— ¿Cómo dice? ¿Casarse con mi hija? —Así como lo escucha. —¿Acaso me perdí de algo? ¿Ustedes tienen una relación?, o ¿cómo? Aileana sacudió su cabeza negativamente contestando la pregunta de su padre a pesar de no estar frente a él y aún conservar su posición lejos de la vista de los dos hombres. —Nada de eso, simplemente me pareció una chica hermosa y joven. Acair comenzó a reír mientras Diago lo miraba seriamente, pensando que al parecer padre e hija tenían en común burlarse de las palabras que él soltaba. —¿Es en serio lo que está diciendo? —Muy enserió. —¿Por qué me lo dice a mí? ¿No se supone que debería ser a mi hija? Acair cruzó sus manos esperando la respuesta de aquel hombre más alto que él. —Lo hago con usted por qué su hija me rechazó y en verdad me interesa, no importa lo que deba pagar. —¿Pagar? ¿De qué habla? No le estoy entendiendo. —Yo soy buen negociante y podría negociar por ella, solo dígame ¿cuál es el precio? Siempre hay un precio. Aileana cubrió con s
"El peor día de mi vida, día en el que todo lo que consideraba bueno de la vida se esfumó, el día en el cual me perdí al punto de querer dejar de existir, un día que considero el final de libertad, viéndolo así, si fue el final de mi libertad, aunque desconocía que así era, ese día, ese estúpido día había comenzado como todas las mañanas, baje a desayunar con papá, me sentía preocupada porque habían pasado dos semanas desde el inicio de clases y aún no sabía nada de Graham, me culpo porque mi mente estaba perdida en un asunto quizás sin importancia que lo único que atine a decirle a papá era que llegaría temprano para ir con abue "Alpi" él gentilmente sonrió... El gentilmente sonrió para decirme que me esperaría, finalmente salí de casa, aun recuerdo esa sonrisa, esa dulce y cálida sonrisa ..."—¿Sigues preocupada por Graham?Preguntó Beth al sentarse justo a lado de Aileana que mantenía su cabeza sobre sus brazos cruzados en el pupitre.—No, realmente
—¡pap! ¡papi! ¿ Qué pasó? No entiendo ¿quién? ¿ cómo?...Aileana estaba de rodillas junto a su padre tratata a de detener el sangrado del pecho, proveniente de una herida de bala, estaba tan aturdida por la escena, no podía entender lo que había pasado.— ¡ papi! resiste, ¡dios! ¡ ¿que hago? No se que hacer, no sé."Jamás me había enfrentado a algo así, es una situación desesperante e impotente , te vuelves irracional"Aileana tenía cubierta sus manos de sangre, sus lágrimas corrían por sus mejillas la desesperación de no saber que hacer la invadía, institintivamente comenzó a gritar por ayuda suplicando por qué alguien fuera a su auxilio, manteniendo una ligera esperanza de que alguno de sus vecinos pudiera escucharla, con cada grito sentía que su coraz&o
Aileana se encontraba recostada sobre el sofá su mirada estaba perdida, los últimos 7 días habían sido una pesadilla desde el sepelio de su padre sentía que no tenía ganas de hacer ni lo más básico que era alimentarse.Esa tarde después de sepultar a lo que más amaba lo único que quería era recostarse y descansar estaba cansada de tanto llorar, pero sobre todo estaba cansada de los murmullos que habían comenzado a surgir de las personas, los rumores que comenzaron a creer por la forma en la que su padre había muerto" Quizás estaba metido en negocios fraudulentos"," Nadie muere de esa manera, a menos que este metido en cosas no tan legales" ," tan buena persona que se miraba y al final terminó así""Como se atrevían hablar mal de una persona que era lo más hermoso, una persona que a pesar de no tener nada siempre brindaba una
Aileana se levantó de la cama con mucho esfuerzo, ni su cuerpo, ni su voluntad se sentían con fuerzas para comenzar otro día más sin su padre, pero sabía muy bien que debía continuar por su abuela Alphina.Se acercó a su tocador solamente para percatarse de las grandes ojeras que habían aparecido en tan pocos días en sus ojos."Jamás me había visto tan miserable en la vida, era evidente que algo pasaba conmigo, en verdad no tenía ánimos de hacer absolutamente nada, pero mi abue necesitaba la ayuda, ahora era un la responsable de ella, así que decidí ese día buscar un empleo.Si debo molestarme de algo de mi papá creo que sería que siempre fue muy protector conmigo, quería darme lo mejor, muchas veces le plantee trabajar y ayudarle con los gastos, pero él quería que me concentrará en los estudios, pero deb&iacut
El sonido de la taza de café rompiéndose en el suelo hizo que Aileana escogiera sus hombros.—¡Otra vez! ya es la segunda vez que te sucede, a este paso nos dejaras sin tazas.Gritó el hombre mayor.—Lo siento, no volverá a suceder, lo que pasa es que se me dificulta equilibrar la charola, pero prometo no volverá a pasar.El hombre resopló tratando de calmar su enojo.—Está bien, recoge todo este desastre.—Si señor.Aileana se agachó para recoger los pequeños trozos que habían quedado de la taza de café, suspiró un poco porque se sentía impotente que a pesar de dar todo su esfuerzo se le estaba dificultando el empleo.Sintió como un dolor invadió su mano y vio como se había hecho una herida en uno de sus dedos con un trozo de la taza rota."Solo esto me faltaba"Pensó Aileana, ignoro la herida para terminar de levantar el desastre, limpio el liquido derramado.Se encontraba colocándose una ban
—Te ves muy agotada.Soltó Graham mientras abrazaba por la espalda a Aileana en aquel lugar que era suyo.—Lo estoy, en verdad se me está complicando aprender, tengo errores con los pedidos, he roto tazas.Ailena resoplo cansada y con el ánimo decaído.Graham besó la mejilla de Aileana y abrazó más fuerte dándole todo su calor en esa noche fría.—Te amo, en verdad lamento mucho que estés pasando por esto, quisiera hacer más por ti.Aileana sonrió.—El calor que me das es más que suficiente para no sentirme derrotada, los ánimos que me das cada mañana en el colegio me hace sentir motivada, eso es suficiente.– Para mí no.Ailena suspiró.–¿Sabes? Me ofrecieron un empleo mucho mejor que la cafetería y estoy segura de que podría ganar más de lo que actualmente gano.—¡Que bien! ¿Lo aceptaste?Ella bajó su mirada hacia la bandida que tenía aún sobre su dedo.—No, ni lo voy a hacer.—¿Por qué?Ailea
—¡Hija! ¡¿qué haces aquí?Aileana se acercó a la cama de hospital donde se encontraba su abuela.—Vine a verte, me informaron que te desmayaste.—Solo fue un ligero desmayo.—¡Abue! ¡ te lesionaste la muñeca, además de un golpe fuerte en la cabeza que requiere vigilancia.Aileana se acercó a su abuela para darle un beso en la frente, la mujer mayor tomó la mano de su amada nieta.—No me gusta causarte molestias... yo sé que lo de tu padre fue hace muy poco y lo que menos quiero es que tú estés pendiente de mí, yo...—Abue, yo lo hago con mucho gusto... sabes que te amo. Nada más quedamos tú y yo y no voy a permitir que te pase algo, voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que estemos bien, pero sobre todo que tú estés bien abue.—Hija...Las lágrimas de Alphina cayeron, agachó su cabeza hacia sus piernas envueltas en una sábana blanca.—Tú no mereces lo que esta pasándote.Aileana mordió su labio para no llorar