encargaría, pero yo tengo curiosidad de saber quién envió ese mensaje.La persona que lo hizo, lo hizo con toda la intención de crear un conflicto entre Ares y yo.Con lo que no contaban, es que yo tengo mi postura definida y sé que donde me he metido y con quien.No pienso dejar mi corazón en sus manos y, que él lo pisotee.Por supues
De pie en la puerta de la habitación que Ares ha dejado miro a la llorosa mujer que está atada a una silla.Sabía que debía seguir a Ares.Pero no espere encontrarme con esto.Me acerco a la mujer y desato la cuerda.—Gracias —susurra —muchas gracias.—No me agradezcas —digo en tono seco.—Ares y yo fuimos pareja hace un tiempo.No sé qué tiene que ver con que le he liberado, pero supongo que solo quiere aclarar el hecho.La libero y esta se sorbe la nariz antes de verme.—Siempre le he querido y no haría nada para dañarle.—Creo que él opina lo contrario.—No le conoces como yo.—¿Debo darte una estrella por tal proeza?Sus labios se vuelven una fina línea.—Le conocí cuando estaba en su más bajo momento.Frunzo el ceño.—Ares tiene un pasado de adicciones.—Supongo que me lo dices para que corra de él —espeto en tono sereno.Definitivamente, el hombre me sorprende cada día más.Niego.—No me interesa saber de sus escaramuzas y por tu bien, en mejor que te mantengas alejada de él.Me
Las manos y boca de Ares definitivamente deberían venir con una advertencia porque cada toque, cara caricia, y eso me hacen rogar por más.Sé que no debería rendirme ante él.Pero una cosa es lo que mi cabeza me grita y otra muy diferente lo que mi cuerpo pide.Su boca entre mis piernas mientras me come con auténtico abandono me hacen arquearme y llevar mis manos a su cabeza para sostenerlo en su lugar como si de eso dependiera la vida.Mis gemidos hacen eco en las paredes de la habitación con y solo ruego que estén insonorizadas.Cuando estoy a punto de correrme este se detiene dejándome a medias, con la respiración trabajosa y el cuerpo perlado de sudor.—Ares —digo con frustración.Este me regala una sonrisa cabrona.—¿Te quieres correr?Asiento.—Necesito palabras.—Sí, necesito que me hagas correr o tendremos problemas.—Qué mocosa, tan exigente.Me apoyo con mis codos y lo miro con atención.El hombre está desnudo y su pecho con tinta me llama.Su cabello está fuera de su coleta
La mañana siguiente nos reunimos en la oficina de Jared junto a Cillian.Los hombres están planeando el asalto y debo admitir que son bueno. Ralamente, si quiero la cabeza de León debo dejar a un lado mis sentimientos.La única forma de tenerlo donde quiero es acabando con el de todas las formas posibles.—Helena encontró esto.Cillian levanta un sobre.—Es una invitación para la gala beneficia.Me pongo de pie.—Dámela.—¿Segura?—No —interviene Ares —no vas a estar bajo el mismo techo que ese maldito infeliz.—La quiero, voy a demostrarle que no pudo conmigo.—Doc. aún te falta mucho que aprender.Fulmina con la mirada a Cillian, el cual no se inmuta.—Quiero hacerlo y lo haré. Es mi momento para regodearme cuando le digan que su cargamento ha caído.—Estás jugando con fuego.Lo miro con seriedad.—Por si no te has dado cuenta, ya estoy quemada.Veo como aprieta la mandíbula.—Creo que estará a salvo —Cillian interviene —ella debe comenzar a desenvolverse.—Mis hombres deben saber q
Cuando entro a la mansión de Cillian unos minutos después la casa es un hervidero de personas que van y viene.En el salón me encuentro con Jared que al verme respira aliviado.A su lado, Theo me mira con seriedad.—¿Qué ha ocurrido?—Cillian tuvo un percance y salió herido.Jared se acerca y me estudia.—¿Estás bien? —sus ojos se abren un poco al verme —¿Eso es…?Alarga la mano e intenta tocar mi cuello, pero niego.Doy un paso atrás.—Estoy bien, iré arriba.Con eso me alejo y subo las escaleras.Un hombre en el pasillo me señala el camino y las voces me lo reafirman.Abro la puerta.—¡Pero, no! El señor se cree indestructible —chilla —una jodida cosa te pedí, ¡una! Y, mira como regresas.Cillian hace una mueca al oírla.Abro los ojos al ver a Helena echar fuego por la boca mientras Cillian está sentado sobre la cama y se sostiene el hombro escuchando la diatriba de su mujer.Ares está sentado en un sofá con la mirada casi divertida, pero también atisbo algo de preocupación.Cierro
La mañana siguiente avanzo por el pasillo y toco la puerta del dormitorio de Helena y Cillian.Cuando abrí los ojos al amanecer Ares no estaba en la cama, así que supongo que tenía cosas pendientes por hacer.Aún más con Cillian convaleciente.La puerta se abre y Helena aparece.—Emma —dice con una sonrisa.—Buenos días —saludo — ¿cómo amaneció Cillian?Sonríe algo más relajada que anoche.—Quiere hacer su día como si nada, pero no le vamos a dejar.Cuando abre la puerta, no puedo evitar sonreír al ver que cuando dice vamos. Se refiere a ella y Caroline que aún lleva puesto su pijama y está acostada sobre Cillian que acaricia con mimo su espalda mientras la niña mantiene un chupón en su boca y se ve relajada.—Creo que es la mejor medicina en este momento.Helena asiente de acuerdo.—Solo voy a checar su herida y puede continuar su mañana de relajación.—No necesito descansar —espeta Cillian con voz serena para no alterar a su hija.Me acerco y sin poner resistencia deja que vea la he
—Ares —murmuro dando un paso adelante.—¿Qué haces aquí, Em?Dice haciendo énfasis en mi nombre.Me aclaro la garganta.—Vine a dejarles algunos insumos al doctor Spencer.Mira a Sam antes de devolver la mirada a mí.—Pero, Sam ha tomado su lugar.—Un gusto concerté.Sam se adelanta y le tiende la mano, peor Ares no se mueve.Hijo de…Bajo la mano de Sam y lo miro apenada.—Supongo que debo irme. Pero, vendré para que hagamos los horarios.—Perfecto —palmea mi mano —nos vemos, gracias por los suministros.—No lo agradezcas.Mira detrás de mí y frunce el ceño.—¿Estarás bien?Asiento.Con eso, paso como una flecha junto a Ares sin siquiera darle una segunda mirada.Miro a los lados y me encuentro con dos camionetas estacionadas detrás de la que me trajo hasta aquí.—Emma.—No tenías derecho a hacer eso que hiciste allá dentro.—Créeme, no hice nada, fui lo más sociable que pude.Resoplo.—Y, tú. No tenías permiso de dejar la mansión —espeta en tono frío.Lo miro con sorpresa y al mismo
No sé cuánto tiempo pasa hasta que despierto.Me quedo acostada mirando el techo de la habitación y todos los recuerdos de lo sucedido esta mañana me invaden.Parpadeo cuando nuevas lágrimas me asaltan.Y, odio un poco más al nefasto hombre con el que me toco casarme.Miro mi mano que vende a causa del dolor y me siento en la cama.Miro alrededor peor no hay rastros de Ares, así que me pongo de pie y me meto al baño rápidamente y me alivio.Cuando me detengo frente al lavado no puedo dejar de mirarlas marcas de mi cuello y mi mano envuelta.Tengo un aspecto horrible a causa del llanto.La vergüenza me embarga cuando recuerdo que Helena me vio en ese estado.Me lavo rápidamente las manos y me voy al armario donde me pongo algo más cómodo.Opto por un vestido suelto de algodón manga larga en color celeste, me calzo unas bailarinas y me ato el cabello en una trenza.Salgo cuando llaman a la puerta.Por un momento pienso que es Ares, pero él no tocaría la puerta.En cambio, Helena entra c