Capítulo115
—¡Ponla al teléfono! —gritó Leandro.

Ismael dudó por un segundo. Se levantó, se dirigió a la salida y dijo:

—No necesitas saber.

—Señor Soto, ¿es ese Leandro? —preguntó Julieta.

Ismael se detuvo. Tapó el teléfono con la mano y respondió:

—No, es asunto de trabajo.

Julieta apretó los labios y forzó una sonrisa.

—Señor Soto, a veces uno no puede evitar el desastre. Deme el celular, hablaré con él.

Los dos se quedaron paralizados por un momento. Luego, Ismael terminó cediendo.

Julieta se aclaró su garganta. Levantó la cabeza, contuvo todas sus lágrimas que empezaban a querer salirse, y respondió:

—¡Leandro, te odio! No quiero verte.

Hasta el día de hoy, ella siempre estaba segura de que amaba a Leandro. Pero después de lo de la cabaña, ya empezaba a tener sus dudas.

Aquel adolescente que una vez le trajo luz a su mundo se encargó personalmente de tirarla a la oscuridad, apagando toda luz y esperanza en el proceso.

Y ahora, Julieta parecía estar realmente cansada.

Su voz sonaba calmada, au
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