Los días siguientes fueron de paz, después de volver de casa de Lucas sentí como si me hubiera quitado un peso de encima y no lloré más. No voy a decir que me siento mejor, pero tampoco tan mal. A veces extraño los momentos que pasamos juntos, aunque sea como simples amigos, pero pronto recuerdo que tengo que superarlo y ocupar mi mente en otra cosa.

Antes de irnos, Lucas quiso, incluso insistió en que pasáramos el día juntos, fuéramos a comer o lo que fuera, y acabé accediendo sólo para que permitiera que Erico me llevara.

Y desde ese día hasta hoy, hemos salido con nuestros amigos unas cuantas veces, he intentado mantenerme al margen en todos estos encuentros casuales, por mucho que su presencia removiera algo en mí, no puedo mentirme a mí misma diciendo que no siento nada por él, ¡claro que no! Este hombre ha llegado para quedarse en mi corazón, vale, lo admito, al menos ante mí misma, estoy completamente enamorada de él, pero perder el hilo por culpa de ese sentimiento, no, sólo i