Abrí los ojos, pero deseé quedarme en la cama, pese a que podía sentir mi cuerpo recargado de energía.Dormir desde ayer en la tarde me ayudó a reconfortar las fuerzas; sin embargo, mis emociones me tenían desganada. Este sería el día de mi gran humillación, donde Roan presentaría a su hijo a toda la manada junto a esa mujer.¿Acaso no le daba vergüenza?En fin, qué se podría esperar de un ser tan egoísta y canalla como él.—¡Levántate, holgazana! —Los gritos de Greta, acompañados por toques fuertes en la puerta, me exaltaron. Fue cuando decidí levantarme de la cama.Abrí la puerta para que dejara su escándalo y la confronté con mirada seria.—¿Qué desea, señora? —cuestioné con rudeza, a lo que ella hizo una mueca trecha y me apuntó con el dedo.—¿Hasta cuándo he de soportar tu insolencia? —se quejó, como de costumbre—. ¿Qué haces acostada todavía cuando tenemos tanto por preparar? ¿Acaso se te olvidó la celebración de hoy? ¡Vístete pronto! Así nos ayudas con lo que falta. Dentro de u
No supe en qué momento cruzamos miradas, pero me quedé hipnotizada con el verde que me escudriñaba con curiosidad. Era la primera vez que la presencia de un hombre me afectaba de esta manera tan peculiar a la que no lograba ponerle un nombre.Y no era solo el temor que me provocaba, si es que en verdad le temía; ese hombre tenía algo que me daba una seguridad casi irracional. Había en su presencia algo más allá de su apariencia brutal y despiadada, algo que me ponía nerviosa. Meditar en ello me aturdía. Es que nada tenía sentido, ¿acaso todos los eventos ocurridos en mi vida me estaban nublando el sano juicio y arrebatando la cordura?Traté de despabilar y concentrarme en ayudar a los miembros de la manada, aunque no era que pudiera hacer mucho, pues estábamos rodeados por esas bestias horrorosas y sin salida.«Él es fuego. Complemento...», no entendí las palabras de mi loba, así que decanté en ignorarla y volví la vista al hombre que cabalgaba en nuestra dirección. Cuando estuvo cerc
La tensión nos tenía a todos en silencio y a la espera de un ataque de parte del alfa Bastian.—¿Desde cuándo a robar se le llama ganar? —El intruso rompió el mutismo con un tono burlesco, pero molesto a la vez—. Tienes un concepto extraño de cómo se consiguen las cosas, pero ¿qué se puede esperar de un rufián como tú? Los de tu calaña se jactan en llamarnos salvajes y bestias a los híbridos; sin embargo, tu forma de conducirte demuestra quién es la verdadera bestia.» Si el jade te parece una simple piedra, ¿por qué te tomaste tantas molestias y la robaste como el sucio y vil ladrón que eres? ¿Qué? ¿Creíste que te meterías conmigo y quedarías impugne? Serás el ejemplo para los demás de que nadie afronta al alfa Bastian y se sale con la suya, buen cabrón.—¿Irrumpir en mi manada como un asaltante es dar ejemplo? Si te consideras tan poderoso, ¿por qué no me declaraste la guerra? ¿No será que me tienes miedo? Al fin y al cabo, mis hombres derrotaron a los tuyos y trajeron el jade.Otra
Levanté mis manos atadas y las acerqué a mis mejillas, buscando aliviar la picazón que las lágrimas habían dejado en mi piel.Mi cuerpo se tambaleaba debido a la rapidez del caballo, mientras que la brisa de la tarde me levantaba el cabello y traía un soplo refrescante, cuyo susurro secaban las gotas de dolor que se resbalan por mi rostro.¿Por qué lloraba en silencio?¿Sería por todo lo que me tocó vivir en menos de un mes, por la incertidumbre de empezar desde cero fuera de la manada o por alivio? Quizás era una combinación de todo eso.Traté de entretener la vista con el paisaje a mi alrededor, pero era inevitable no sentirme incómoda y rígida por la cercanía con ese alfa intimidante. Pese a la timidez que me hacía sentir fuera de lugar con ese desconocido, no podía negar que el calor que su cuerpo desprendía se sentía agradable.Y ese olor...Se me hizo parecido al perfume de la flor del fuego, una planta anaranjada con tallo amarillento que desprende un aroma fuerte, cálido y pec
BastianPodía percibir la incertidumbre de la Luna de Zafiro en todo el trayecto y su silencio me hizo entender que estaba pensando en su futuro, o quizás solo esperaba que yo decidiera quitarle la vida en cualquier momento.Era lo que cualquier persona que haya escuchado sobre mí esperaría; sin embargo, yo no asesinaba a personas inocentes.Luché contra mí mismo para no volver a olfatear el cabello rosado que me causaba curiosidad, pero era difícil. ¿Cómo podría ignorar un aroma tan exquisito?Sentí lástima por la mujer cuando escuché el rugido de su estómago y me sentí aún peor por haberla incomodado con mi comentario sobre su hambre. No fue mi intención molestarla, sino todo lo contrario.En la fogata, mis ojos se gobernaban solos porque no obedecían a la orden de mirar en otra dirección. ¿Por qué esa mujer me intrigaba tanto? Contuve la sonrisa que se empezaba a formar en mis labios cuando ella me miró y, como si estuviera haciendo un encanto sobre mí, no pude cortar la conexión e
ZebelaMe quedé congelada en mi lugar cuando caí en cuenta de lo que acababa de hacer. Miré al alfa de forma instintiva y lo que encontré en su mirada me aterrorizó.Sus ojos verdes se tornaron rojos y sus colmillos crecieron hasta salirse de su boca. La tensión llenó su rostro y su expresión peligrosa me erizó los vellos del temor.De cierto moriría esta noche porque no había forma de que saliera ilesa tras luchar contra este alfa tan poderoso.—¡¿Cómo te atreves, loca del demonio?! —exclamó lleno de ira.Los latidos de mi corazón se aceleraron y mi mente me gritaba que corriera lejos.Eso intenté hacer.Solté el mango de la daga y me apresuré a escapar; sin embargo, el alfa Bastian me agarró por el cuello y me levantó hacia arriba.Me estaba asfixiando debido a la presión que él me estaba ejerciendo, mas todavía el deseo de hacerme daño no se esfumaba de él porque me apretó con más fuerza hasta que ya no quedaba oxígeno en mi cuerpo.Empecé a convulsionar y las lágrimas salieron al
Me quedé inerte en mi lugar, presa del miedo cuando escuché las advertencias y gritos de alerta, acompañados por correteos alrededor de la tienda. El miedo aumentó al imaginarme en medio de una batalla como la que se avecinaba. Si Roan logró reunir a sus aliados, entonces contaba con los guerreros suficientes para darle pelea al alfa Bastian.Por más que lo analizaba no lo entendía.¿Por qué Roan se tomaría tantas molestias por mí? ¡Ya tenía el camino libre para formar una familia con su verdadero amor!Golpeé el piso con mis puños para drenar la ira e impotencia que sentía. —¡Luna, salga de ahí! —ordenó el alfa con voz rústica.Obedecí incómoda porque me molestaba su trato tosco; sin embargo, entendía que fuera así conmigo. Ni modo que esperara amabilidad de su parte después de haberlo atacado. Pero era tan molesto...—Alfa Bastian... —Iba a disculparme por mi trato anterior, pero las palabras se atacaron en mi garganta y no fui capaz de articular una simple frase.¡Cómo podía ser t
La mirada escéptica del alfa Bastian era como si dos filos me atravesaban el alma y amenazaban por descubrir lo que escondía en lo más profundo de mi corazón.Él empezaba a impacientarse, pero yo no tenía una respuesta que pudiera convencerlo de que decía la verdad.—¿Quién eres? ¿Por qué te hiciste pasar por la luna de Roan? —interpeló molesto.Tragué pesado y miré al suelo en busca de una respuesta convincente y que no me delatara. Necesitaba que el alfa Bastian siguiera creyendo que yo era valiosa para Roan, por lo menos hasta estar a salvo y en un lugar donde pudiera huir y empezar una nueva vida.—Sí soy la luna de Roan, pero no su mate —respondí al fin con la voz en un hilo. La mirada del alfa Bastian denotaba confusión—. Su mate fue asesinada por enemigos. Ellos eran una pareja oficial y ambos estaban marcados, así que para Roan era difícil marcarme a mí. Por eso me pidió tiempo para dejar su marca en mi cuello y, como lo amo, decidí darle espacio y ser paciente.Bueno, esta pa