- Hoy no podré acompañarte al teatro - me dijo Pablo cuando me levanté para arreglarme e irme al trabajo.- ¿Qué?, Pablo no puedes hacerme esto, sabes muy bien que te necesito - le dije al borde de tener un colapso.- Tranquila cuando llegue a la noche estaré con Leonard y contigo - me dices con una dulce sonrisa.- Bien - me voy a duchar de mala gana.Llegué a la oficina y me puse a hacer una limpieza profunda de los archivos tanto físicos como digitales, destruir todos los documentos que avalaban la práctica de Leonard en el lavado de dinero cuando sus padres estaban al mando del negocio. - Buenos días Ambar - Leonard entró a la oficina. - Buenos días cariño - le dije en medio de todos los documentos.- Me enteré de que Pablo no quiso venir contigo hasta mañana - se sentó en una silla que está al lado de la mía.- ¿Cómo lo sabes? - le pregunté poniendo las hojas en la guillotina para poder cortarlas en trozos pequeños.- Él mismo me lo dijo además también me ha pedido un par de e
Ayer llegué al Teatro Apollo, aquí será mi nuevo trabajo, seré la nueva encargada de hacer las guardias nocturnas, no es lo que habría esperado ni lo que más me gusta pero sí es lo que más me sirve para pasar desapercibida y al mismo tiempo poder encontrar a los asesinos de mi familia. Justo en este momento hay una obra de teatro en curso, por lo que tengo un poco de tiempo para salir y dar un pequeño paseo por el centro de New York. Llegué a una fina cafetería, realmente no me fijé en cual es su nombre pero eso no importa mucho, lo que importa es conocer New York en su totalidad y los roles de las personas importantes que se relacionan en este lugar y los que son los empresarios y figuras públicas más poderosas, miré mi reloj y me di cuenta que aún quedaban más de tres horas para que mi turno en el trabajo diera inicio, voy a dar una vuelta por Riverside.Me senté en una de las bancas a observar el arrollo, estaba un poco mojada debido a las llovisnas que ha habido estos últimos días
Ya han pasado dos semanas desde aquella pelea con el desconocido, estoy segura de que solamente es uno de los tantos hombres que se siente como si fuese uno de los últimos diamantes del planeta, en ocasiones me pregunto quién será, por qué motivo estaba tan furioso pero cuando recuerdo que debo volver a las labores de mi nuevo trabajo dejo de pensar en ello.Mis labores consisten en vigilar que durante las noches no se haya quedado gente del público o personal de los que laboran aquí mismo pero durante el día, New York es una ciudad bastante glamourosa pero al mismo tiempo guarda mucha suciedad, no lo habría creído de no verlo con mis propios ojos, a estas alturas ya he aprendido a matar ratones de los que viven en alcantarillas. Es la 1:30 de la mañana, salí a dar un rondín por la manzana para asegurarme de que todo esté en orden, a pesar de la oscuridad que azota la madrugada a lo lejos puedo ver al acompañante del desconocido, ese que le dijo que yo no era a quien estaban buscando
Antes de entrar a mi turno de trabajo decidí ir a verme con Isabella para que me diga cuál es la propuesta que tiene para mí, además de la chica de cabello negro y quebradizo que ví fajar con Leonard por todas las escaleras he notado que también se ha llevado a la cama al menos a otras tres, en verdad no sé qué tiene de agradable o de placentero estar con un hombre así, que solo piensa en si mismo. Por atractivo que pueda ser. - Hola, perdona el retraso - llega Isabella y su presencia me trae de vuelta a la realidad.- Descuida - digo con amabilidad mientras le doy un sorbo a mi americano. - ¿Qué es lo que me quieres decir? - pregunto con cuidado, no quiero parecer descortez ni abrumarla, al final de todo ha sido ella quien me rescató y quien hizo que se me habilitara toda la herencia de mis padres.- Bien... - dice Isabella cuando llega el mesero con un latte.- Aquí tiene señorita - dice el mesero - espero que lo disfrute.- He sido yo quien ordenó un latte para tí - le aclaro.- T
Ya ha pasado más de una semana desde que Leonard me rescató de aquel hombre tan robusto y horripilante, sin embargo, esto me trajo de vuelta a la realidad y me recordó que mi principal misión al venir a esta enorme ciudad es buscar a los asesinos de mi familia, en especial a esa zorra mal nacida y maldita de Martha Boure, a ella no la mataré sino que la voy a torturar hasta que suplique piedad y aclame por su propia muerte para acabar con su dolor, y entonces la dejaré vivir para que tenga que soportar las humillaciones y las torturas de la prisión, pues la muerte sería demasiado fácil para ella. Se me hace tarde y tengo que ir al trabajo, del que debo confesar no es tan horrendo como al inicio lo creí, aprendo bastante de actuación, de vestuario y de logística, a pesar de que solo soy una insignificante veladora. Al llegar al trabajo fui diectamente a la oficina que tengo asignada, me senté sobre mi silla para meditar mi plan de venganza. - ¡Ambar! ¡Ambar! - escuché gritar a alguien
Siento mi cuerpo helado de escuchar toda esta información, mis piernas no paran de temblar y mis dientes están chocando entre sí, ya han pasado más de veinte mínutos, o al menos eso es lo que yo cálculo y es desconocido apenas me soltó, unos arrancones de los carros último modelo hicieron que ya no prestara atención a la cueva en la que nos encontramos, al volver la vista hacia el chico ví que nuevamente sacó la lámpara de sus pantalones y la enecendió - Vamos, ya podemos salir de aquí - me indicó y comenzó a caminar delante mío otra vez, él también se encuentra por lo sucedido apenas unos instantes atrás. En silencio llegamos otra vez a la oficina y cada uno nos dejamos caer en una silla para asimilar semejantes escenas - ¿Cómo te llamas? - le pregunté para que la pesadez se esfumara del ambiente en el que nos encontramos. - Soy Pablo - me contestó timídamente. - Bien Pablo... yo soy ambar, aunque parece ser que eso ya lo sabes - dije a modo de observación pero tambipen se sarcasm
Apenas es Martes y he dormido casi todo el día, pero tengo la sensación de que ya he recuperado la memoria, lo que me indica que debo buscar a Isabella en estos días para preguntarle que es lo que sabe acerca de mi hermana Amelia. "Isabella perdona por no estar en contacto contigo durante estas últimas dos semanas, la noticia de que Amelia puede estar viva me ha puesto a dormir y a sentir cansacio durante varias horas al día, podría apostar a que se trata de una depresión y aún con todo ello quiero verte para charlar sobre todo esto, bendiciones para ti y para tu familia" - mensaje de texto mío hacia el teléfono de Isabella.Me dirijo al Café 49, al que siempre suelo ir con Isabella y en el mismo que tuve mi último encuentro con Leonard, al llegar me llevo la sorpresa de que dicho hombre se encuentra allí sentando en una mesa cercana a la barra de baristas, está acompañado de dos mujeres y una de ellas le esta poniendo su mano en la entrepierna. Los observo desde donde estoy y parece
- ¡Ambar! no seas ridícula, todos sabemos que aunque existan un millón de mujeres más con tus mismas carácterísticas ninguna puede llegar a ser tan hermosa como tú, y con el poder que tiene el CEO seguramente te puede identificar entre toda la multitud - me asegura Pablo. - Puede que lo que digas sea cierto, pero no creo que él y yo estemos en el mismo nivel, me refiero a que difícilmente él se fijaría y mucho menos se enamoraría de una simple veladora como lo soy yo - aunque puede que la hipótesis de Pablo sea cierta no creo que Leonard se llegue a enamorar de "La simple chica que yo soy". Veo como Pablo empieza a sacar su arsenal de comida que lleva dentro de su mochila - ¡Espera! guarda eso para otro día - le dije y me puse de pie para ir por los baguets y los cafés que compré. - Hoy vamos a cenar como si fueramos de la realeza - dije a mi compañero y le acerqué los alimentos a su lugar en la mesa. - Ambar... pero... pero... qué gran detalle ¿cómo te voy a agradecer todo esto? -