Alex.—Heather, no te tardaste nada — escucho su voz desde el interior de la habitación lo que hace que mi corazón comience a latir mucho más rápido.Nate es el primero en entrar, lleva consigo la bicicleta de color rosa que le pedí, la lleva sin esfuerzo en una de sus manos mientras que la otra lleva el regalo muy bien envuelto. Roger es el segundo en entrar con el pastel, el cual deja casi de inmediato sobre la mesa.Un poco, no, muy asustado soy el último en entrar. Ella me observa de pie a cabeza sin ocultar lo sorprendida que se encuentra e incluso lo nerviosa que está, pero no es la única, no la veía en mucho tiempo y hacerlo ahora es como, no lo sé, estar muy drogado. La observo y ella parece flaquear hasta que decido regalarle una sonrisa.—¿Jenni, esa bicicleta es para mí? —una niña de cabellos rubios como los de Jennifer, es quien habla. Lleva su bata de hospital, pero lo que más me llama la atención son sus pequeños ojos, como si se acabara de despertar. Luce muy parecida a
La veo cuando entra pegada al cuerpo de Nate, con sus manos temblorosas y su rostro bañado en lágrimas. Su ropa está ligeramente maltratada, tiene el maquillaje un poco corrido, el cabello despeinado y aunque su vestido es rojo tiene manchas de sangre en él que tal vez ella no ha visto.En cuanto levanta su vista para verme, sus lágrimas aumentan, se despega de los brazos de Nate y corre hacia mí, me abraza fuertemente como si no quisiera soltarme y yo sin problema le devuelvo el abrazo.—Gracias, gracias por salvarme, Alex —dice en medio del llanto aun con el rostro metido en mi cuerpo.—Vamos, vamos —contesto—, debes estar cansada —ella asiente y luego su rostro se muestra preocupado.—¡Por Dios, Alex! Ese hombre está vivo… tal vez quiera hacerle algo a Lizzi.—Descuida, bonita, ella estará bien —le contesto.—Gracias, Nate, puedes volver a tus labores. Sabes que dejaste algo pendiente —él asiente y se retira.La coca llegó antes que ellos, por lo que Nate debe resguardarla en la zo
Jennifer.Escucho que el auto frena en seco lo que hace que me levante a gran velocidad del sillón. Hace casi dos horas que Alex se fue, cuando acabé de hablar con Nate ya él no estaba y no hemos sabido nada desde entonces. Ahora que ya sé lo que pasó anoche mientras yo estaba rogando por mi vida en esa habitación de hotel con Ignacio, sé que todos estamos en peligro, en cualquier lugar donde estemos, en cualquier momento, corremos peligro. Tengo la certeza que Lizzi y Heather están bien y cuidadas y cuando sea prudente podré explicarles a ambas en el embrollo donde sin querer las metí, por el simple hecho de estar enamorada de Alex. Sí, enamorada, porque he determinado que es lo que siento por él; amor. Intenté con todas mis fuerzas olvidarme de él y fingir que no estaba sintiendo eso, pero no se puede luchar contra lo que el corazón quiere, estoy enamorada de Alex, y aunque no sé cómo pasó, ni cuándo, ni por qué, solo sé que pasó y por primera vez en mi vida, me siento tranquila aun
Me encuentro acostada junto a Alex quien duerme plácidamente, ayer lo hirieron y desde entonces ha dormido, su fiebre ha bajado casi por completo y ya no tiene ese frío insistente que lo perseguía en la madrugada. Admito que estaba asustada, creíamos que debíamos llevarlo a un hospital donde pudieran determinar mejor la situación, pero la preocupación radicaba en que todos sabíamos que eso era imposible. No teníamos manera de explicar ese rosón de bala en su brazo. Me quedo observándolo detenidamente mientras noto cómo duerme de una forma tranquila, serena mientras que yo la verdad he dormido muy poco.Me levanto con cuidado para no despertarlo y me acerco al baño, observo mi cabello destrozado en el espejo así que decido deshacerme de la ropa y meterme al baño, lavo mi cabello y mi cuerpo mientras que de igual forma dejo que el agua fluya por todo mi ser. No sabía cuánto necesitaba esto o cuán estresada me encontraba. Cuando estoy dispuesta a salir noto que Alex viene entrando totalm
Alex se ha ido pues algunos de sus hombres lo necesitan en la oficina. Aunque esté herido la guerra continua, fue lo que me dijo, lo que significa que planean otro ataque hacia Max o hacia Ignacio. Yo en cambio, decidí quedarme en la tranquilidad del jardín, simplemente pensando en mis padres. Han estado en mi mente mucho en estos días, sobre todo en los días donde no me siento del todo cómoda con el rumbo de mi vida, como el día que decidí ir a ese hotel con Ignacio Robles, así, todos los días en los que me siento avergonzada de mi misma.Sé que donde quiera que estén o si me ven desde el cielo, no lo sé, ellos sabrán el por qué de mis decisiones, saben las circunstancias y los motivos, saben que todo lo que he hecho en mi vida lo he hecho por amor, por amor a Lizzi, amor a lo que queda de nuestra familia. Incluso el hecho de estar aquí, con todos hombres armados hasta los dientes también es un acto de amor, no sé si están bien o mal, de lo que estoy segura es que es amor.Recuerdo m
Llegamos a la casa a las afueras de la ciudad. Al salir del auto me debo sostener de la camioneta para no caer, me siento de la mierda y el corazón no ha dejado de latirme como un demonio. De inmediato Roger y Alex se acercan a ayudarme.—¿Estás bien, bonita? —le niego a Alex—, descuida, ya estás a salvo.—¿Lizzi? Debió llegar hace mucho tiempo al penthouse y no estoy allá.—Descuida, envié a Heather a recibirla. Está con ella.De pronto entre varios hombres sacan al chico herido quien lleva su camiseta empapada en sangre. Se lo llevan hacia dentro de la casa.—¿Pero el chico, Alex? Heather no está y morirá —Alex niega.—Trataremos de ayudarlo —me dice antes de besar mi frente—, no te preocupes por él. Debes ver a tu hermana.Asiento en respuesta, pero antes de responderle con palabras otra camioneta llega; Nathan. De pronto noto cómo se le descompone el rostro a Alex.—¡¿Dónde carajos estabas?! —le grita antes de que el otro siquiera se haya bajado del auto—, ¡No me dijiste que Jenni
Alex. Me bajo del auto frente a la casa que he comprado para Jennifer. Una hermosa propiedad de una sola planta bastante cerca de la casa donde nos estamos quedando por el momento. Una propiedad con paredes decoradas, un ventanal corredizo no muy grande y puertas de madera, además de una linda y pintoresca piscina en el jardín trasero. Casi de inmediato llega la grúa con el perfecto regalo de cumpleaños de mi chica, porque sí, es su cumpleaños y quiero que este día sea inolvidable para ella. Roger comienza a sonar el claxon de la grúa, una y otra vez hasta que Jennifer aparece por la puerta con el cabello revuelto en un moño y una camiseta tan grande que le queda como vestido.—¡Feliz cumpleaños, bonita! —exclamo de manera alegre a lo que ella corre con sus pies descalzos y llega hasta mí para fundirla en un abrazo tan fuerte que la levanto por los aires mientras escucho su fantástica risa.—Gracias, cariño —me contesta luego de que ya la he dejado en el suelo de nuevo.—Y un cumplea
Llego a la casa donde todas las personas corren de un lado arreglándola para tenerla lista para la fiesta de Jennifer. He pedido que la decoren, que hagan ver este lugar hermoso. Es cierto que serán pocas personas, las que realmente le importan a Jennie, al menos, por lo que yo he planeado, pero quiero que sea una fiesta inolvidable para ella. Entro a la propiedad la cual se ve bellísima y me sorprendo al ver a guiando la decoración.—¿Y dónde está Nate y Roger? Les pedí a ellos que coordinaron esto —él se sorprende en cuanto me escucha.—Tuvieron que irse y quiero ayudar.—¿Quieres ayudar con la fiesta de Jennifer? —él se encoje de hombros.La verdad es que la relación de Nathan con mi bonita no empezó de la mejor manera, y ciertamente se convirtió en una situación hostil debido a Nathan. Técnicamente fue él quién fue grosero con ella en primer lugar por lo cual, sí, me sorprende que quiera ayudar, tanto cómo me sorprendió que Jennifer lo defendiera el día del ataque. Toda la situaci