Antes de que Julieta pudiera reaccionar, Dalila había corrido asustada y se había arrojado a los brazos del hombre que había llegado.—Leandro, qué hacemos, parece que Julieta se ha vuelto loca…Su voz era suave y blanda. Parecía una víctima.Girando la cabeza para mirar a los dos, Julieta se mofó:—Leandro, si quieres intimar con ella, no lo hagas delante de mí porque me da asco.Tras escuchar esto, Leandro frunció un poco el ceño y apartó a Dalila.—¿Por qué estás aquí? —preguntó con voz fría.Dalila se quedó congelada un momento y se apresuró a aferrarse a su brazo mientras le hacía mimos.—Vi en las noticias que Julieta había sido detenida, así que me apresuré a venir. Quería ver si podía hacer algo para ayudar.—¿Noticias?Leandro la miró. Sus profundos ojos eran fríos y distantes. Dalila no pudo evitar sentir un poco de miedo.—Sí, en las noticias…—Vuelve, no tienes que preocuparte por esto.Mirando hacia Julieta, el rostro de Dalila mostró preocupación.—Pero…Antes de que pudi
Justo cuando ambos discutían, Ismael se adelantó. Abrazó a Julieta, bajó la cabeza y le dijo suavemente: —Julieta, no discutas. Vuelve a casa y descansa un poco.Su cuerpo no aguantaba tantas vueltas. Leandro alargó la mano para detenerle, con los ojos llenos de intenciones asesinas.—¡Ismael, suéltala!—Leandro, si de verdad la quieres, deberías saber que su cuerpo necesita descansar. Acaba de salir del hospital, aún está embarazada y ha pasado altibajos todo el día. ¿Crees que podrá soportarlo?Apenas dijo eso, el cuerpo de Julieta comenzó a temblar.Se cubría los pulmones, su cara se contorsionaba mientras luchaba contra el dolor, y si no fuera porque Ismael la abrazaba, temía que se hubiera desplomado en el suelo.Por suerte en ese momento, llegó Jasmine y levantó a Julieta de los brazos de Ismael.—Julieta, aguanta, traigo la medicina.Después de decir esto, abrió apresuradamente el frasco de pastillas, y luego metió la pastilla en la boca de Julieta. Pero tan pronto como acababa
—Señor, ¿le preocupa que algunos de ellos no cumplan sus órdenes?Por la tarde, después de que Julieta fuera detenida, Leandro dio inmediatamente la orden de que todos los medios de comunicación no informaran sobre ello, y también de que se retractaran de todas las noticias anteriores.O alguien que no temía a la muerte había publicado el contenido, o Dalila lo sabía desde hacía mucho tiempo. Leandro giró la cabeza mientras miraba por la ventana. Sus ojos negros brillaban con un aura asesina.Si este asunto estaba realmente relacionado con Dalila, entonces tenía que dudar de la verdad de todo lo que había sucedido antes.Leandro estaba pensando cuando sonó el teléfono: Era Dalila.Pero Leandro no se movió en absoluto, y no contestó hasta que Dalila llamó por tercera vez.—Leandro.Al escuchar la exagerada y repugnante voz mimosa de Dalila, Leandro frunció el ceño y dijo con voz fría: —¿Qué pasa?Hubo silencio al otro lado de la línea durante un rato hasta que llegó la voz de Dalila co
Era pleno mediodía cuando Julieta despertó. Se frotó el rostro y se levantó lentamente de la cama. Escuchó ruidos en la cocina, pero no se molestó en investigarlo. Sabía que era Jasmine haciendo un poco de caldo. Se levantó y se lavó la cara. Al ver su pálido reflejo en el espejo, se quedó inmóvil por un momento. Luego de una larga mirada, soltó una carcajada. Su muerte estaba cercana, pero todavía no había logrado su venganza y su vida era un desastre miserable. Salió del baño y justo Jasmine también lo hizo de la cocina; tan pronto como la vio, sonrió y se acercó a examinar su estado. —Julieta, tu rostro está demasiado pálido. Hice un poco de caldo, necesitas comer más —dijo Jasmine.La ayudó a sentarse en el comedor y volvió a la cocina. —Has estado comiendo demasiado poco, y ahora que estás embarazada, debes consumir dos porciones de nutrientes. Julieta, estás embarazada y, aun así, luces demacrada. ¿Podrías cuidarte más, por favor?La bronca despertó a Julieta de su estupor,
Julieta siguió al coche de Dalila, quien la llevó a las afueras de la ciudad, hacia las montañas. Para protegerse de cualquier truco por parte de Dalila, prendió la cámara escondida en su ropa. Esta vez, quería exponer a Dalila, ¡aunque eso significara que saliera lastimada en el proceso! Después de conducir otra media hora, el coche de Dalila finalmente dobló la esquina y se detuvo. Julieta estacionó su coche y miró a su alrededor, sintiéndose inquieta inmediatamente. El lugar era escalofriante y ni siquiera parecía habitado. “¿Qué estaba tramando Dalila? ¿Podría estar planeando matarme?”, pensó Julieta.Con ese pensamiento, Julieta tomó un cuchillo con sumo cuidado y lo escondió en su bolsillo. Al bajarse del coche, vio a Dalila empujando una pesada puerta de hierro y dijo:—Por aquí.A medida que caminaban hacia el interior, Julieta se dio cuenta de que estaban en una funeraria. Sin embargo, estaba prácticamente abandonada. No era una sorpresa que ni la policía, ni Ismael hubi
Dalila tiró con más fuerza del pelo de Julieta mientras hablaba. Examinó la expresión de dolor en su rostro y se burló.—Es más, cuando la familia Rosales quebró, él te buscó para mostrarte la evidencia y se encontró conmigo de casualidad. ¿Tienes idea de cómo me miró en ese momento? Al decir esto tomó a Julieta por la mandíbula y dijo con ferocidad:—¡Me miraba como si fuera una prisionera, escudriñándome de arriba abajo! De hecho, al principio, no tenía intención de matarlo. Sin embargo, él se estaba sobreestimando. Quería protegerte en todos los sentidos e incluso en sus momentos finales, seguía preocupándose por ti. ¿Sabes lo mucho que eso me repugnaba? ¡Me dio asco!De repente, Dalila arrastró a Julieta hasta el incinerador y la amenazó:—¡Julieta, esto es lo que pasa cuando vas contra mí! Si eres una buena chica y cumples tu condena en la cárcel, puede que te deje ir. De lo contrario, ¡esto es lo que te espera!Julieta ya tenía el rostro cubierto de lágrimas, y el corazón le dol
Cuando Ismael y Jazmín llegaron, Julieta salía cojeando de la oscura funeraria.—¡Julieta! —gritó Jasmine y salió disparada hacia ella. Luego la abrazó, observó su pelo revuelto y las manchas de sangre en la boca, y le preguntó con preocupación—: Julieta, ¿qué ocurrió? ¿Esa perra de Dalila te hizo esto?Cuando Jasmine la abrazó, los apagados ojos de Julieta cambiaron ligeramente. Enterró la cabeza en los brazos de Jasmine y volvió a llorar: —Ay, Jazmín, incluso las cenizas de don Camilo fueron esparcidas. Soy tan inútil...Jasmine se paralizó momentáneamente. Le acarició suavemente la espalda y le susurró:—Julieta, no estés triste. Don Camilo te perdonará en el cielo. Julieta lloró largo rato. Luego levantó la cabeza, miró a Jasmine con los ojos enrojecidos y le dijo: —Jazmín, tenía tanto miedo. No quiero perderte a ti también.—Julieta, Jazmín siempre va a estar ahí. No te abandonaré, no tengas miedo —le aseguró Jasmine. Tras escuchar eso, Julieta negó con la cabeza y gritó: —No
Al volver al apartamento Cima Dorada, Julieta extrajo la tarjeta de memoria de la cámara oculta, la insertó en la computadora y editó un video. Después, lo envió a Ismael junto con un mensaje que decía: [Ayúdame a crear una nueva cuenta que no pueda ser rastreada. Publica este video para que Dalila sienta lo que es ser la número uno en tendencias.].Poco después, Ismael respondió: [No hay problema Julieta. Me alegra que empieces a contraatacar]En ese momento, Julieta tuvo un poco de cargo de conciencia. Ismael siempre era muy bueno con ella, lo cual la hacía sentir culpable. Se preguntaba: "¿Esto cuenta cómo usarlo?".De repente, la voz de Jazmine llegó desde la puerta: —¡Vete ya! No eres bienvenido aquí.Julieta se sorprendió. Pensaba que Dalila había regresado a buscarla, pero ¿no era un poco pronto? Fue hasta la puerta y vio a Leandro parado ahí, con una expresión indiferente en su rostro. Jasmine lo había detenido. "¿Qué hace él aquí?", reflexionó Julieta y luego preguntó di