POV ARES. —Tenemos un topo, señores —espeta Jared. Me recargo en el sofá donde estoy sentado junto a Emma. Mi mirada pasa de Cillian a Jared. —Yo creo que es evidente quién es —inclino la cabeza. —Habla claro y déjate de rodeos. Jared me ve con el ceño fruncido. —Yo pienso que Theo no está feliz con la aparición de Emma. —Theo me ha sido fiel desde que era un crío, mi hermana lo dejó a mi cargo cuando falleció —me mira —él no me traicionaría. —No puedo decir que el recibimiento de Theo y su esposa ha sido cálido y creo que Ares puede tener algo de razón. Las palabras de Emma son serenas, pero puedo ver que ella tampoco le cree a su primo. Jared resopla. —Yo podría decir que tal vez alguna de sus amantes está enojada. Cillian lo mira con seriedad. —Yo no tengo amantes, aunque no lo creas y ultimadamente, jódete Jared, estás manteniendo una víbora bajo tu techo. —Lo mismo aplica para mí. Mis palabras son serias. Desde que Emma apareció no ha existido nadie más, ni siqui
—¿Quieres salir esta noche por una copa?Miro con sorpresa a Helena.—No creo que sea prudente—Iremos a uno de nuestros clubs, estaremos seguras —sonríe —Jojo es mi mejor amiga y te juro que vamos a pasar un momento agradable.Ve mi duda.—¡Vamos! Necesito un momento de chicas.La idea de salir a divertirme un poco suena tentadora.Así que, asiento.—Está bien.—¡Eso! —Helena aplaude.—¿Qué están planeando?La voz de Ares irrumpe en el salón y viene acompañado de Cillian.Ambos habíamos tenido una entretenida clase de armamento que me dio los conocimientos básicos del uso de la misma.—Verás querido, estamos planeando ir a un club de stripper con Jojo.Abro los ojos ante las palabras de Helena.—¿Quieres que queme dicho club? —replica Cillian mirándola con seriedad.—No me dijiste que era un club de stripper.—No lo es —se inclina susurrando.Ares me mira con los ojos entrecerrados y solo me encojo de hombros.—Puede ser interesante.—Puede, pero no vas.—Quien está pidiendo permiso
Que alguien me dispare y acabe con esta agonía que siento.Mi cabeza está a punto de estallar, siento la boca seca, y tengo revuelto el estómago.Algunos recuerdos de la noche anterior asaltan mi mente, me excedí en el alcohol y ahora pago las consecuencias.Pero, de repente, recuerdo algo que no debió haber sucedido anoche.Mi precaria confesión de amor.El terror me invade.Me cubro el rostro, mi ahogo un grito.—Dios, ¿por qué soy tan bocona? —Susurro en medio de la solitaria habitación.Bajo las manos y miro alrededor de la habitación en busca de una salida.No puedo ni verle la cara a Ares.Seré su burla.Me siento sobre la cama y me doy cuenta de que solo llevo mis bragas.Sobre el sofá individual, junto a la ventana, está mi ropa de anoche.Me pongo de pie y me meto al baño para arreglar un poco el desastre que soy y tomar el valor de verle a la cara a Ares.Al terminar me pongo unos pantalones cortos y una camiseta.Me recojo el cabello en una coleta y bajo.Lo más inteligente
Me doy un repaso y me aseguro que me veo bien.Llevo un vestido corto de terciopelo, de una manga larga, con un hombro al descubierto. Unas botas por encima de las rodillas que le dan un toque sexi al atuendo y el cabello lo he dejado suelto y en ondas.Aún no estoy al cien debido a la noche de farra, pero tengo curiosidad de que tiene preparado Ares.Estoy rociándome un poco de perfume cuando la puerta se abre y aparece Ares.Lleva traje, dejándome muda.La única vez que le he visto con traje fue el día de la boda.La falta de corbata le da ese toque tan propio de él y su cabello está atado y bien peinado.Los únicos tatuajes que puedo divisar son el que tiene detrás de la oreja y las manos.—¿Tan mal me veo?Niego.—Solo es tan extraño.Sonríe con pericia antes de deparar en mi atuendo.—Pues, tú siempre te las arreglas para lucir muy bien, doc.—Gracias —farfullo —¿me dirás a dónde vamos?—A cenar y divertirnos un poco.—Vale —murmuro con la curiosidad intacta.Dejamos la habitació
Ares y yo salimos de la oscura habitación. No veo a nadie detrás mientras subimos un tramo de escaleras.Al llegar al piso superior veo un pasillo donde se supone están las habitaciones.Hay algunas que tiene una luz verde o roja encendida. Mientras hay unas que están apagadas.—Ares.—Las verdes son una invitación —espeta —las rojas, lo contrario.Nos acercamos a una con la luz apagada.La abre y se hace a un lado para dejarme entrar y veo que enciende la luz verde.La habitación está decorada en colores negro y dorados con un toque de rojo.La cama de cuatro postes de sabanas rojas es impresionante.Su boca desciende y cubre la mía en un candoroso beso.Me aferro a su americana y lo saco de ella. También peleo con los botones de su camisa porque necesito tenerlo la más cerca que pueda.Cuando queda solo en pantalones arrastro mis uñas por su pecho sin despegar mi boca.La puerta se abre y a pesar del momento siento como mi cuerpo se tensa y despego mis labios de los de Ares.—Luz ro
Lo irónico de la vida es que un momento estás arriba y al siguiente puede darte golpes.Cuando salimos del club con destino a la casa del vecindario, Ares recibió una llamada.Han herido a Jared.El hombre que me busco por años y no descanso hasta dar conmigo ahora está en un quirófano luchando por su vida.—¿Estás bien?Parpadeo y me encuentro a Ares que me tiende un café.Estamos en la sala de espera y el shock en el rostro de todos es evidenteAsiento.Tomo el café que este me ofrece y sorbo de mi bebida que calienta un poco el entumecimiento.Más allá se encuentra Cillian con un par de sus hombres.Frente a mí, sentados están Theo y Lía que parecen afectados.Pero a mí no me engañan, son un par de sanguijuelas que están felices por lo ocurrido.Ares toma asiento a mi lado y posa su mano en mi rodilla.—¿Qué has descubierto? —susurro.—Uno de los escoltas de tu padre, que sobrevivió al atentado, asegura que el recorrido fue peinado antes de partir.—Entonces, ¿qué fallo? Nuestra
—Debemos mover un cargamento esta noche. Theo toma asiento frente a mí en la oficina de Jared, la cual he ocupado esta mañana. —¿Es solo de Jared? Asiente. —El envío de las armas se retrasó por el incidente, pero ya estamos a punto de mandarlo y cumplir con el cliente. —De hecho, quería decirte que tenemos una entrega pequeña para esta noche. Abre los ojos un poco. —No me habían informado. —Es algo de último minuto —miento —. Haremos la entrega en el puente de Brooklyn. —¿La harás tu misma? Asiento. —Jared no pude y me gustaría saber más del negocio. Me mira con incredulidad. —No pensé que quisieras meterte de lleno en esto. —No escogí entrar a este mundo, pero es lo que hay, y creo que es hora de aceptarlo. Bueno, no es del todo mentira. No tengo más alternativa por ahora, pero no pierdo las esperanzas de volver a hacer lo que amo. Tal vez fui muy ingenua. Ahora mismo no puedo volver al consultorio. Pero al menos puedo colaborar de manera económica en este. Me pongo
Entro a la habitación donde han trasladado a Jared y me sorprende lo aliviada que estoy de verle con mejor color.El hombre no ha sido el más delicado ante la situación y ha cometido errores.Pero, debo admitir que durante estas últimas semanas había surgido una especie de conexión entre ambos. Jared sinceramente estaba buscado un acercamiento.Me siento junto a la cama.En silencio le hago compañía al tiempo que no puedo sacar de mi cabeza lo ocurrido anoche.Poco después de que dejáramos el lugar, uno de los escoltas llamo y nos informó que algunos hombres desconocidos llegaron al puente.Lo que nos deja más confundidos.¿A qué está jugando Theo?Ares fue a reunirse con Cillian y tratar de encontrar información. Según él, con otro socio de Cillian.Todos sentimos que estamos en una silenciosa batalla, ¿lo peor? Estamos a ciegas y eso no es bueno para nadie.Jared se queja ajo y me enderezo.Miro el monitor para verificar que todo marcha bien.Me pongo de pie y me inclino un poco has