Todo su cuerpo había comenzado a relajarse de forma inesperada.

Todo se veía extraño e irreal pero algo dentro de ella le gritaba que era lo correcto.

La mujer que estaba frente a ella no dejaba de observar cada uno de sus gestos pero después de unos instantes dejó de tocar su frente para retirarse un poco.

— Escucha — le dijo con un tono de voz tranquilo y casi maternal— desde el inicio de la existencia de cada una de las razas, hubo cuatro criaturas ancestrales base para todo lo demás.

Era la primera vez que Oleika escuchaba algo como esto pero se quedó en silencio.

“Criaturas ancestrales” pensó decidida a no olvidarlo.

— Cada uno de ellos tiene un espíritu de reencarnación que regresa a la tierra cada cierto tiempo para continuar con el ciclo que conlleva mantener el equilibrio de la naturaleza.

Oleika se queda en silencio solo un instante para después preguntar

— ¿Y qué tengo que ver yo con todo eso? ¿Qué significa que tengo magia? ¿Por qué no solo me dieron a mi loba y ya?

La c