***Hace un momento Harper salió de la habitación en compañía de esa mujer, solo faltó un poco más para que la sacara de las greñas. Le gritó, lo atrevida que fue al entrar a la habitación y no solo eso, tuvo que hablar de Alexis.Me sorprendí porque él presentía las intenciones de esa mujer. No me interpuse en la ira de él contra la chica, no quise ser la defensora de ella, no cuando mi cabeza ya se encontraba demasiada ocupada con toda la historia de Alexis.Por un momento me ha llegado la impotencia porque no puedo salir corriendo de aquí.—Te he traído una taza de café.La puerta se abre de golpe, dejándome ver a mi tía, mi rostro se compone radicalmente, no tengo intenciones de que ella me vea mal.¡Por Dios! Como de seo reclamarle a Alexis, quiero saber por qué me ha mentido, qué necesidad tiene de acercarse a mí con mentiras.—Gracias mi tía del corazón, sabía que tenía muchas ganas.—Oh, pe contabas que el café vendría incluido con el amor de tu vida —dice con tono de voz melo
Harry se deshace de mi sostén, para eliminar cualquier prenda que nos impida satisfacernos. Luego desliza sus manos por mi estómago, por encima de mi vientre y hacia mis muslos, rozando mi sexo con su pulgar. Gimo.De repente besa mis labios y agarra mi cabeza con sus manos, enredando sus dedos en mi pelo, su lengua persuasiva. Nuestros alientos se mezclan mientras empujo su chaleco y él se las arregla para sacárselo.En un suave movimiento, abraza mi cintura, dejándome bien extendida en la cama. Sus labios me encuentran, sus manos se enroscan alrededor de mi cabeza, abrazándome y sosteniéndome mientras nuestras lenguas se llenan de gloria.De pronto él se separa de mí para hacerme un baile sensual, despojándose lentamente de su ropa. Sí… Es todo un experto, pareciera que en la otra vida fuese un striptease porque sabe mover esa cintura ¡hasta lo envidio! Mmm… qué rico. En un eficiente movimiento, se deshace de sus pantalones y su bóxer, quedando gloriosamente desnudo, dejándose ver e
(...)Uuuufff… Hoy es un gran día para todos, gracias a Dios el día de ayer me quitaron completamente el yeso, ya ha pasado un mes completo, no reniego de mis días anteriores, al contrario, estoy feliz porque cada día más mi esposo me sorprende.La casa en la que vivimos no está cerca de la ciudad y tampoco es una simple casa, no, luego de darle un tour en la silla de ruedas me di cuenta de que estaba dentro de una finca. Eso no quiere decir que esté rodeada de animales, no, todo es porque todo lo que nos rodea es inmenso.Si me llegan a preguntar si es mejor que mi casa anterior, sin descaro puedo decir que, si es mejor, ya que mi casa anterior es una cuarta de lo que es esta. Sí, es lujosa, cualquiera desea esta casa, pero por primera vez lo que me pone en las nubes es que mi familia me da mucho amor; Harry y mi tía son mi complemento perfecto.No hay ningún día que espere que ese sol hermoso se oculte para que mi esposo llegue a casa o los fines de semana cuando decidimos quedarnos
Colgué la llamada antes de que iniciara una discusión, Harry no quiere que me encargue de la cocina y menos de la limpieza, luego que recordara que tenía siempre una empleada que me ayudaba con la limpieza y a veces a la comida él me ha dicho que buscará un par de empleados, sin embargo, me he negado, ya que no quiero que gaste mucho. Pero después de esto creo que él se encargará de traer más personal, ya que tenemos el encargado del jardín, chófer y una señora que le ayuda a limpiar a mi tía, sin embargo, eso no es suficiente.La finca es grande y aunque me cuesta aceptar las cosas, Harry tiene mucha razón, la casa no se mantiene limpia con dos personas, es grande y no creo poder con todo.Ahora que he dejado el teléfono en la encimera, le digo a mi tía que tenemos que ponernos manos a la obra, que Harry y un invitado más vienen a la casa. Ella asiente y me dice que todo está totalmente calculado, ya que todo está preparado y el jardinero le ayudará en lo que nosotras no podamos hace
—Contigo no se puede, y un consejo hipócrita, es mejor que en la próxima pongas de excusa que te duele el estómago o que te ha venido la menstruación, ya que no te quiero volver a ver, la verdad que no tengo intenciones de querer ver tu maldita cara —siseo entre dientes—. Ah, por Harper me he quedado callada, pero no voy a negar que tengo muchas ganas de decirle a Harry cuáles son tus intenciones o de lo tanto que lo desprecias, ¿lo conoces para criticarlo?—Me he disculpado, entiende de una vez que eres afortunada y lo envidio, ¡tienes todo lo que deseaba!—¿Eres novia de Harper?—Niñas, dejen de discutir, las escucho y no duden que aquellos hombres que se acercan las escucharan a ustedes, ¿será posible que no comentan una locura para que ese par no se aleje del uno al otro?Mi tía nos sorprende, es obvio que ella escucharía un poco, tiene razón en lo que dice, sin embargo, siento que es mejor que Harry se entere de una vez por todas. No quiero volvérmela encontrar, es demasiado la p
Increíble, estoy en ropa interior, eso quiere decir que… Harry.—¿Te sientes bien? —me sorprendo al ver el rostro preocupado de Harry.Viene saliendo del baño hasta que se acerca a mí. Está tremendo con esos bóxeres negros y con pelo de recién levantado. Yo debo de estar horrible, con el pelo suelto y babeada.—Fatal —confieso malhumorada—, me he perdido el almuerzo.Él se echa a reír. Si pudiera coordinar mis movimientos, le daría una palmada en el pecho. Me rodea con los brazos, y yo agradezco el apoyo y hundo la cabeza en su pecho. Podría volver a dormirme perfectamente. Su cuerpo es tan cálido, me siento bien y protegida.Una parte de mi subconsciente me dice que deje de estar quejándome, ya que lo mejor de ese almuerzo es quedarme completamente dormida, todo para ignorar a esa mujer.Ahhh… Quiero creer eso, pero se me hace difícil creer que me he dormido por tomarme una pastilla para los malestares que se me estaban presentando de la nada; mareo y vomito.—Me he preocupado mucho
Entierra el rostro entre mis muslos y se me doblan las piernas.—¡Hummm...! —echo la cabeza hacia atrás y me agarro con más fuerza a su pelo. Con un inesperado lametón, bloquea todos mis sentidos.Me agarra de las caderas y me hace dar un fuerte respingo. Él es lo único que me sostiene. Siento que su lengua caliente y entrenada traza círculos alrededor de mi hipersensible cúmulo de nervios y que lo rodea con movimientos precisos y lentos antes de hundirse en mi sexo. No se deja ni un milímetro por explorar.—Eres mía —gruñe pegado a mí.Me derrito cuando aumenta la presión y me clava los dedos en las caderas. Me aprieto contra su boca. Es solo cuestión de segundos que estalle en mil pedazos. La presión que se concentra en mi entrepierna me obliga a contener la respiración; el corazón se me sale por la garganta.—¡Estoy cerca! —jadeo sin aliento. Joder, ¡estoy muy cerca!Retira una mano de mi cadera y hunde dos de sus dedos en mi sexo.—¡Joder! —grito—. ¡Por favor!Con los dedos trazan
(...)Las cinco y media, ufff, ya salió el sol, me he levantado de la cama en compañía de Harry; no para hacer travesuras, tampoco para darnos una ducha mañanera, menos para desayunar, no, todo tiene que ver con que a él de pronto se le viniera la idea de querer hacer un viaje express de veinticuatro horas.Salimos de la ciudad en su coche en dirección a Alberta, casi doscientos setenta y cuatro kilómetros lejos de la ciudad de Edmonton. De vez en cuando, lo sorprendo mirándome a mí en lugar de a la carretera. Y cada vez que lo hago me sonríe y me aprieta la rodilla, sobre la que ha llevado la mano durante la mayor parte del viaje. Empiezo a pensar que mi esposo es romántico, apasionado, bastante inestable, tremendamente seguro de sí mismo y exageradamente rico. Ah, y bestial en cuanto al sexo.—¿Dónde me llevas? —pregunto—, es que ya nos hemos alejado de la ciudad, llevamos tres horas de camino.Me mira con una ceja enarcada y baja el volumen de la música con los mandos del volante.