Horas después, me levanto sintiéndome mucho mejor, pero la presencia de Lucas aún es intensa en mí.

Me pregunto por qué yo, todo era más divertido cuando estábamos en el anonimato de nuestros encuentros y miradas.

Luego vinieron los besos, en cada nuevo encuentro el deseo se apoderaba de nuestras vidas.

Suspiro al recordar lo que Lucas es capaz de hacer conmigo. Hasta este punto, nunca imaginé que encontraría a alguien que me hiciera sentir así.

Cuando comenzamos con nuestra travesura, no imaginé lo que se escondía detrás de esos ojos verdes.

Cuando me vi en sus brazos y lo que sus besos provocaban, se volvió difícil resistir, no entregarme a él.

Y así empecé a contarle nuestra historia a Sheila e Isa. Nos encerramos en mi habitación después de levantarme y tomar algo en la cocina.

Dejamos a los chicos jugando y les conté toda la historia.

Hablé de la fiesta, del vestido, de todo lo que vivimos esa noche.

Describí nuestros encuentros y con cada palabra revelada sentía lo bueno y