Balto soltó un gruñido por el desbastador dolor que es ver a su luna besarse con otro hombre, ¿Cómo puede ella hacerlo sin sufrir? ¿Cómo es que es capaz de faltarle a la promesa que se hicieron una vez? Él trató de respirar, de caminar e incluso alejarla de ese miserable, pero su sufrimiento se lo impedía.Blanca fue quien alejó a Julius, su loba aúlla del dolor y su corazón parece ser atravesado por miles de flechas, aquel ardor en sus entrañas la revolvió del sufrimiento, ¿Por qué la besó? Lo miró con ojos grandes, ella quiere que Balto sufra, pero no de esa manera.―Como lo sabes. ―Julius dio media vuelta solo para regocijarse del dolor que ve en sus ojos, jamás lo había visto en ese estado y le satisface el saber que no es broma lo que escuchó. El rey sufrió más por su esclava que por su luna, él la buscó incluso en territorios enemigos estando dispuesto a una espantosa muerte solo por encontrarla y ahora que sabe que su plan funcionó, está un paso de la victoria. ―Exiliaste a tu
Desde aquella sensación que Balto sintió hace tres días, algo en él ha cambiado, por alguna razón el dolor agonizante que siente al saber que su luna tiene otro destinado simplemente han pasado a segundo plano, él desea saber que fue eso que lo dejó tan anonadado y que por un segundo lo ayudó con su desgarrador dolor.Blanca se ha negado a verlo y él lo ha respetado, pues se merece cada sufrimiento que ella le dedique y está dispuesto a dejarla ser feliz, después de todo, él mismo se lo buscó, ella no mentía cuando se lo dijo a la cara para causarle más dolor.Sabe que ella está detrás de lo que sea que le esté sucediendo más allá del dolor, por eso se ha decidido a seguirla en cada paso que da, siempre encuentra la manera de escapar de él, pues esa maldit4 flor es un enemigo a muerte de los lobos y ella sabe muy bien cuál es su utilidad. Ahora detesta más a Julius, él es el responsable de que ella se oculte tan bien.Como todos los días llegó al edificio donde trabaja su pequeña loba
Apresurada, así se estaba sintiendo Blanca por la rapidez con la que Julius estaba llevando las cosas, ya lo tenían todo planificado y la boda se daría en solo un día, ¿Cómo es que aceptó estar con él e intentarlo hace apenas tres semanas y ya todo estaba listo? Por una parte, estaba bien, pues ya deseaba dejar de sufrir por Balto, pero en general estaba algo aterrada.La conciencia la está remordiendo, ¿Por qué ella sufre tanto si se supone que Julius también es su destinado? ¿Acaso hizo mal? Mirar a su bebé y lo incómodo que está le hizo sentir culpa, su bebé necesita de su padre y ella por miedo a que se lo arrebate no le permite nada.―No te veo feliz. ―Susan entró a la habitación. ―¿Qué estás haciendo, cariño? ―Blanca la miró confundida.―“¿De qué hablas?” ―Se hizo la ignorante y la que no escuchó, eso a Susan la hizo negar.―“¿Cómo es que de pronto estás comprometida y a punto de casarte?” ―La miró a los ojos. ―“¿Te das cuenta de lo que haces?” ―Se preocupó más. ―“Quiero que tú
―Adamson. ―Gruñó Julius molestó por verlo ahí. ―Te reto a una pelea, justo como me retaste tú por mi trono. ―Señaló a Blanca quien mira a los dos con ojos bien abiertos. ―Yo pagué mi deuda por matar a tu hijo, ahora quiero una batalla y el vencedor se quedará con ella sin problema alguno. ―Blanca inmediatamente se metió en medio.―“No permitiré algo como esto” ―Se negó con rotundidad. ―“¿Por qué siempre eres tan violento? ¡Tú me perdiste, Balto!” ―Lo miró como si fuera un monstruo, provocando dolor en él, ¿Acaso no prestó atención a cuando dijo que Julius lo había retado a él antes? ―“Vete de aquí, ¡Estoy harta de verte!” ―Balto miró a Julius y verle ese gesto triunfante lo enervó por completo, pero sin ánimos de demostrar lo débil que está, se marchó sin mirar atrás.―Ese hombre no aprende. ―Bufó colocando la comida sobre el escritorio.―“¿Lo retaste por su trono como castigo por asesinar a tu hijo?” ―Julius se puso serio en el acto. ―“¿Tú aprovechaste la muerte de tu hijo como una
Los días en el hospital no son más que una pesadilla para Blanca, su bebé contrajo un virus por la debilidad que tenía y se vieron obligados a permanecer internados para que el niño fuera tratado. La presencia de Balto fue indispensable para que el bebé sobreviviera a la enfermedad y eso a Blanca la hacía sentir sumamente culpable.Ella siempre conoció a Balto como un hombre explosivo y cruel, pero ahora mismo él ni siquiera la mira, pasa totalmente de ella, ¿Por qué no le reclama? ¿Por qué no la sentencia a muerte por tentar contra la vida de su hijo? ¿Por qué no le dice el precio que tiene a pagar por lo que le hizo? Ella sin duda se está volviendo loca con el comportamiento de ese hombre.―“Debo cambiarlo, se te da terrible a ti” ―Balto dejó al bebé sobre la cuna y se echó a un lado, lo suficiente como para que ella pudiera alcanzar al bebé, él no se preocupó en darle demasiado espacio, le gusta que roce con él y se tense.―¡Oh, vamos, cachorro! ―Se quejó al sentirse empapado por e
Balto miró a su hijo, ella ni siquiera terminó de arreglarlo, suspirando y agradeciendo que ella le enseñó como cuidar de su hijo, lo llevó de vuelta a la cuna y lo dejó hermoso.―Vaya, papá cuida del bebé. ―Susan sonrió en cuanto Balto la miró, él siempre se muestra serio y distante con ella y su esposo. ―Vamos, no me des esa mirada, quizás no te caigamos bien, pero prometo que ese niño es la luz de nuestros ojos. ―Se acercó y tendió los brazos pidiéndole al bebé, Balto miró los brazos de la mujer con desagrado, no confía en los humanos y solo trata con ellos por negocios y más nada.―No lo vayas a dejar caer. ―Gruñó provocando una risotada en la mujer.―Es cierto lo que nos contó mi niña. ―Lo miró sin perder la sonrisa. ―Eres demasiado duro, pero puedo ver todo el amor que sientes por ellos. ―Lo invitó a sentarse, Balto miró el sofá y lo dudó. ―No muerdo, venga. ―Palmeó un par de veces el espacio a su lado.Balto pasó saliva, si ella supiera a quién tiene al frente desde luego no es
El día de irse a casa había llegado, Lucius estaba mucho mejor de salud y es como si jamás hubiera estado al borde de la muerte. Blanca no podía estar más feliz, su bebé estaba totalmente recupera y Balto fue realmente amable con ella al dejarle en claro que comprendía su actuar y que no se culpara por no quererlo cerca del niño.Ella vio en ese hombre algo que jamás había visto y quedó desconcertada, pero aun así le agradeció por sus palabras. ―De acuerdo, bebé. ―Terminó de vestirlo. ―¿Estás listo para irnos a casa? ―Blanca los miró desde el sofá, él se ofreció para vestirlo mientras ella preparaba la bolsa. ―Ya no estarás en este espantoso lugar, donde todas mueren por ti. ―Blanca rodó los ojos.―¿Listos para irse a casa? ―La pediatra entró a la habitación con los papeles correspondientes. ―Aquí tiene lo necesario, ya el señor pagó la cuenta. ―Blanca miró a Balto, pero él no prestó ni un gramo de atención, está centrado en su hijo.―“Muchas gracias por todo, doctora” ―Tirando de e
Micky corrió de vuelta al edificio, ella corrió lo más rápido que pudo hasta entrar a recepción y ver al enorme hombre rubio con flores en la mano. Ella temía siempre acercarse a él por su imponente semblante, pero olvidó todo eso.―No me toques. ―Gruñó Balto mirando a la mujer para que ni siquiera lo pensara.―Mi jefa. ―Dijo ella agitada y pasando de su orden, no tiene aliento y se siente desmayar por todo lo que corrió. ―Un auto se la ha llevado, ella… ella… ―Balto no la escuchó más, soltó las flores y corrió fuera del lugar con Micky detrás, ella no piensa quedarse.―¿Viste un auto pasar a velocidad por aquí? ―Gideon que justo estaba pensando lo locos que están en esa empresa asintió.―Sí, los humanos que trabajan aquí están realmente locos. ―Bufó.―¡No fueron los humanos! ―Subió al auto. ―¡Se han llevado a mi luna! ―Gideon miró a su rey con asombro, él no percibió aroma y por eso dedujo que eran los de esa empresa. ―¡Debo encontrarla! ―Gideon estaba listo para ponerse en marcha, p