—Señor Cisneros, ¿tiene miedo de ser humillado?Julieta trató innumerables veces de autoafirmarse que Leandro la defendía frente a la prensa porque realmente la amaba. Pero en el fondo lo sabía. Leandro solo lo hacía por su dignidad, era solo por su orgullo de macho. —Julieta, sigues siendo la señora Cisneros, ¡mantente al nivel en lugar de hacer cosas tan bajas y estúpidas!—¿Qué cosas he hecho? ¿No le queda muy claro al señor Cisneros por qué me escapé ayer?No habría huido de no ser porque Leandro la obligó a abortar a su bebé.Leandro se quedó totalmente atónito, al recordar el confuso momento de la noche anterior, cuando Julieta se había abalanzado sobre él con un cuchillo, algo en lo profundo de su corazón se asustó sorprendentemente.—¡Tú sabes mejor que nadie lo que has hecho! Has llamado a esto un verdadero amor de diecisiete años, pero no dices más que mentiras.Aunque sabía que Leandro no le creía, se entristeció por un momento.—Si cree que no lo quiero, entonces así es. P
Julieta estaba acostada en la cama y durante mucho tiempo no volvió en sí.Había sido un día muy largo y agitado, acababa de leer la nota de suicidio de su padre y el informe de la autopsia de su madre, como si fuera poco también la habían acusado falsamente tan solo al regresar.El recuerdo de todo aquello era tan vívido que no podía controlar las lágrimas que le caían.Las pruebas que tenía no parecían suficientes para poder procesar a Dalila, pero no podía quedarse de brazos cruzados. Entonces pensó en Ismael y se levantó con gran rapidez de la cama. Buscó en la habitación durante largo rato y por fin encontró su teléfono. Fue hacia el balcón, marcó el número de Ismael con mucho cuidado y de vez en cuando miraba en dirección al baño, temía que Leandro saliera de repente.—Señor Soto, soy yo.Ismael pareció aliviado al oír su voz:—¿Estás bien? ¿Cuál era la situación ayer? ¿Estás a salvo ahora? ¿Dónde estás?Julieta se quedó paralizada por un momento, sintió una fuerte calidez en su
Julieta perdió las fuerzas de repente, realmente no tenía nada, solo le quedaba la venganza.Pero este niño había llegado por obra del destino. ¿Cómo podía matarlo con sus propias manos cuando él había estado con ella pasando tantos altibajos y, aún así, seguía viviendo? ¡No podía hacerlo!—¡No te preocupes por mí!Leandro la sujetó por la cintura y la llevó directamente al baño: —¡Date un baño!—¡Suéltame!Leandro la soltó y salió rápidamente. Se paró en la puerta, miró en dirección al baño y su corazón se llenó de grandes sentimientos. Lo que más le enfadaba era que en realidad había empezado a tener gran curiosidad en saber dónde demonios había estado anoche.Mientras pensaba en esto abrió su mesa de noche y rebuscó la última foto que había visto, pero tras un buen rato no pudo encontrarla, al final solo encontró un frasco de pastillas marrones que parecían medicinas.¿Por qué necesitaba tomar esto aquella mujer?De pronto se acordó de las palabras de Jasmine: —¡Julieta realmente
—Ha pasado mucho tiempo y es muy difícil construir un caso sin pruebas contundentes.La respuesta era la esperada, Julieta bajó tímidamente la cabeza, se clavó las uñas en la piel mientras reflexionaba durante unos minutos, de repente habló:—¿Y si ahora desenterrara de nuevo el cuerpo y lo volviera a examinar?Ismael se quedó helado, estaba un poco sorprendido, giró rápidamente la cabeza para mirarla, parecía estar atando los cabos sueltos.—¿Es tu madre?—Sí.Desenterrar de nuevo el cadáver de su madre era un gran tabú y requería muchísimo valor. Pero si esto ponía a Dalila ante la ley, supuso que su mamá la perdonaría.—¿No tienes el informe de la autopsia?—Ese informe es de hace dos años y… creo que un trozo de papel es una prueba que podría refutarse fácilmente, a menos que se encuentre al forense de aquellos días.—¿Cuál fue la causa de la muerte de tu mamá en aquel entonces?Julieta se mordió los labios.—Complicaciones en el parto.Durante trece años había creído que su madre
No podía abandonar su búsqueda de la verdad, y mucho menos de don Camilo.Después de conducir durante tres horas, por fin llegaron a su destino. Al inicio Julieta pensó que estarían en la estación de policía, pero en su lugar estaban en una funeraria. Estaba muy sorprendida.—¿La funeraria?—Arrojaron su cuerpo al río y flotó hasta aquí con la corriente, donde lo recogieron unas personas especializadas en ir a buscar cadáveres.—Originalmente lo enviaron a la comisaría, pero como nadie vino a reclamar el cuerpo y no había información sobre la persona fallecida, lo enviaron a una funeraria con la intención de incinerarlo.Julieta frunció los labios y se bajó del coche con el rostro apesadumbrado. El cuerpo de don Camilo llevaba mucho tiempo en el agua helada, había perdido el color de su cuerpo, esto le dolía muchísimo a Julieta. El rostro amable de don Camilo acudió a ella, así como aquella última llamada, si…Apretó los puños con fuerza, se mordió los labios, se obligó a no llorar,
En ese momento, ella se asustó y lloró amargamente, se abrazó a don Camilo y lloró. Don Camilo no tuvo tiempo de detener el sangrado, aguantó el dolor y la consoló suavemente. Debido a esto, retrasó demasiado su tratamiento, lo que provocó que don Camilo tuviera una ligera cojera en la pierna derecha todos estos años. Pero para que Julieta no se sintiera algo culpable, don Camilo siempre llevaba pantalones largos para ocultar la herida. Y cada vez que aparecía frente a ella era como si no se hubiera lastimado en absoluto, tanto que ni siquiera mostraba ningún tipo de reparo al caminar.Pero que don Camilo no lo dijera, eso no significaba que no lo recordara.Julieta no podía respirar mientras lloraba, se agarró muy fuerte del brazo de Ismael, luchó por sostenerse mientras se levantaba, se agitó y dio un leve paso hacia el otro lado.Apretó los dientes y levantó el paño blanco, en el momento en que vio la cara de don Camilo, cerró los ojos con mucho dolor. De tanto llorar, sus ojos vie
Ismael miró Julieta con gran preocupación, y preguntó:—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo antes de regresar?Al momento de decirlo, recordó que don Camilo estaba muerto y sintió que había dicho algo malo, por lo que añadió:—Bueno, si es que aún tienes ganas de comer…Julieta lo miró y forzó una sonrisa triste acompañada de lágrimas:—Sí, eso lo puedo hacer. Vamos a comer.Inesperadamente, Ismael se quedó atónito:—Bien.Julieta se secó las lágrimas, al mismo tiempo que le dijo:—¿Quieres saber cómo es que puedo comer ahora?—Pues sí. Despertaste mi curiosidad.—Una vez me dijiste que si quería vengarme necesitaría fuerzas para ello. Entonces, tengo que comer, debo sobrevivir. Sólo así podré vengarme de todos ellos —explicó Julieta.La respuesta agradó a Ismael, por lo que sonrió mientras le decía:—Es mejor si lo recuerdas. No te preocupes por el cadáver de don Camilo. He ordenado que lo transporten de regreso en secreto. Tendremos acceso a evidencia forense en cualquier momento.Ju
El hombre al otro lado de la llamada estaba un poco impaciente y su tono se tornaba cada vez más agresivo e indiferente:—Julieta, ¿has olvidado cuál es tu lugar?—No lo he olvidado. No me atrevería jamás a olvidarlo. —¡Julieta!Pero Julieta no tenía ánimos para lidiar con Leandro, así que directamente colgó e incluso apagó su celular.Ismael se quedó perplejo y preguntó:—¿Leandro?—¡Mmm…!—¿Te está causando problemas de nuevo? ¿Qué te parece si nos salteamos la cena y te llevo ahora mismo a casa? —sugirió Ismael.Después de todo este tiempo, Ismael sabía claramente como Leandro trataría a Julieta, así que estaba un poco preocupado por ella.Especialmente, si se involucra más de la cuenta, Leandro de seguro se enfadaría más, por eso no se atrevió a contactarla durante mucho tiempo.—No será necesario.Julieta apretó con fuerza los labios y tomó un poco de agua, y luego dijo:—Señor Soto, no hay necesidad de ponernos nerviosos. Ya estoy fuera, para él soy culpable. No importa cuánto t