Jennifer.Me dolió y no sé por qué. Tal vez no fue que me haya dicho ingenua, tal vez fue el hecho de que no le interesa una relación conmigo ya que salta a la vista. Alex solo quiere cogerme al igual que Max, aunque el primero tal vez no se capaz de asesinarme, no obstante, lo pongo en duda ya que toda su vida ha estado rodeado de mafiosos, droga, alcohol y sexo; no es una bonita mezcla. El hecho de que en la mañana me haya dado el sobre luego de estar toda la noche con él y ahora me diga ingenua sobre porque toda mi vida he querido ser amada y deseada por un hombre que quiera más que eso, bueno, eso me demuestra sus verdaderos sentimientos. Me siento patética y humillada y es muy común últimamente cuando estoy con él, pero a pesar de eso, ahora mismo más que indignada estoy enojada, conmigo, con él, con Max, con todos.Salgo de la casa encontrándome a Nate coordinando lo que parece ser los puestos de vigilancia a varios hombres.—Nate —lo llamo, él se gira.—¿Si, señorita?—Llévame
Después de quedarme un poco de tiempo más en la clínica, decido salir de ella, encontrándome con la noche sobre mí, lo que implica que el club ya debe estar abierto. Tomo el primer taxi que veo y le indico que me lleve hasta él, ignorando la cara de sorpresa del conductor. Después de un par de minutos llego hasta el club que hoy está a reventar, me dejan pasar sin pagar nada o hacer una fila pues técnicamente trabajo aquí, atravieso todo el lugar donde las chicas bailan prácticamente desnudas sobre los escenarios y la música está a reventar.Me estoy acercando a la oficina de Amanda cuando veo varios hombres de los que vigilan mi casa; hombres de Max así que me oculto para no ser vista. Los hombres vigilan la puerta de la oficina lo que me dice que su jefe está adentro hablando con Amanda. Después de varios minutos noto que la puerta se abre, de allí una sonriente Amanda sale de la oficina seguida de Max, se despiden de dos besos en la mejilla y el hombre se aleja por el pasillo VIP s
Alex. Golpeo fuertemente la pared más cercana que tengo, tengo tanta ira dentro de mí que no sé cómo sacarla. Ella cierra la puerta como si estuviera asustada así que es momento de irme. Comienzo a caminar por los pasillos angostos de este lugar, bajo las escaleras y llego a la salida con los pasos de Nate y Roger tras de mí. Cruzamos la calle y el primero abre la puerta de mi auto, me subo para que pueda cerrarla, Roger se sube en el asiento del piloto y Nate junto a él. Mi puño no duele, tal vez sea la adrenalina combinada con la ira, pero sé que mañana dolerá. No estoy enojado con ella, no estoy enojado por el beso, al menos no tanto cómo pensé, solo fue un beso y la conozco lo suficiente para saber que fue un momento de debilidad, que se sentía sola… realmente estoy enojado conmigo mismo porque debido a mis actitudes de hijo de puta ella se siente de esa forma. Se acabó, Alex, fueron sus palabras y me dolieron como una puta bala en el corazón. Estoy tan asustado de la idea del am
Jennifer.Bajo del taxi mientras tomo la mano de Priscila, esta intenta llevar en su mano libre la pequeña bolsa con el regalo de cumpleaños para Lizzi mientras que yo lucho con la torta y los globos. Ambas cruzamos la calle y entramos a la clínica.—Priscila cariño, deberé soltar tu mano porque de lo contrario dejaré caer la torta, pero no te separes de mí, ¿okey?—Okey —susurra con esa voz dulce que tiene mientras entramos al ascensor.Fue muy tierno cuando al abrir la puerta en la mañana, encontré a Priscila y a su madre detrás de ella, su madre debía trabajar, pero me pidió encarecidamente que llevara a su pequeña a ver a Lizzi, de inmediato dije que sí porque sé que a Lizzi le encantaría.Hace algunos días despertó del todo, se sentía muy bien y todos sus exámenes salieron excelente así que la trasladaron a una habitación enorme, casi tan grande como nuestro departamento, con aire acondicionado y una pantalla de televisión inmensa, tiene vista a la calle y es de lo más de cómoda,
Al llegar al club, noto que lo arreglan como si un gran evento se acercara. Colocan más luces y preparan los escenarios muy cuidadosamente. Amanda hace esto cuando peces gordos vendrán y en cierta forma eso me conviene porque necesita a alguien que pueda pagar bien, que pueda pagar tanto como para tener que preocuparme ni un minuto más por la clínica de Lizzi. Saludo a un par de chicas que intentan interrogarme acerca de mis faltas, pero logro zafarme de ellas en cuanto Amanda sale de su oficina y con su mano me pide que me acerque; así lo hago.—Me alegro de que hayas venido —es lo primero que dice en cuanto llego hasta ella. Ambas entramos y ella cierra la puerta detrás de ella en cuanto ambas estamos adentro.—Amanda sabes perfectamente por qué vine, sabes que necesito el dinero —es lo que le contesto y sin que ella me lo pida me siento en la silla en la silla frente al escritorio. La mujer se sienta a mi lado.—Lo sé, pero no por eso debo esconder lo que siento. Realmente me alegr
Alex.—Heather, no te tardaste nada — escucho su voz desde el interior de la habitación lo que hace que mi corazón comience a latir mucho más rápido.Nate es el primero en entrar, lleva consigo la bicicleta de color rosa que le pedí, la lleva sin esfuerzo en una de sus manos mientras que la otra lleva el regalo muy bien envuelto. Roger es el segundo en entrar con el pastel, el cual deja casi de inmediato sobre la mesa.Un poco, no, muy asustado soy el último en entrar. Ella me observa de pie a cabeza sin ocultar lo sorprendida que se encuentra e incluso lo nerviosa que está, pero no es la única, no la veía en mucho tiempo y hacerlo ahora es como, no lo sé, estar muy drogado. La observo y ella parece flaquear hasta que decido regalarle una sonrisa.—¿Jenni, esa bicicleta es para mí? —una niña de cabellos rubios como los de Jennifer, es quien habla. Lleva su bata de hospital, pero lo que más me llama la atención son sus pequeños ojos, como si se acabara de despertar. Luce muy parecida a
La veo cuando entra pegada al cuerpo de Nate, con sus manos temblorosas y su rostro bañado en lágrimas. Su ropa está ligeramente maltratada, tiene el maquillaje un poco corrido, el cabello despeinado y aunque su vestido es rojo tiene manchas de sangre en él que tal vez ella no ha visto.En cuanto levanta su vista para verme, sus lágrimas aumentan, se despega de los brazos de Nate y corre hacia mí, me abraza fuertemente como si no quisiera soltarme y yo sin problema le devuelvo el abrazo.—Gracias, gracias por salvarme, Alex —dice en medio del llanto aun con el rostro metido en mi cuerpo.—Vamos, vamos —contesto—, debes estar cansada —ella asiente y luego su rostro se muestra preocupado.—¡Por Dios, Alex! Ese hombre está vivo… tal vez quiera hacerle algo a Lizzi.—Descuida, bonita, ella estará bien —le contesto.—Gracias, Nate, puedes volver a tus labores. Sabes que dejaste algo pendiente —él asiente y se retira.La coca llegó antes que ellos, por lo que Nate debe resguardarla en la zo
Jennifer.Escucho que el auto frena en seco lo que hace que me levante a gran velocidad del sillón. Hace casi dos horas que Alex se fue, cuando acabé de hablar con Nate ya él no estaba y no hemos sabido nada desde entonces. Ahora que ya sé lo que pasó anoche mientras yo estaba rogando por mi vida en esa habitación de hotel con Ignacio, sé que todos estamos en peligro, en cualquier lugar donde estemos, en cualquier momento, corremos peligro. Tengo la certeza que Lizzi y Heather están bien y cuidadas y cuando sea prudente podré explicarles a ambas en el embrollo donde sin querer las metí, por el simple hecho de estar enamorada de Alex. Sí, enamorada, porque he determinado que es lo que siento por él; amor. Intenté con todas mis fuerzas olvidarme de él y fingir que no estaba sintiendo eso, pero no se puede luchar contra lo que el corazón quiere, estoy enamorada de Alex, y aunque no sé cómo pasó, ni cuándo, ni por qué, solo sé que pasó y por primera vez en mi vida, me siento tranquila aun