Elías volvió a la celebración, no era su estilo irse de ese modo, al menos no con una chica en sus brazos en medio de una fiesta, no si esa chica no iba a follar con él, pero en este caso debia mantenerse al margen. Aunque Rose lograba evocar viejas memorias y extraños sentimientos en su interior, su moral era mucho mas poderosa que su entrepierna.
Al volver al salón, algunas miradas se posaron en él, en especial miradas femeninas que lo deseaban no solo por su atractivo, sino por su cuantiosa fortuna. Elías poseía mucho más dinero del que podía gastar, no tenía esposa y tenía fama de libidinoso, así que toda mujer bella, con buenas curvas era una potencial amante, pero de entre todas esas miradas estaba una en especial, Nicoleta.
Aquella mujer que lucia un espectacular vestido negro, noto a Elias del otro lado del salon, pero cuando sus miradas se cruzaron, ella lo ignoro. Elías había tenido cierto romance con ella, lo habia tenido los ultimos cinco años, pero
Elías se sintió un tanto decepcionado de no tener con quien pasarla esa noche, Nicoleta se había encargado de arruinarle su ánimo, así que únicamente se dedicó a beber y a entablar unas cuantas conversaciones referentes al trabajo, los cargamentos de armas ilegales que llegarían al país esa semana y también sobre el negocio del club clandestino del cual disponía en la capital y al que asistían muchas personalidades de la política. Para cuando termino la velada, Elías se sentía un tanto mareado, pero no indispuesto para tratar de conseguir una dama antes de que todo el mundo se fuera. Entre ellas se encontraba una joven notable a la cual ya le había puesto ojo semanas antes. Dorotea, ese era su nombre, era una joven esbelta, pero con buenos pechos, redondos y grandes, además con un buen trasero, por lo demás no le importaba. El único inconveniente era que su padre era su socio y por alguna razón él le tenía prohibido hablar con Elías. Por supuesto, él respetaba
M*****a lluvia. Es un mal presagio que la primera vez que las familias mafiosas más influyentes del mundo se encuentren cara a cara sea bajo unas condiciones meteorológicas tan nefastas. ¿Quién carajo tuvo la brillante idea de reunirse a media noche durante una tormenta tropical? El viento aullante sigue golpeando furiosamente contra las persianas verdes, amenazando con derribar todo el hotel de lujo con cada feroz golpe a sus paredes, mientras los temblorosos cristales de las ventanas hacen todo lo posible para no romperse por completo y exponernos a la violenta tormenta del exterior. Qué ironía que, a pesar de toda la furia de la madre naturaleza, no se pueda comparar con la destrucción que han hecho todos los hombres sentados en esta misma habitación. ¿Qué se puede comparar con la devastación que podemos conjurar cuando nos lo proponemos? Llevamos tanto tiempo matándonos unos a otros que no recuerdo una época en la que no estuviéramos en guerra con una u otra familia. Algo así
—Hemos venido aquí para garantizar la paz y el poder seguir con nuestro sustento. Eso solo puede ocurrir si dejan de lado el ego y el orgullo —continuo Callum con menos vehemencia en su tono. —Eso es mucho pedir, viejo —dijo Oliver —Es una orden que te asegura llegar a ser tan viejo como yo. ¿O la vida es tan prescindible de donde tú vienes? —Depende de la vida. —Oliver se encogió de hombros. —¿Vamos a sentarnos aquí y a hacer toda esta canción y baile de quién tiene la polla más grande en la habitación, o vamos a llegar a un acuerdo en el que dejemos de matarnos unos a otros? —exclamo Iván, frustrado— Todos sabemos por qué estamos aquí y lo que hay que hacer. Ahora bien, ¿De verdad queremos garantizar que nuestra forma de vida continúe, el negocio como siempre, o debemos matarnos entre nosotros y ahorrarnos estas rabietas infantiles? —Por mucho que me divierta la idea de abrir la barriga como los peces, Callum tiene razón. El negocio debe estar por encima del placer —añadió Jose
Apenas comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia cuando Jhon Wilson entro a un recibidor, pudo ver claramente seis columnas que parecían ser la base de aquella magnífica construcción. El hombre que los había recibido los guio por un pasillo hasta una estancia donde una chimenea estaba encendida y la cual brindaba una calidez que rápidamente hizo desaparecer el frío del cuerpo de Rose.Su padre depositó su cuerpo sobre un sofá no muy cerca del fuego, Rose por nada del mundo podía apartarse de su tanque de oxígeno por lo que estar cerca del fuego no era una gran idea.—¿Como te sientes?—cuestiono su padre enseguida. Él sabia que Rose podía enfermarse fácilmente, uno de los indicios más obvios era que sus mejillas comenzaban a enrojecer y uno que otro estornudo se hacía presente, para alguien inexperto, eso no era un indicador de algo grave, per
—¿Cómo es que no hay más personal en un lugar tan grande?— pregunto Rose curiosa, el castillo parecia ser un lugar muy dificil de sobrellevar con tan poco personal, pero esa estancia no lucia sucia o polvosa, era imposible que solo aquel anciano fuera tan eficiente en hacer la limpieza de un lugar asi.Elías la miro intrigado, a diferencia de Jhon, su hija parecía ser mucho más sagaz, quizás era débil físicamente, pero su mente estaba mucho más despierta de lo que su dulce apariencia indicaba.—¿No se supone que una persona tan delicada como tú necesita ser aislada de la gente para evitar enfermar?— cuestionó Elías dando un sorbo a su vaso, el último de hecho.—¿Y despidió a su personal únicamente por mí?—insistió Rose manteniendo la mirada fija en aquel hombre que recién estaba toc
John se quedó inmóvil ante el reto de Elías, estaba atado de manos y pies ante la idea de irse y llevarse a Rose, no podía hacerlo, ya no tenían a donde ir, John lo había dejado todo por esa oportunidad que Elías le había ofrecido a su hija, la opción de vivir.No le quedaba de otra más que poner la vida de Rose en sus manos y permitir que hiciera con él lo que deseara.—Ganaste. ¿Eso querías oír?—cuestiono John derrotado—¿Ahora qué es lo que quieres de mí?—No, aún no he ganado John, antes de verte caer te demostraré que el único dueño del corazón de Emily era yo y que el único recuerdo que ella dejó en vida también es mío.John frunció el ceño y negó con la cabeza.—Si le haces algo a mi hija...—¡A
Rose tuvo que admitir que su habitación era todo lo que alguien en su condición hubiese deseado, era grande y espaciosa, tenía una ventana amplia por la que se podía observar el atrio de la entrada y también descubrió que ese hombre también había equipado su habitación con todo lo necesario, al igual que una silla de ruedas nueva de última generación que le ayudaría a ser independiente, por una vez desde que había comenzado su pesadilla se sintió ligeramente libre, fue como respirar después de estar mucho tiempo debajo del agua. Una vez que Elías coloco su cuerpo sobre su cama, su padre se aproximó a ella y le atendió a como ella estaba acostumbrada. Cuando hizo todo eso Rose, se sintió más aliviada al pensar que tal vez se había equivocado respecto a Elías, aunque tenía un carácter de los mil demonios, al final y al cabo había hecho todo eso con tal de tenerla a salvo y mientras esos pensamientos se maquinaban en su mente, John estaba desolado. Su mente había comenz
Había pasado una semana desde la última vez que había visto a su padre, le habían dicho que había salido muy de madrugada para poder presentarse a su nuevo empleo y que al final había decidido no despedirse.Aquello la tomo por sorpresa, su padre no era así, pero después de todo él era un hombre dedicado, valiente y decidido, por lo que salir antes de lo previsto para llegar a su lugar de trabajo, adaptarse y tratar de comunicarse con los lugareños le iba a complicar las cosas, por lo que seguramente ese era el motivo por el que había decidido marcharse.Para Rose era un poco complicado adaptarse a su enfermera, Anca. La había observado trabajar, era buena en lo que hacía, pero no había dedicación en lo que hacía, Rose no podía sentir el amor que su padre le ofrecía cuando la atendía y eso le dolía bastante porque su enfermera le h