Capítulo 92

Zebela

Me removí sobre el colchón varias veces antes de abrir los ojos. Casi salté de la cama porque sentí el calor de otra persona, pero me tranquilicé cuando me di cuenta de que era Bastian. ¿En qué momento se acostó junto a mí?

Un punzón agradable me atravesó el estómago y los latidos de mi corazón se intensificaron. Él estaba aquí, a mi lado. Bastian vino a dormir a mi casa.

Sentí mis mejillas arder y unas cosquillas en mi vientre que se extendieron por todo mi cuerpo. Quizás era una tonta enamorada, pero el hecho de que haya venido a mí en vez de quedarse en su casa grande, lujosa y llena de sirvientes disponibles para servirle me ponía muy feliz.

Pese a que estaba oscuro, había una luz tenue en la habitación que se colaba desde afuera. Era una mezcla del resplandor de la luna y las lámparas que alumbraban estos terrenos.

Esa pizca de luz se reflejaba en el rostro dormido de Bastian, regalándome una imagen muy agradable a la vista. Sus pestañas oscuras sobresalían cuando él tenía
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