La mañana siguiente avanzo por el pasillo y toco la puerta del dormitorio de Helena y Cillian.Cuando abrí los ojos al amanecer Ares no estaba en la cama, así que supongo que tenía cosas pendientes por hacer.Aún más con Cillian convaleciente.La puerta se abre y Helena aparece.—Emma —dice con una sonrisa.—Buenos días —saludo — ¿cómo amaneció Cillian?Sonríe algo más relajada que anoche.—Quiere hacer su día como si nada, pero no le vamos a dejar.Cuando abre la puerta, no puedo evitar sonreír al ver que cuando dice vamos. Se refiere a ella y Caroline que aún lleva puesto su pijama y está acostada sobre Cillian que acaricia con mimo su espalda mientras la niña mantiene un chupón en su boca y se ve relajada.—Creo que es la mejor medicina en este momento.Helena asiente de acuerdo.—Solo voy a checar su herida y puede continuar su mañana de relajación.—No necesito descansar —espeta Cillian con voz serena para no alterar a su hija.Me acerco y sin poner resistencia deja que vea la he
—Ares —murmuro dando un paso adelante.—¿Qué haces aquí, Em?Dice haciendo énfasis en mi nombre.Me aclaro la garganta.—Vine a dejarles algunos insumos al doctor Spencer.Mira a Sam antes de devolver la mirada a mí.—Pero, Sam ha tomado su lugar.—Un gusto concerté.Sam se adelanta y le tiende la mano, peor Ares no se mueve.Hijo de…Bajo la mano de Sam y lo miro apenada.—Supongo que debo irme. Pero, vendré para que hagamos los horarios.—Perfecto —palmea mi mano —nos vemos, gracias por los suministros.—No lo agradezcas.Mira detrás de mí y frunce el ceño.—¿Estarás bien?Asiento.Con eso, paso como una flecha junto a Ares sin siquiera darle una segunda mirada.Miro a los lados y me encuentro con dos camionetas estacionadas detrás de la que me trajo hasta aquí.—Emma.—No tenías derecho a hacer eso que hiciste allá dentro.—Créeme, no hice nada, fui lo más sociable que pude.Resoplo.—Y, tú. No tenías permiso de dejar la mansión —espeta en tono frío.Lo miro con sorpresa y al mismo
No sé cuánto tiempo pasa hasta que despierto.Me quedo acostada mirando el techo de la habitación y todos los recuerdos de lo sucedido esta mañana me invaden.Parpadeo cuando nuevas lágrimas me asaltan.Y, odio un poco más al nefasto hombre con el que me toco casarme.Miro mi mano que vende a causa del dolor y me siento en la cama.Miro alrededor peor no hay rastros de Ares, así que me pongo de pie y me meto al baño rápidamente y me alivio.Cuando me detengo frente al lavado no puedo dejar de mirarlas marcas de mi cuello y mi mano envuelta.Tengo un aspecto horrible a causa del llanto.La vergüenza me embarga cuando recuerdo que Helena me vio en ese estado.Me lavo rápidamente las manos y me voy al armario donde me pongo algo más cómodo.Opto por un vestido suelto de algodón manga larga en color celeste, me calzo unas bailarinas y me ato el cabello en una trenza.Salgo cuando llaman a la puerta.Por un momento pienso que es Ares, pero él no tocaría la puerta.En cambio, Helena entra c
—No sabía que iba a esta aquí —murmura Jared ante la presencia de Ares.—Ya que —suspiro supongo que no podemos decirle que se vaya.Niega.Levanto mi barbilla y junto a Jared camino mientras él me habla del lugar al tiempo que ignoro la mirada de Ares y Theo desaparece por el almacén.Miro con atención como los hombres.—Esto es tráfico de armas.Miro a Jared.—Nuestro segundo negocio más lucrativo.Su sonrisa es sagaz—Te lo dije, una dulcería. Fusil, carabina, fusil de francotirador, antiarmamental.Toma cada una antes de dejarla en su lugar.—Esta es mi favorita —toma una pistola ametralladora y deja un beso en la misma antes de dejarla en su lugar.—Además, hay granadas, lanzamisiles y algunos otros juguetes que te van a encantar.Con eso se aleja dejándome sola.Avanzo por el lugar y me detengo frente a un estuche lleno de municiones largas.—Supongo que no es lo que esperabas.Mantengo mi postura cuando escucho la voz de Ares.—No, pero hoy ha sido un día de sorpresas. Y, no mu
Mi cuerpo vibra cuando alcanzo el clímax bajo la diestra boca de Ares. Cada caricia. Cada beso que Ares me prodiga es con una ternura que jamás pensé sentir de su parte. El hombre tosco y temperamental no está aquí ahora mismo. Su boca adora mi cuerpo y mis jadeos hacen eco en el salón de su casa. Desciende y se endereza apreciando su desnudes mientras algunos mechones de su cabello están sueltos dándole un aspecto salvaje. Se acaricia a sí mismo mientras me abro más a él con una clara invitación. Mueve su erección sobre mí sin penetrarme, pero acariciando mi centro. —¿Lo quieres ahora? Mamón arrogante. —¿Te vas a hacer de rogar? —replico con una perezosa sonrisa pos orgásmica. Su mano va a mis pechos y tira de estos por turnos hasta el punto del dolor, pero es un dolor tolerable y debo aceptar que me gusta. Desliza su verga hasta mi entrada y cuando empuja me arqueo sintiendo la intromisión. Amo como Ares se siente. El oxígeno abandona mis pulmones cuando la palabra se
POV ARES. —Tenemos un topo, señores —espeta Jared. Me recargo en el sofá donde estoy sentado junto a Emma. Mi mirada pasa de Cillian a Jared. —Yo creo que es evidente quién es —inclino la cabeza. —Habla claro y déjate de rodeos. Jared me ve con el ceño fruncido. —Yo pienso que Theo no está feliz con la aparición de Emma. —Theo me ha sido fiel desde que era un crío, mi hermana lo dejó a mi cargo cuando falleció —me mira —él no me traicionaría. —No puedo decir que el recibimiento de Theo y su esposa ha sido cálido y creo que Ares puede tener algo de razón. Las palabras de Emma son serenas, pero puedo ver que ella tampoco le cree a su primo. Jared resopla. —Yo podría decir que tal vez alguna de sus amantes está enojada. Cillian lo mira con seriedad. —Yo no tengo amantes, aunque no lo creas y ultimadamente, jódete Jared, estás manteniendo una víbora bajo tu techo. —Lo mismo aplica para mí. Mis palabras son serias. Desde que Emma apareció no ha existido nadie más, ni siqui
—¿Quieres salir esta noche por una copa?Miro con sorpresa a Helena.—No creo que sea prudente—Iremos a uno de nuestros clubs, estaremos seguras —sonríe —Jojo es mi mejor amiga y te juro que vamos a pasar un momento agradable.Ve mi duda.—¡Vamos! Necesito un momento de chicas.La idea de salir a divertirme un poco suena tentadora.Así que, asiento.—Está bien.—¡Eso! —Helena aplaude.—¿Qué están planeando?La voz de Ares irrumpe en el salón y viene acompañado de Cillian.Ambos habíamos tenido una entretenida clase de armamento que me dio los conocimientos básicos del uso de la misma.—Verás querido, estamos planeando ir a un club de stripper con Jojo.Abro los ojos ante las palabras de Helena.—¿Quieres que queme dicho club? —replica Cillian mirándola con seriedad.—No me dijiste que era un club de stripper.—No lo es —se inclina susurrando.Ares me mira con los ojos entrecerrados y solo me encojo de hombros.—Puede ser interesante.—Puede, pero no vas.—Quien está pidiendo permiso
Que alguien me dispare y acabe con esta agonía que siento.Mi cabeza está a punto de estallar, siento la boca seca, y tengo revuelto el estómago.Algunos recuerdos de la noche anterior asaltan mi mente, me excedí en el alcohol y ahora pago las consecuencias.Pero, de repente, recuerdo algo que no debió haber sucedido anoche.Mi precaria confesión de amor.El terror me invade.Me cubro el rostro, mi ahogo un grito.—Dios, ¿por qué soy tan bocona? —Susurro en medio de la solitaria habitación.Bajo las manos y miro alrededor de la habitación en busca de una salida.No puedo ni verle la cara a Ares.Seré su burla.Me siento sobre la cama y me doy cuenta de que solo llevo mis bragas.Sobre el sofá individual, junto a la ventana, está mi ropa de anoche.Me pongo de pie y me meto al baño para arreglar un poco el desastre que soy y tomar el valor de verle a la cara a Ares.Al terminar me pongo unos pantalones cortos y una camiseta.Me recojo el cabello en una coleta y bajo.Lo más inteligente