- He pensado mejor las cosas - me dice Leonard cuando salí del baño lista para ir de compras.- ¡Ya basta Leonard! ¿Qué carajos es lo que quieres de mi? - dije hecha un mar de desesperación.- Por ahora lo que quiero es verte bien vestida, sin es ropa comprada en los portales de Internet que solo promueven la moda rápida - me dice haciendo alusión a mi atuendo.- ¿Qué tienes en contra de la moda rápida? - pregunté.- Con esa clase de ropa visten las mujeres rameras y poco sofisticadas. Y no puedo permitir que mi asistente principal de esa imagen ante las personas del negocio ¿te imaginas qué diría mi madre de mi y también el resto de los socios? - su consternación acerca de la opinión de su madre parece ser muy real.- ¿No crees que ya estás grande como para considerar por siempre y en todo momento la opinión de tu madre? - pregunto sin pensarlo.- Ella es algo especial, es una mujer muy posesiva y muy celosa. Además suele criticar duramente a las mujeres que no visten tan bien como el
Mientras espero el regreso de Leonard decidí rápidamente ir a darme una ducha para luego navegar en la web con la esperanza de encontrar algún lugar decente en el que pueda practicar yoga. Suena el timbre de mi apartamento - un momento - digo en voz alta desde el sofá de mi sala, al abrir la puerta veo que es Leonard acompañado de una mujer alta y con cabello castaño oscuro, viene acarreando un maletín de maquillaje profesional - Leonard esto debe ser una broma - le digo creyendo que lo que tengo frente a mis ojos no puede ir más allá de una broma de mal gusto para hacerme rabiar.- Cuando se trata de mi reputación ante mi familia nada es una broma - me responde con su habitual soberbia - adelante Valeria, pasa a tu nuevo lugar de trabajo y pon todo en donde quieras - se dirige a la estilista que lo acompaña y la chica acata la orden como un perro bien adiestrado, en silencio, alegre y esperando a que Leonard quede satisfecho con su acción.- ¿Qué rayos tienes en la cabeza? ¡Est
Desperté exhausta por el ajetreo de ayer, me hizo estragos físicos y mentales pero al menos Leonard se tomó en serio mi amenaza de no hacer mucho ruido mientras tenía sexo con Valeria, a quien ví salir a primera hora de la mañana del edificio de departamentos. Al llegar a la oficina me doy cuenta de que Pablo ya está ha llegado, está dando instrucciones a dos hombres que pertenecen a el personal de limpieza y mantenimiento acerca de cómo y dónde deben acomodar un escritorio y un equipo de cómputo nuevo. Leonard sale de su oficina oculta, que más bien hace la función de un escondite perfecto por si se llegase a presentar un 'operativo de los agentes federales - ¿Qué es todo esto? - le pregunto a mi jefe y me acerco a él.- Las nuevas herramientas de trabajo del perdedor a quien tanto le cuidas el trasero - ¡No puede ser!, apenas voy llegando al trabajo y Leonard ya va a empezar con sus celos y paranoías que no tienen ningún sentido. - Déjate de esas cosas Leonard que hoy no estoy de h
- Un gusto, soy Isis Dubois - dije por instinto y con una sonrisa nerviosa.- Felicidades, no sé si estés enterada pero es demasiado difícil que mi hermano se comprometa, estoy segura de que debes ser una mujer muy inteligente - me dice Roger con una seguridad que me parece casi omnipotente. - Evidentemente lo es - Leonard me toma por la cintura para fingir ante todos que me ama. - Señor Leonard, Señor Roger - se acerca un empleado que parece ser un mayordomo a donde estamos nosotros - la cena está a punto de dar inicio - al decir eso se retira de una forma algo extraña pero a la vez respetuosa. Caminamos unos cien metros para entrar en el enorme comedor de la mansión, al observar quienes son los invitados a la cena puedo ver que Gerad Boure, el esposo de Martha y enemigo público número uno de mi padre, está sentado al lado derecho de la cabecera, no veo a su aberrante esposa por ningún lado. Leonard se para atrás de mi y me acomoda la silla del comedor para que pueda sentarme, a u
- Querida - Martha se dirige hacia mi para desviar la atención que Roger les está prestando a Amelia - ¿Cómo planeas regresar esta noche a tu hogar? - me pregunta, parece que la presencia de Isis Dobois no le es del todo agradable aunque tampoco llega a odiarla ni a tenerle tanto recelo como a mi hermana. - Mandaré a que una limosina la lleve de regreso a su lugar de residencia - Leonard responde por mi. - Tonterías - dice Marha Boure - no podemos dejar que salga a altas horas de la madrugada, sea cual se el lugar en el que viva - la jefa de la mafia demuestra una verdadera preopcupación por la seguridad y la felicidad de sus hijos. - No debe tener cuidado, estoy segura de que no correré ningún peligro - digo con alegría.- Claro mamá, Isis es toda una experta en sortear los estragos de la madrugada y también es amante de trasnochar - dice Leonard haciendo una burla para mi, haciendo referencia a hace apenas una semana, cuando todavía era la veladora del Teatro Apollo. Le doy un pe
- Seguramente es una alucinación más de papá - Roger vuelve a hablar.-¿Qué está pasando aquí? - Leonard sale de las sábanas fingiendo indignación. Un broche delantero de mi sujetador se rompe y este se queda tendido en la cama. - Perdona hijo - dice Martha - no queríamos incomodarlos - nos toma una serie rápida de fotografías con su teléfono móvil. - ¿Es qué ninguno de ustedes sabe tocar la puerta? - el papel de indignación le va muy bien a Leonard. Sin avisar Martha nos toma otra serie de fotografías, en esta ocasión utilizando el flash - perdona querida, pero esto es para evitar problemas en el futuro - me informa Martha Boure. Veo que el padre de Leonard entra de manera muy torpe por la puerta de nuestra alcoba. - Nos vamos de aquí - ordena Martha a Roger y a todos los demás hombre que entraron con ella. - ¡Esto no es cierto! ¡No puede ser cierto! - vocifera Gerad.- Llévenselo - ordena Martha a los mayordomos y ellos al instante toman a Gerad por la fuerza para sacarlo. - ¡
- Ambar, ya llegó la hora de la cena - se asoma Lenard a donde yo estoy. Los hombres que ayudan a transportar las compras ya se han ido - y yo suelo consumir mis alimentos en el comedor - me hace la observación. Me pongo de pie y voy tra él. Llego al comedor y me siento a un lado de Leonard, la cena ya esta servida en unos elegantes platos de cristal fino con figuras grabadas, en efecto, la cena de hoy son los baguets acompañados de pasta italiana aunque no hay vino por ningún lado - por favor, intenta no hacer burlas, esta noche será muy oscura para los dos - me dice mi jefe antes de que yo pueda decir siquiera una palabra. - ¿Qué estamos haciendo los dos metidos en tu apartamento? - pregunto llena de dudas.- Salvar tu vida, la de Amelia, la de Roger, la mía... ah y también la de Pablo - me contesta lleno de frustración y soltando maldiciones internas - antes que nada, quiero pedirte que me perdones, no pensé que las peticiones de mi padre fueran reales y así mismo que todo se sal
Nuestra boda, como era de esperarse se celebró de una manera muy rápida y discreta, me casé con un hombre que no sé en qué momento empecé a amar pero que él no me ama. Roger fue el encargado de sobornar a uno de los jueces más influyentes de esta ciudad para que el matrimonio se convitiera en un hecho válido ante la Ley, a pesar de que no fue la boda de mis sueños y del aprecio que sienpto por Pablo anhelaba que Amelia asistiera aunque sea como una de las cómplices de lo sucedido, pero es no pasó. Luego de firmar el acta de matrimonio no pude evitar sentirme la mujer más miserable del planeta por el hecho de casarme con un hombre que no me ama, ahora soy la estúpida esposa del hombre más aclamado de la ciudad , nadie sabe lo fatal que me siento y aunque el mundo estuviera enterado de mi sentir parece que a las personas solamente les importa el glamour y estar dentro del ojo público. - Ambar - sale Leonard del escondite que tiene dentro de la oficina. - ¿Qué pasa? - le pregunto sin p