Julieta perdió las fuerzas de repente, realmente no tenía nada, solo le quedaba la venganza.Pero este niño había llegado por obra del destino. ¿Cómo podía matarlo con sus propias manos cuando él había estado con ella pasando tantos altibajos y, aún así, seguía viviendo? ¡No podía hacerlo!—¡No te preocupes por mí!Leandro la sujetó por la cintura y la llevó directamente al baño: —¡Date un baño!—¡Suéltame!Leandro la soltó y salió rápidamente. Se paró en la puerta, miró en dirección al baño y su corazón se llenó de grandes sentimientos. Lo que más le enfadaba era que en realidad había empezado a tener gran curiosidad en saber dónde demonios había estado anoche.Mientras pensaba en esto abrió su mesa de noche y rebuscó la última foto que había visto, pero tras un buen rato no pudo encontrarla, al final solo encontró un frasco de pastillas marrones que parecían medicinas.¿Por qué necesitaba tomar esto aquella mujer?De pronto se acordó de las palabras de Jasmine: —¡Julieta realmente
—Ha pasado mucho tiempo y es muy difícil construir un caso sin pruebas contundentes.La respuesta era la esperada, Julieta bajó tímidamente la cabeza, se clavó las uñas en la piel mientras reflexionaba durante unos minutos, de repente habló:—¿Y si ahora desenterrara de nuevo el cuerpo y lo volviera a examinar?Ismael se quedó helado, estaba un poco sorprendido, giró rápidamente la cabeza para mirarla, parecía estar atando los cabos sueltos.—¿Es tu madre?—Sí.Desenterrar de nuevo el cadáver de su madre era un gran tabú y requería muchísimo valor. Pero si esto ponía a Dalila ante la ley, supuso que su mamá la perdonaría.—¿No tienes el informe de la autopsia?—Ese informe es de hace dos años y… creo que un trozo de papel es una prueba que podría refutarse fácilmente, a menos que se encuentre al forense de aquellos días.—¿Cuál fue la causa de la muerte de tu mamá en aquel entonces?Julieta se mordió los labios.—Complicaciones en el parto.Durante trece años había creído que su madre
No podía abandonar su búsqueda de la verdad, y mucho menos de don Camilo.Después de conducir durante tres horas, por fin llegaron a su destino. Al inicio Julieta pensó que estarían en la estación de policía, pero en su lugar estaban en una funeraria. Estaba muy sorprendida.—¿La funeraria?—Arrojaron su cuerpo al río y flotó hasta aquí con la corriente, donde lo recogieron unas personas especializadas en ir a buscar cadáveres.—Originalmente lo enviaron a la comisaría, pero como nadie vino a reclamar el cuerpo y no había información sobre la persona fallecida, lo enviaron a una funeraria con la intención de incinerarlo.Julieta frunció los labios y se bajó del coche con el rostro apesadumbrado. El cuerpo de don Camilo llevaba mucho tiempo en el agua helada, había perdido el color de su cuerpo, esto le dolía muchísimo a Julieta. El rostro amable de don Camilo acudió a ella, así como aquella última llamada, si…Apretó los puños con fuerza, se mordió los labios, se obligó a no llorar,
En ese momento, ella se asustó y lloró amargamente, se abrazó a don Camilo y lloró. Don Camilo no tuvo tiempo de detener el sangrado, aguantó el dolor y la consoló suavemente. Debido a esto, retrasó demasiado su tratamiento, lo que provocó que don Camilo tuviera una ligera cojera en la pierna derecha todos estos años. Pero para que Julieta no se sintiera algo culpable, don Camilo siempre llevaba pantalones largos para ocultar la herida. Y cada vez que aparecía frente a ella era como si no se hubiera lastimado en absoluto, tanto que ni siquiera mostraba ningún tipo de reparo al caminar.Pero que don Camilo no lo dijera, eso no significaba que no lo recordara.Julieta no podía respirar mientras lloraba, se agarró muy fuerte del brazo de Ismael, luchó por sostenerse mientras se levantaba, se agitó y dio un leve paso hacia el otro lado.Apretó los dientes y levantó el paño blanco, en el momento en que vio la cara de don Camilo, cerró los ojos con mucho dolor. De tanto llorar, sus ojos vie
Ismael miró Julieta con gran preocupación, y preguntó:—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo antes de regresar?Al momento de decirlo, recordó que don Camilo estaba muerto y sintió que había dicho algo malo, por lo que añadió:—Bueno, si es que aún tienes ganas de comer…Julieta lo miró y forzó una sonrisa triste acompañada de lágrimas:—Sí, eso lo puedo hacer. Vamos a comer.Inesperadamente, Ismael se quedó atónito:—Bien.Julieta se secó las lágrimas, al mismo tiempo que le dijo:—¿Quieres saber cómo es que puedo comer ahora?—Pues sí. Despertaste mi curiosidad.—Una vez me dijiste que si quería vengarme necesitaría fuerzas para ello. Entonces, tengo que comer, debo sobrevivir. Sólo así podré vengarme de todos ellos —explicó Julieta.La respuesta agradó a Ismael, por lo que sonrió mientras le decía:—Es mejor si lo recuerdas. No te preocupes por el cadáver de don Camilo. He ordenado que lo transporten de regreso en secreto. Tendremos acceso a evidencia forense en cualquier momento.Ju
El hombre al otro lado de la llamada estaba un poco impaciente y su tono se tornaba cada vez más agresivo e indiferente:—Julieta, ¿has olvidado cuál es tu lugar?—No lo he olvidado. No me atrevería jamás a olvidarlo. —¡Julieta!Pero Julieta no tenía ánimos para lidiar con Leandro, así que directamente colgó e incluso apagó su celular.Ismael se quedó perplejo y preguntó:—¿Leandro?—¡Mmm…!—¿Te está causando problemas de nuevo? ¿Qué te parece si nos salteamos la cena y te llevo ahora mismo a casa? —sugirió Ismael.Después de todo este tiempo, Ismael sabía claramente como Leandro trataría a Julieta, así que estaba un poco preocupado por ella.Especialmente, si se involucra más de la cuenta, Leandro de seguro se enfadaría más, por eso no se atrevió a contactarla durante mucho tiempo.—No será necesario.Julieta apretó con fuerza los labios y tomó un poco de agua, y luego dijo:—Señor Soto, no hay necesidad de ponernos nerviosos. Ya estoy fuera, para él soy culpable. No importa cuánto t
Sus blancas mejillas estaban enrojecidas y, sorprendentemente, sus ojos recuperaron algo de su antiguo y hermoso brillo cuando se emborrachó.Levantó su vaso, tocó el de Ismael y le preguntó,—Ismael, don Camilo está muerto. El último ser en este mundo que me amaba se ha ido para siempre, ¿a quién busco cuando quiera llorar en el futuro?Ismael frunció los labios, queriendo decir ‘a mí’, pero lo dudó un momento y no respondió.—Ismael, mi hermano fue engañado por Dalila. Ahora me trata como a una enemiga; ¿qué voy a hacer? Además, ella me amenazó que lo lastimaría, ¿qué voy a hacer?Ismael, tuve un aborto involuntario por culpa de ese accidente, no porque me estuviera metiendo con otro hombre… He amado a Leandro por diecisiete años, Ismael, diecisiete años… Sólo he tenido “diecisiete años” en toda mi vida, y se lo di por completo a él, pero…Julieta estaba llorando desesperadamente cuando levantó la vista.—Ismael…Cada vez que escuchaba su nombre, se estremecía por completo. Un sentim
Julieta ya respiraba agitadamente porque estaba totalmente borracha, y cuando Leandro la lanzó, directamente se atragantó con su propia saliva e intentaba recuperar difícilmente el aire, tosiendo al mismo tiempo. Frunció sus pequeñas cejas y golpeó la mano de Leandro, mientras hacía mala cara:—¡No me tomes la cara tan fuerte! ¡Me duele!—Julieta, ¿sigues fingiendo estar borracha?Recordó que su capacidad de beber no era tan mal, ¿cómo podía estar así de borracha?Julieta hizo pucheros con su boca como una niña pequeña, parecía afligida, sus lágrimas caían incesantemente. De repente tomó la muñeca de Leandro y dijo suavemente:—Obviamente lo amé por diecisiete años, ¿por qué Leandro no me cree? De verdad no lo engañé, ¿por qué realmente no me cree?Después de decir eso, usó la mano de Leandro como pañuelo y se limpió el rostro. Leandro frunció el ceño y sacó la mano rápidamente. Él tenía una obsesión extremadamente aguda con la limpieza, y en ese momento quería tirarle agua fría a es