MADDISONHace rato que mi madre se fue, al parecer recibió un llamado de Silas, no me importa estar sola, sé que la mayoría de los doctores están al pendiente de mí, debido a que mi padre los ha amenazado de muerte. Eso o con matar a alguno de sus seres querido, algo a lo que, sin duda, apuesto más. De cualquier modo, me parece que estamos en medio de una guerra, lo cierto es que desde que mi madre me contó su plan para hacer que Levi se marche, tengo esta extraña sensación, este mal presentimiento. Mi embarazo es de alto riesgo en estos momentos, es la razón más poderosa por la que no deseo verlo, a más, de que el hacerlo implicaría el tener que escuchar sus excusas baratas, porque al final del día, no importa qué es lo que haya pasado realmente, no, él se acostó con ella y eso es lo que me da tanto asco que no puedo siquiera pasar saliva del coraje. Cierro los ojos, respiro profundo, esto lo hago por el bien de mi bebé y el mío, ya no quiero tener nada que ver con Levi Evenson. Lo
MADDISONObservo la expresión de mi madre y me repugna, una vez más, ha matado la imagen de la madre por la que yo estuve dispuesta a hacer tanto, la madre que estaba enferma y que con tal de salvarla, acepté un trabajo que no me gustaba, acepté el trato que en su momento me ofreció Félix, sin importarme estar casada con el hombre que abusó de mí en aquel entonces, no, para mí, mi madre real murió de cáncer, esta mujer no tiene nada que ver conmigo. Ella parece leer mis pensamientos, porque enseguida, hace el amago de acercarse, Levi tenía razón después de todo, ella solo es una pieza más en el tablero de Silas, ¿cómo es que esos dos pueden ser mis padres? Debo tener o muy mala suerte, o debí de haber hecho algo muy malo en el pasado. —No te acerques —logro articular. —Cariño, deja que te lo explique, no es tan malo…—¡No mientas! —cierro los puños. Me había prometido no alterarme, pero es que ellos es lo que quieren, mi bebé es un estorbo para ambos, no lo voy a permitir, por lo
LEVIInquieto, así es como me encuentro, mientras camino de un lado a otro, esperando a las afueras del hospital, Tobias llega a hacerme compañía, argumentando que solo ha venido porque como abogado, tengo derechos como padre a ver a mi hijo, sé que se siente protegido por el hecho de tener la protección de la Bratva, pero eso no ayuda a que me sienta impotente, mientras yo estoy aquí afuera, Maddison está sola, lidiando con los dolores del parto. Ha pasado un día entero desde que me avisaron que Maddison había entrado en labor, ¿dura tanto? Solo espero que esté bien, y lo más importante, que nada ni nadie le haga daño a mi hijo, o de lo contrario, soy capaz de incendiar el maldito hospital, de eso deben estar seguros. —¿Quieres tranquilizarte? —me dice Tobias. —No. —Joder, no vas a arreglar nada entrando en pánico. —Eso es porque nunca pienso tener hijos —argumenta muy seguro de sí mismo. Yo pensaba lo mismo, incluso no me veía amando a una mujer y mucho menos casado, y ahora,
BARTHQuieto, bajo el manto de la noche, me encuentro escuchando atento a las órdenes que le da Silas a sus hombres, se supone que tienen que rodear la zona, cuidar que incluso ningún perro o mosca se acerque a su propiedad, todo esto se debe a que hace un par de horas que llegó Maddison, no soy un hombre de hielo como el Capo, en cuanto llegó, en silencio, apenas pudiendo caminar, con la mirada perdida y el rostro pálido, me sentí mal por ella. Ninguna madre merece que le arrebaten a sus hijos del modo en el que lo hizo Silas, mucho menos alguien como ella, que lo único que ha hecho es intentar sobrevivir a esta vida que le tocó. Desde que la conocí, supe que esta no era vida para ella, no lo es. Pero a Silas no le importó. Ella no mira a nadie, ni siquiera en estos momentos en los que la miro sentada en una de las orillas de la cama, con la mirada fija sobre la ventana, está como ida. Su nariz está teñida de un rojo carmín intenso, sus ojos rojos y sin ese brillo que la caracteriz
LEVINo dejo de observar a Stella, es perfecta, tan hermosa como su madre, Maddison, el que ellas estén separadas por culpa de Silas, no mejora las cosas, solo las empeora, de algo estoy seguro, y es que ambos deben pagar por lo que hicieron, tanto Silas como Haven. Por su estupidez es que mi hija está pasando sus primeros días de vida sin su madre, sin su calor, aún me cuesta trabajo comprender cómo es que algo como una prenda o una frazada que usaba Maddison, calme a Stella. Clara suele decir que es normal que los bebés sientan esa clase de apego con las cosas de la mujer que los trajo al mundo, no sé si sea cierto del todo o solo fue suerte, pero se lo agradezco, aunque lo nuestro nunca funcionara, ahora mismo le doy las gracias por haberme drogado en aquel entonces, gracias a ello, aunque no fue la manera correcta, pude conocer a Maddison. Y por ende, es que Stella existe, Tobias entra a la habitación, últimamente no me ha dejado solo, siempre argumenta que solo me vigila porque
MADDISONEl dolor que siento en el pecho no se compara con el que me provoca el estar lejos de mi bebé, de no haber podido tener la oportunidad siquiera de cargarla entre mis brazos, Silas cree que soy una muñeca rota a la que debe y puede arreglar cuanto antes, está equivocado, no lo soy, y me parece que ya debe de comprenderlo, me pongo de pie, ha pasado una semana desde que nos mudamos a otra de sus tantas fortalezas. Mi madre sigue haciendo el intento para que hable con ellos, aunque sea cruzar una solo palabra cuando me obliga a estar en la misma mesa para probar alimento, cosa que no hago, ahora que sé los planes que tienen para mí, y que las posibilidades de volver a ver a Levi y a mi hija se hacen nulas, día con día, no tengo ganas de nada. Me prometí hacer todo lo que fuera posible por estar bien y tratar de escapar, sin embargo, Silas me ha puesto tanta vigilancia que incluso me cuentan los minutos que me tardo en el baño, tienen órdenes exactas de entrar si me tardo más d
MADDISONNo he dejado de pensar en Levi y en mi hija, fue cosa sencilla salir de la fortaleza de Silas, sabiendo que estaba fuera, pero aún estando en el jet privado sobre el aire, el miedo de que quizá pueda darse cuenta de derrumbar esto en el aire, hace que casi me coma las uñas de la angustia. Sin embargo, el miedo que me invade de perder a las dos personas que más amo en la vida, hace que todo el mundo se quede de lado. Cuento los minutos y las horas, sé que igual no sirve de nada el ponerme nerviosa hasta la mierda, cuando no puedo hacer nada en estos momentos más que esperar. Cosa en lo que no soy buena, aún me cuesta comprender cómo es que Barth me ha ayudado. Me dijo su razón, el problema radica que en que hasta ahora ha cumplido su palabra, y no solo eso, que trata de ayudar, no obstante, prefiero mantener mi distancia con él. Es algo que me diría Levi, y que por supuesto lo haría. Siento que el pecho se me apachurra con solo pensar en todo lo que ha pasado, no merece esto
MADDISONNo comprendo en dónde es que nos encontramos en estos momentos, quisiera decir que estamos bien y a salvo, pero es que en cuanto nos dijeron que Silas ya venía en camino, Levi se puso en ese estado protector en el que no se separaba de nosotras en ningún momento, pero sobre todo, serio hizo que lo siguiéramos, Tobias se quedó con Clara, argumentando que ellos estarían bien, pero con lo que observé, no estaría tan seguro de ello, de cualquier manera, sin importar lo que hubiera sucedido en el pasado, no importa, le agradezco a Clara el que cuidara a mi hija en mi ausencia. No hago preguntas por qué sé que no las van a responder, sin embargo, hacemos un viaje en un carro que es custodiado como si llevaran o estuvieran cuidando a gente demasiado importante, hasta una casa enorme a las afueras de la ciudad. Insisto en que debemos mantenernos a raya con la gente, el único que nos acompañó es Barth, y eso que, pese a la hostilidad que emana de ambos, es el único que puede ayudarn