—¿Qué te parece esta?
— Está linda.
Respondió Aileana al mirar la bolsa color rosa palo que le enseñaba Beth.
Ambas miraban las bolsas, se la estaban pasando realmente bien, cuando una chica, alta y castaña, se acercó a ellas de manera desafiante.
—A ti te estaba buscando.
La chica se paró delante de Beth de manera en que parecía que en cualquier momento le daría un golpe.
— ¿A mí?
Contestó despreocupada Beth mientras Aileana miraba con tensión la situación.
— ¿Quién te da el derecho de salir con mi novio?
— A mí me dijo que es tu exnovio.
La chica mostró un rostro de molestia.
— Bueno, si es mi exnovio, pero eso no te da de...
— Él puede salir con quien quiera, y ahora lo hace conmigo.
Aileana haló levemente la mano de su amiga.
— Vámonos mejor ¿Sí?
Beth vio los ojos de Aileana, de no querer problemas.
— Si vámonos.
Ambas chicas decidieron retirarse, habían dado algunos cuantos pasos cuando la chica castaña soltó la peor palabra para Beth, ya que detestaba que la llamarán así.
— ¡Eres una zorra! Te pareces a tu madre.
Aileana junto con Beth miraron a la chica con una furia evidente.
— ¿Qué dijiste?
Beth reto a la chica mientras se acercaba a ella nuevamente.
— Que eres una zorr...
Beth no soporto más y lanzó una bofetada.
— osaste mencionar a mi mamá y eso no te lo perdonaré, ¡vete de aquí Lorna! Antes de qué ...
Beth recibió de regreso la bofetada.
Las dos chicas tenía una mirada de furia, como si un combate estuviera a punto de comenzar, las personas alrededor solo miraban la escena de las chicas, Aileana solo observó como Lorna haló el cabello pelirrojo de su amiga.
Beth respondió con también jalarle el cabello a Lorna, en un segundo todo se había complicado Aileana no sabía como detener lo que pasaba, quiso acercarse a las chicas a tratar de separarlas, estaba tan concentrada en esta tarea que no vio el puño que iba hacia su rostro dándole directamente en su ojo.
El golpe aturdió a Aileana, rápidamente observo que era otra chica que se había acercado a Lorna, Aileana se dio cuenta de que era amiga de esta, quizás estaba escondida o apenas la había alcanzado, realmente Aileana no pensó mucho, ya que vio que mientras ella se recuperaba del golpe está chica también golpeaba a Beth.
Aileana miró a su alrededor y no sabía cómo detener la escena, recordó el bote de jugo que todas las mañanas se servía para llevarlo al colegio y agradeció que ese día no tomará nada de este, se quitó la mochila que llevaba en la espalda y buscó entre sus cosas muy apresuradas, al hallar lo que buscaba, destapó la botella arrojándoles a las dos chicas el contenido de esta.
Lorna junto con su amiga soltaron a Beth mientras se miraban empapadas, Aileana aprovecho para dar un ligero empujón a Lorna que terminó tirándola al suelo, mientras su amiga trataba de ayudar a Lorna, Aileana tomó la mano de Beth que estaba un poco aturdida y comenzó a correr entre toda la multitud que sé encontraba en aquel lugar lleno de locales.
— ¡Vamos Corre! Que nos alcanzan.
Aileana soltó mientras aún tomaba la mano de Beth y miraba hacia atrás, ya habían corrido algo y al parecer se habían escapado de Lorna, Aileana miró nuevamente hacia atrás distrayéndose con la sonrisa de Beth.
Sintió un golpe haciendo que ambas chicas cayeran al suelo, Aileana miró hacia arriba encontrándose con aquellos ojos azules, más hermosos que el color del cielo, más profundos que el mar, él solo la miraba sin ninguna reacción aparente en su rostro.
"No voy a mentir, en ese momento quedé impactada eran unos ojos hermosos, no es que no hubiera visto ese color de ojos, era más bien que tenían algo que los hacía lucir preciosos e intensos, quizás el contraste del color de esos ojos más el negro intenso de su cabello y barba. Mientras él me miraba como la cosa más insignificante en su camino, yo no podía dejar de verlo por el inmenso temor que provocó en mí..."
— Fíjese en su camino.
Soltó el hombre.
—Lo siento.
Ella respondió apenada mientras se levantaba del suelo y ayudaba a su amiga a también a levantarse.
—¿Acaso es ciega? O ¿qué le pasa?
Aileana se consideraba una persona tranquila, además le habían enseñado a que no siempre debía decir lo que pensaba, ya que era algo de muy mala educación, aunque a decir verdad pocas veces ella se quedaba con las cosas y respondía a las personas que se metían con ella.
— y ¿Usted es sordo? Ya le dije que lo sentía.
El hombre miró de abajo hacia arriba a esa pelirroja que le contestaba, no era ni bajita ni alta, estaba a una estatura promedio, los ojos del hombre se desviaron para ver a la acompañante de la chica, al igual que ella tenía el mismo tono de piel blanca con ligeras pecas, ella era más alta, con un cuerpo muy bello y era igualmente pelirroja, solo que notó que la intensidad del color era diferente era más apagado al contrario de aquella chica irrespetuosa que lucia más intenso y hermoso.
Aileana miró fijamente a los ojos al hombre, él sonrió al ver los ojos color miel que ella poseía, aunque uno de ellos estaba ligeramente rojo, no dejaba de verse lindo, era muy común ver pelirrojas en aquel lugar con los ojos azules o verdosos y los de ella eran claramente distintos.
—¿Aili?
Soltó Beth, que podía sentir un poco la tensión.
—Vámonos, una vez más, lo siento.
Aileana tomó nuevamente la mano de Beth apartándose del camino de aquel hombre.
—¡Oye!, ¡oye!
Beth se detuvo después de haberse alejado del hombre.
—¿Qué fue eso?
—No lo sé, en verdad sentí miedo, tú ¿no?
—Está guapísimo.
— No sé, hay algo en él... Bueno lo olvidamos, no creo que nos volvamos a ver, él no parece de por aquí... ¡Oye! Me debes una, tendré el ojo morado por tu culpa.
Beth rio apenada.
— Lo siento, pero tú viste que no comencé yo.
—Lo sé, ¿Ahora que le diré a mi papá?
— Que te caíste.
Ambas rieron mientras continuaban caminando.
"Fui una ilusa al pensar que ya no nos veríamos, la vida en ocasiones suele ser muy cruel, pero conmigo tenía planeada una mala jugada"
"Mientras caminaba sobre aquel sendero solitario no podía dejar de pensar en los ojos que me vieron tan fijamente, era un hombre que no había visto, por aquí pensé que era extranjero, traté de despejar su imagen de mi mente, no sabía el porqué que él invadía mis pensamientos, después de un largo camino por fin llegué a mi destino este era una construcción abandonada, parecía que sería una gran casa me imagino que alguien de mucho dinero, pero había sido abandonada a medio construir, dejando un lado esto era un lugar hermoso rodeado de árboles, y reinado por el silencio. Este sitio lo descubrimos con Graham cuando iniciamos nuestro noviazgo, era el lugar donde siempre nos mirábamos. Debo decirles que ese noviazgo era un secreto ante todos, simplemente éramos compañeros de clases, la única que sabía de lo nuestro era Beth, casi siempre ella me cubría con mi papá, me imagino que quien lea esto sentirá la curiosidad de saber ¿por qué guardabarros nuestra relación como un hermoso secreto?
__ ¿Hayami estás bien?Preguntó Carolina al ver como Hayami estaba distraída y aparentemente escuchaba la conversación que tenían, pero realmente no era así.__ Si, lo siento estoy un poco distraída.__ ¿En qué piensas?Sonrió Angélica después de preguntar esto, Hayami que tenía la taza de té frente a ella también sonrió.__ No sé, siempre me he sentido preparada para las cosas que suceden a mi alrededor, pero en esta ocasión no sé si lo estoy.__ Hablas de tus bebes.__ No, eso me asusta pero trato de estar preparada...ash... No me hagan mucho caso dime Angie¿ Qué más hace falta para la boda?__ Prácticamente terminamos, muchas gracias por ayudarme chicas.Carolina y Hayami solo sonrieron.En el último año, Angélica plane
Aileana ¿es en serio? ¿ Qué significa ese golpe?El padre de Aileana la reprendió al ver que su ojo color miel estaba rodeado de rojo, el color ligeramente morado al rededor de su parpado estaba cubierto con maquillaje que aunque lograba cubrirlo no era suficiente.__ Me caí.Aileana sonrió traviesamente.Él solo colocó las manos en su cadera acompañado de un gesto de molestia.Después de soltar un suspiro algo largo su padre terminó sonriendo.__ No hay solución contigo, ¡vamos! Ya es tarde.Al entrar en aquel salón con los candelabros elegantes y toda esa gente vestida de manera elegante Aileana supo que sería una noche aburrida, normalmente siempre acompañaba a su padre a las fiestas que era invitado.Ellos no pertenecían a una familia adinera, pero el trabajo que desempeñaba su padre apenas alguno
Aileana estaba viendo hacia aquellos árboles sin decir ni una sola palabra, Graham solo la miraba observando la evidente preocupación que surgía de ella.— Sigues triste por lo de la materia.— No es triste es... frustrada, enojada, estoy muy molesta.— No le des tantas vueltas.—Tú dices eso porque pásate al igual que Beth, yo fui la única tonta, aunque comienzo a pensar que no le agrado al profesor.—No digas eso, además aun no repruebas¿No te dio el profesor un trabajo para aprobar?—Si, pero es lo mismo está muy complicado.—Yo te ayudaré ¿Si?Aileana sonrió por fin.—Mi amor tú no estarás aquí ¿no recuerdas que el lunes te irás con tu mamá a ver a tu tío?Graham hizo un gesto de disgusto.— ¡Ah si!, lo había olvidado... por cierto quiero que a mi regreso hablemos con mi mamá, quiero que ya podamos vernos como novios normales y no aquí a escondidas, estoy cansado de este lugar.— Eso también quiero yo.
—Buenas tardes, señoritas. Saludó Diago con su voz gruesa. —Buenas, tar... — ¿No le parece que esto ya es un acoso? Interrumpió Aileana a Beth que contestaba sonriente el saludo de Diago. Aileana colocó sus manos sobre su cadera y su rostro se tornó molesto. — Además, ¿cómo sabe que yo estudio aquí? Diago sonrió. —Cuando me mudé a este lugar, me dijeron que los escoceses eran muy educados, pero debo decirle, señorita, que usted es la excepción. — Aún no me contesta lo que pregunte. Él resopló. — Estaba dando una vuelta por estos sitios y las vi... En realidad no es acoso, solo quería ser gentil con ambas e invitarles un café. Los ojos de Beth se iluminaron, mientras que los de Aileana se entrecerraron con mucha desconfianza. __ Se lo agradecemos pero... __ ¡Aceptamos! Aileana miró confundida a Beth porque ella había sido clara en expresarle lo que él le provocaba y ella había aceptado sin importarle absolutamente nada, inmediatamente pensó en zafarse de la situación, per
—¿Cómo vas con el proyecto? Preguntó Beth que se encontraba recostada en cama de Aileana hojeando una revista mientras Aileana cepillaba su cabello frente al espejo de su tocador. — Bien, estoy avanzando mucho, además él me está ayudando mucho con la pronunciación. Beth se levantó de la cama, se acercó a Aileana y la miró a través del espejo. — Dime amiga ¿Cómo es él? —¿Cómo que como es él? Pues ya lo conoces, no entendiendo por qué me preguntas eso. —Sí, sé que lo conozco, sé que es muy atractivo, pero me surgen más preguntas en cuanto a él, tú llevas viéndolo dos semanas, dime ¿A qué huele? Aileana comenzó a reírse por la pregunta tan extraña de su amiga. —¿Cómo que a que huele? A nada, en serio, con tus preguntas extrañas. Aileana continuó cepillándose el cabello, su mente se perdió en un par de días atrás, cuando mientras estaban transcribiendo un texto, él se acercó a ella y el olor a su loción invadió sus fosas nasales, era un aroma increíblemente delicioso, claramente d
—Regresaste temprano. Alcair se levantó del sofá al ver a Aileana que entraba a la casa con las mejillas sonrojadas debido al frío que hacia afuera. — Si papi. Aileana se acercó a su padre dándole un abrazo buscando la calidez de él. —¿Pasa algo? Aileana se separó de su padre y negó con su cabeza, él solo sonrió. —¿Quieres cenar algo? —No pa, no te preocupes, no tengo apetito, pero gracias... Eh, iré a mi habitación, estoy un poco cansada. —Está bien, hija, descansa. —Si papi, igual tú descansa. Aileana subió las escaleras hasta que llegó a su habitación, donde se dejó caer a la cama como era una costumbre en ella. Miraba el techo de su habitación, colocó sus manos sobre su estómago para luego morder su labio inferior, recordó el beso que Diago le había robado… —¿Qué haces? Aileana alejó a Diago de sus labios, lucía desconcertada de lo que había ocurrido. —Discúlpeme, no pude evitarlo, tiene unos labios tan tersos y cálidos. —No lo vuelva a hacer. Él suspiró profundamen
—¿Entonces ayer te la pasaste con tu abue? —Sí, la verdad fue muy agradable pasar un tiempo con ella, tenía un tiempo que no lo hacía. —Aunque te noto triste. Aileana suspiró con un poco de nostalgia. —Mi papá y yo tratamos de convencerla de que se viniera a vivir a nuestra casa, pero por más que intentamos no accedió. —Es que imagino que para ella es difícil dejar el lugar donde ha vivido mucho tiempo. —Pues sí, pero eso me entristece, ella está enferma y aunque mi papá se hace cargo de sus gastos, nos gustaría tenerla en casa para poder cuidarla mejor, pero ni hablar, no se pudo. —Por cierto, ¿cómo van con lo de la casa? Acair y su hija se habían mudado de casa hacía unos años, cuando lo hicieron fue por el alquiler de esa nueva casa, ya que era una casa muy modesta, pero espaciosa y el alquiler era muy bajo, después de varios años viviendo así, Acair logró convencer al dueño que le vendiera la propiedad, Acair apenas llevaba unos cuantos pagos, pero se sentía feliz que por f