Ya ha pasado más de una semana desde que Leonard me rescató de aquel hombre tan robusto y horripilante, sin embargo, esto me trajo de vuelta a la realidad y me recordó que mi principal misión al venir a esta enorme ciudad es buscar a los asesinos de mi familia, en especial a esa zorra mal nacida y m*****a de Martha Boure, a ella no la mataré sino que la voy a torturar hasta que suplique piedad y aclame por su propia muerte para acabar con su dolor, y entonces la dejaré vivir para que tenga que soportar las humillaciones y las torturas de la prisión, pues la muerte sería demasiado fácil para ella.
Se me hace tarde y tengo que ir al trabajo, del que debo confesar no es tan horrendo como al inicio lo creí, aprendo bastante de actuación, de vestuario y de logística, a pesar de que solo soy una insignificante veladora. Al llegar al trabajo fui diectamente a la oficina que tengo asignada, me senté sobre mi silla para meditar mi plan de venganza. - ¡Ambar! ¡Ambar! - escuché gritar a alguien pero no quise prestar atención. ¡Ambar! ¡Ambar! ¡Ambar! - volví a escuchar que alguien gritaba mi nombre pero no presté atención, no puedo abrir los ojos por alguna extraña razón. - ¡Ambar! ¡Ambar! ¡Te volviste a quedar dormida! ¡Despierta por el amor de Dios! - las manos de un hombre me sacudieron por los hombros.- Pero... ¿qué demonios es lo que haces? ... - fue lo único que pude decir al abrir los ojos en estado somnoliento.- ¡Despierta ahora mismo! - me gritó el hombre que tengo frente a mi y del que no tengo la más mínima idea de quién es - bien... sé que algún día me vas a perdonar por esto - dijo y por el rabillo del ojo ví que se fue hacia donde está la puerta de mi oficina, sin pensarlo y sin poder controlar los impulsos de mi cuerpo me dejé caer sobre el respaldo de la silla para volver a cerrar los ojos. Un balde con agua fría me hizo abrir los ojos de una y ponerme de pie.- ¿Qué es lo que estás haciendo?- le dije al hombre que me propinó ese baño inesperado.- Perdóname Ambar, pero de no ser necesario jamás lo habría hecho, ahora ven conmigo - me tomó por el antebrazo y comenzamos a caminar rápidamente pero de una manera bastante sigilosa.- ¿Tú quién eres y qué es lo que haces adentro del teatro? - pregunté con agresividad, el brazo del que este extaño me tiene tomada me empieza a doler por la presión.- Shhh... - el hombre me hizo la señal de que debo sacar silencio. Al observarlo con detenimiento me doy cuenta de que es un chico bastante joven, con un cutis perfecto y totalmente liso y sin una sola marca de acné. Su piel también es de un color blanco perfecto. Pareciera que es salido de la fábrica de ositos abrazables.Sacó una linterna de sus pantalones para alumbrar la obscuridad del teatro y ambos observamos las escaleras y su ambiente tétrico que flota en el aire. No sé qué es lo que él siente pero al menos yo sentí una repulsión combinada con algo de terror. - No se te ocurra hacer un solo ruido una vez que estemos allí abajo. Veas lo que veas y escuches lo que escuches - esas palabras me recordaron a los regaños de mi padre cuando Amelia y yo éramos niñas y no queríamos cumplir con los deberes del colegio. El chico por fin me soltó del brazo y respiró hondo un par de ocasiones para darse valor - vamos - me indicó cuando bajó el primer escalón, yo comencé a ir tras él por inercia. - Por aquí - me hizo una señal de que debíamos escondernos tras un montón de sillas apiladas, mismas que tienen escobas y trapeadores encima y sin ningún tipo de orden. El chico apagó su lámpara y nuevamente la metió en la bolsa de sus pantalones.- ¿Qué haces?... quiero decir ¿Por qué apagas tu lámpara? - ppregunté totalmente desencajada en medio de toda esta obscuridad tan pesada.- Porque nadie debe saber que estamos aquí, ahora agachate y guarda silencio - él se puso el cuclillas y dio un jalón a mi blusa para que yo hiciera lo mismo.Ambos estuvimos en silencio al rededor de cinco minutos, solamente se escuchan los carros que pasan a toda velocidad a las afueras del teatro y adentro del mismo se escuchan perfectamente los chillidos y el caminar de los ratones, me ponen los nervios a flor de piel, pero no creo que este sea un buen momento para salir corriendo de este lugar. Al ver al joven que no tengo idea de quién es ni de dónde salió pude captar que su expresión también es de miedo y de asco por esos animales, le presioné un poco su mano para intentar calmar sus nervios.De un momento a otro se escucharon pasos y murmullos en la parte de arriba y ambos pusimos toda nuestra atención en ello, también se escucha el llanto que parece ser de una mujer - ¡Ya cállate m*****a perra! - escuchamos el grito de un hombre rudo que está totalmente furioso pero la mujer está llorando todavía más - ¡Te digo que te calles! - seguido de ese grito también le soltó un fuerte golpe, la mujer que está llorando cayó al piso. Estoy escuchando más pasis en la parte de arriba, todos bastante firmes y muy pesados.- ¿Qué? ¿Solamente has traído a una sola chica? - preguntó otro hombre que parece que también se encuentra furioso.- Vamos Roger... no deberías enojarte, mira que es demasiado bella. Mírala de cerca si tú quieres - ¿acaso he escuchado mal? ¿el hombre rudo dijo Roger?.- Bien... veamos qué es lo que tenemos aquí. Ven acá linda, quiero verte bien y de cerca - la pobre chica no puede parar de llorar y de dar gritos ahogados que a cualquiera le partirían el alma.Me puse de pie para ir a donde está la pobre chica y poder ayudarla, pero el nuevo desconocido me regresó al piso con un jalón violento que tumbó más de una silla, me sijetó con fuerza y también me tapó la boca con su mano que le queda libre, a pesar de querer safarme de sus brazos él es mucho más fuerte que yo y parece que mi condena es no poder ayudar a esa mujer y quedarme aquí hasta que todo esto pase.- ¿Estás loca? ¿Qué es lo que pretendes al ir allá arriba? ¿Terminar igual que ella y que tu familia nunca más vuelva a saber de ti? - me dijo lleno de frustación.- ¿Escuchaste eso? - preguntó el hombre rudo a quien parece que es Roger.- ¿Escuchar qué? - preguntó el tal Roger.- Parece que no estamos solos en este lugar - dijo el hombre rudo.- Estás enloqueciendo Abdiel, este lugar es totalmente seguro para nosotros - gruñó Roger.- Si tú lo dices - contestó el hombre rudo con indiferencia.- Ven bonita, dime ¿qué es lo que te pasa? - preguntó quien parece que es Roger a la chica. De verdad espero que no sea el Roger que estoy pensando, pues no es el único hombre que se llama así en el mundo. - Tranquila que si te portas bien nadie te hará daño, mejor deja de llorar y acepta tu destino, que de ahora en adelante muchos pero muchos hombres de diferentes edades y de diferentes partes del mundo te van a ver, a tocas y lamer tu cuerpo desnudo, y lo mejor es que te vayas acostumbrando ¿no lo crees? - decía con sarcasmo aquel hombre tan perverso - ¡Llévensela! - ordenó con un grito aquel hombre tan perverso, se escuchó un va y ven de pasos de los que escuché como levantaban a la chica y se la llevaron con ellos.- Espero que sepas que esta chica tiene un valor de quince mil dólares - dijo el hombre rudo luego de guardar silencio, que imagino que se dio porque estaban supervisando que sacaran con "orden" a la chica secuestrada y que estaba a punto de ser vendida.- ¿Qué? ¿quince mil dólares? - gritó furioso el otro hombre.- Sí Roger, ya lo escuchaste, el precio de la chica es de quince mil dólares, esto porque es una de las más jóvenes tal como lo pudiste observar. Luego porque también es joven pues apenas tiene 16 años y tú mejor que nadie sabes lo mucho que les gustasn a los clientes las chicas de esa edad. Y por último, también voy a ser yo el encargado de que los operativos de búsqueda no duren más allá de un mes una vez que se desplieguen ¿sabes?, tengo unos muy buenos contactos con las autoridades - dijo el hombre rudo lleno de orgullo.- Aquí tienes tus asquerosos quince mil dólares - dijo con enfado el segundo hombre - la próxima semana al menos quiere que me traigas cuatro chicas, necesito acrecentar mi negocio - dijo con enfado el segundo hombre.- Ten por seguro que te las voy a conseguir Roger, pero tu familia y tú deberían tener un poco más de cuidado, el rumor de que Leonard es investigado por un asesinato se está corriendo cada vez más y eso no les conviene - advirtió el hombre rudo y al escuchar eso empecé a sentir como si el corazón se me fuese a salir por la boca, unos segundos después caí en cuenta de que sí se trata del Roger que al incio se me vino a la mente.- Te agradezco tus palabras pero ya no hay nada de lo que debas preocuparte, Leonard ha salido muy bien librado de lo que se le acusa - respondió Roger con toda la tranquilidad de su ser.- Eso me alegra bastante, pero entonces dime... ¿es verdad? ¿fue Leonard quién asesinó al cazador más temido de todo Newu York? - preguntó el hombre rudo, se escucha bastante ansioso por saber la versión real de los hechos.- Sí, él lo hizo a quema ropa y sin ninguna clase de reparo, tal como si se tratara de un enemigo personal, lo mejor de todo es que a partir de ese momento New york comenzó a ser nuestra, y así va a serlo siempre. Solo nuestra mafia tiene y va a tener voz y voto - al escuchar todo eso no pude evitar sudar frío, el desconocido está presionando aún más su mano contra mi boca para que no pueda gritar.- ¡Al fin nuestro querido Leonard decidió entrar al negocio! - gritó con júbilo el hombre rudo.- No es exactamente así, aunque no voy a negar que todos quisieramos que estuviera igual de comprometido con el negocio como nosotros sí lo estamos, a él le importan más sus propios negocios y meter distintas mujeres a su cama en el menor tiempo posible, de verdad no sé qué le encuentra de divertido a todo eso - confersó Roger al parecer sin darse cuenta de ello.- No podemos negar que es un muy buen empresario y que su trabajo como CEO de este teatro es realmente extraordinario a pesar de que apenas lleva un mes en este lugar, lo que hace es casi magnífico - dijo aquel hombre que estoy segura de que es un completo baboso a pesar de pertenecer a la mafia más poderosa de la ciudad.La conversación fue interrumpida porque el teléfono móvil de Roger comenzó a timbrar - ¿Aló? - contesta y luego hay silencio - Bien, en un momento estoy con ustedes, no tardo - dijo Roger con un tono de voz más serio y concentrado - Tengo que irme - avisó al hombre rudo - hay problemas con las nuevas chicas y tengo que ir a poner orden en el negocio. Noté que mi respiración está agitada. - Recuérdalo bien Abdiel... quiero un mínimo de cuatro chicas la próxima semana, me gusta comprar por mayoreo - dijo Roger para luego salir del teatro.Siento mi cuerpo helado de escuchar toda esta información, mis piernas no paran de temblar y mis dientes están chocando entre sí, ya han pasado más de veinte mínutos, o al menos eso es lo que yo cálculo y es desconocido apenas me soltó, unos arrancones de los carros último modelo hicieron que ya no prestara atención a la cueva en la que nos encontramos, al volver la vista hacia el chico ví que nuevamente sacó la lámpara de sus pantalones y la enecendió - Vamos, ya podemos salir de aquí - me indicó y comenzó a caminar delante mío otra vez, él también se encuentra por lo sucedido apenas unos instantes atrás. En silencio llegamos otra vez a la oficina y cada uno nos dejamos caer en una silla para asimilar semejantes escenas - ¿Cómo te llamas? - le pregunté para que la pesadez se esfumara del ambiente en el que nos encontramos. - Soy Pablo - me contestó timídamente. - Bien Pablo... yo soy ambar, aunque parece ser que eso ya lo sabes - dije a modo de observación pero tambipen se sarcasm
Apenas es Martes y he dormido casi todo el día, pero tengo la sensación de que ya he recuperado la memoria, lo que me indica que debo buscar a Isabella en estos días para preguntarle que es lo que sabe acerca de mi hermana Amelia. "Isabella perdona por no estar en contacto contigo durante estas últimas dos semanas, la noticia de que Amelia puede estar viva me ha puesto a dormir y a sentir cansacio durante varias horas al día, podría apostar a que se trata de una depresión y aún con todo ello quiero verte para charlar sobre todo esto, bendiciones para ti y para tu familia" - mensaje de texto mío hacia el teléfono de Isabella.Me dirijo al Café 49, al que siempre suelo ir con Isabella y en el mismo que tuve mi último encuentro con Leonard, al llegar me llevo la sorpresa de que dicho hombre se encuentra allí sentando en una mesa cercana a la barra de baristas, está acompañado de dos mujeres y una de ellas le esta poniendo su mano en la entrepierna. Los observo desde donde estoy y parece
- ¡Ambar! no seas ridícula, todos sabemos que aunque existan un millón de mujeres más con tus mismas carácterísticas ninguna puede llegar a ser tan hermosa como tú, y con el poder que tiene el CEO seguramente te puede identificar entre toda la multitud - me asegura Pablo. - Puede que lo que digas sea cierto, pero no creo que él y yo estemos en el mismo nivel, me refiero a que difícilmente él se fijaría y mucho menos se enamoraría de una simple veladora como lo soy yo - aunque puede que la hipótesis de Pablo sea cierta no creo que Leonard se llegue a enamorar de "La simple chica que yo soy". Veo como Pablo empieza a sacar su arsenal de comida que lleva dentro de su mochila - ¡Espera! guarda eso para otro día - le dije y me puse de pie para ir por los baguets y los cafés que compré. - Hoy vamos a cenar como si fueramos de la realeza - dije a mi compañero y le acerqué los alimentos a su lugar en la mesa. - Ambar... pero... pero... qué gran detalle ¿cómo te voy a agradecer todo esto? -
Tuve que informar a Pablo sobre nuestro nuevo puesto de trabajo de una forma muy abrupta, casi violenta, sin embargo, lejos de enojarse por ello se convenció aún más de que Leonard está enamorado de mi y ya no hay poder sobre la tierra que lo convensa de lo contrario. También tuve que hacer un pedido emergente por Internet de faldas, vestidos y un sin fin de prendas elegantes que puedan combinar entre sí.- Buenos días - dice Leonard luego de abrir la puerta de mala gana. - Buenos días - contestamos Pablo y yo al mismo tiempo desde y desde un rincón del librero.- Ambar ven conmigo - me ordena Leonard.Sin decir nada voy tras él, abre la puerta de la sala de juntas, misma que no se qué tanta relevancia o utilidad pueda tener en un teatro, ambos nos sentamos junto a la cabecera - Bien Ambar - al mirar detenidamente a Leonard me doy cuenta que está muy cansado, o al menos su aspecto es lo que indica - con la identidad de tu perdedor no tengo ningún problema, pero con lo que él hará
- Dile que salga de aquí, necesito hablar contigo a solas - le ordena Martha a Leonard, refiriéndose a mi como si fuese una mascota recién rescata del abandono. Hay un silencio incómodo entre los tres, es como si Leonard se debatiera entre tenerme de su parte y en tener satisfecha a su asquerosa madre.- Isis, por favor déjanos solos - me dice mi nuevo jefe.- Bien, estaré en mi lugar de trabajo si necesitas de mi Leonard - le dije en un intento de seducción solo para hacer rabiar a Martha Boure. Luego de tomar el sobre de plástico con los documentos de mi nueva identidad salí de la sala de juntas y cerré la puerta, posteriormente escuché como Leonard le puso seguro para que nadie se metiera en la importante charla que tiene pendiente con su madre. - ¿Que ha pasado ahí dentro? ¿Qué fue lo que te dijo el CEO? - Pablo apareció de un momento a otro a las afueras de la sala de juntas.- Shhhh... - le hago la señal de que guarde silencio. Ambos nos quedamos cerca de la puerta para escuchar
- He pensado mejor las cosas - me dice Leonard cuando salí del baño lista para ir de compras.- ¡Ya basta Leonard! ¿Qué carajos es lo que quieres de mi? - dije hecha un mar de desesperación.- Por ahora lo que quiero es verte bien vestida, sin es ropa comprada en los portales de Internet que solo promueven la moda rápida - me dice haciendo alusión a mi atuendo.- ¿Qué tienes en contra de la moda rápida? - pregunté.- Con esa clase de ropa visten las mujeres rameras y poco sofisticadas. Y no puedo permitir que mi asistente principal de esa imagen ante las personas del negocio ¿te imaginas qué diría mi madre de mi y también el resto de los socios? - su consternación acerca de la opinión de su madre parece ser muy real.- ¿No crees que ya estás grande como para considerar por siempre y en todo momento la opinión de tu madre? - pregunto sin pensarlo.- Ella es algo especial, es una mujer muy posesiva y muy celosa. Además suele criticar duramente a las mujeres que no visten tan bien como el
Mientras espero el regreso de Leonard decidí rápidamente ir a darme una ducha para luego navegar en la web con la esperanza de encontrar algún lugar decente en el que pueda practicar yoga. Suena el timbre de mi apartamento - un momento - digo en voz alta desde el sofá de mi sala, al abrir la puerta veo que es Leonard acompañado de una mujer alta y con cabello castaño oscuro, viene acarreando un maletín de maquillaje profesional - Leonard esto debe ser una broma - le digo creyendo que lo que tengo frente a mis ojos no puede ir más allá de una broma de mal gusto para hacerme rabiar.- Cuando se trata de mi reputación ante mi familia nada es una broma - me responde con su habitual soberbia - adelante Valeria, pasa a tu nuevo lugar de trabajo y pon todo en donde quieras - se dirige a la estilista que lo acompaña y la chica acata la orden como un perro bien adiestrado, en silencio, alegre y esperando a que Leonard quede satisfecho con su acción.- ¿Qué rayos tienes en la cabeza? ¡Est
Desperté exhausta por el ajetreo de ayer, me hizo estragos físicos y mentales pero al menos Leonard se tomó en serio mi amenaza de no hacer mucho ruido mientras tenía sexo con Valeria, a quien ví salir a primera hora de la mañana del edificio de departamentos. Al llegar a la oficina me doy cuenta de que Pablo ya está ha llegado, está dando instrucciones a dos hombres que pertenecen a el personal de limpieza y mantenimiento acerca de cómo y dónde deben acomodar un escritorio y un equipo de cómputo nuevo. Leonard sale de su oficina oculta, que más bien hace la función de un escondite perfecto por si se llegase a presentar un 'operativo de los agentes federales - ¿Qué es todo esto? - le pregunto a mi jefe y me acerco a él.- Las nuevas herramientas de trabajo del perdedor a quien tanto le cuidas el trasero - ¡No puede ser!, apenas voy llegando al trabajo y Leonard ya va a empezar con sus celos y paranoías que no tienen ningún sentido. - Déjate de esas cosas Leonard que hoy no estoy de h