Ziara dormía plácidamente en su habitación, cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe. Se estrujó los ojos y luego los abrió. Era obvio que quien había entrado a su habitación era su padre -¿Qué sucede? preguntó con duda y miedo a la vez. - Tienes algo más para mí? - Más información? hablo con la voz temblorosa - Qué más me puedes dar a mí? - Pues no lo sé papá- expresó queriendo hacerse la desentendida - Qué más averiguaste de la loba hija de Silas? Ziara tragó grueso - Bueno, no me he enterado de más, sólo que después que llegó de viaje, han tenido muchas atenciones con ella, no sé si se trata de que mañana cumple su mayoría de edad. Tengo entendido que es una fecha especial para ellos. - Si, pero que más sabes. Que es lo que tiene? - No lo se, pero tal vez mañana me entere, poco a poco sacaré información y debes tener pacie... Fue interrumpida con un bramido de su padre. Al que los ojos empezaron a cambiarle - Paciencia? Nunca la he tenido. He Sido
Ziara entro a los límites de la manada y como ya era costumbre los lobos que resguardaban esa zona le saludaron con respeto, parecía que para todos ya era normal verla allí todos los días. La vampiro les devolvió el saludo con el mismo respeto. Cuando se fue acercando a la casa pudo darse cuenta de la magnitud del evento que se venía. La fiesta de Alana no parecía una fiesta cualquiera, habían mesas y sillas por todas partes, todos se dirigían con adornos, y cosas hasta el gigante caney dónde se llevaría a cabo la fiesta. Había ayudado mucho a Eva, pero no se había fijado de lo grande que iba a ser el evento. Habían comprado ingredientes para muchos platillos, carnes, bebidas y mucho alcohol. Entró a la casa y fue directamente a la cocina en busca de Eva, allí estaba, pero para su sorpresa no sóla, estaba netti, Kayla, las madres de las lobas, la mamá de Emily, la de Jacob, y tres lobas más que ya estaban acostumbrada a ver porque ayudaban a Eva con la comida, cuando entró todas
Gabriel, estaba asomado por el balcón de su habitación, miraba a la nada, a las montañas que se veían a lo lejos. El último día que habís compartido con Alana había sido intenso. Había sentido tantas cosas, pero no se atrevió a decirlas. Por miedo y eso era lo que le irritaba, sentir miedo, miedo al rechazo. Habían dormido juntos esa última noche antes de que ella se fuera, no había pasado nada entre ellos, pero se sintió tan íntimo, la forma en que durmieron y se trataron. Cómo deseaba que esa noche hubiera sido eterna. Al día siguiente sólo se despidieron con la promesa de qué el iría a su fiesta de cumpleaños. De hecho le había comprado unos zapatos, unos zapatos plateados de tacón fino, unos que Alana había visto y que le habían gustado, pero que no compró porque ya llevaba muchas cosas y eran costosos, se trataba nada más y nada menos de Unos Gianvito Rossi. Los zapatos eran preciosos y no dudaba que quedaran bien en los hermosos peies de la loba y más con ese vestido. Los hab
Gabriel escogió la misma mesa de siempre, dónde podía mirar a través de los ventanales las montañas, hoy era un día muy frío, parecía que iba a llover. Muchos decían que los días oscuros y lluviosos eran tristes y hoy no lo dudaba, pues él clima expresaba justo como el se sentía. Espero calmadamente mirando por el mirador la lejanía de las montañas, así de lejos estaba de Alana, así de lejos estaba de su hogar, porque a pesar del tiempo que llevaba allí nunca había sentido a Healy como su hogar. Extrañaba estar allí, extrañaba correr, extrañaba estar en su forma lobuna, extrañaba, la casa, extrañaba, los entrenamientos, a los alfas, a sus amigos, su habitación, los recuerdos de sus padres y también la extrañaba a ella. Hoy, se sentía extraño, se sentía triste, abrumado, se sentía ansioso, sentía una necesidad tremenda de salir e irse, por eso se había despertado tan temprano, queria irse y llevarle su regalo, le había prometido que estaría allí. La voz de Courtney lo sacó de
La Manada completa se preparaba para la fiesta, sabían que era un evento grande pues no era una fiesta cualquiera, Las lobas se preparaban para divertirse en cambio los lobos se arreglaban con la esperanza de ser el elegido. Que lobo no quería pertenecer a una familia Alfa? Alana miró el resultado en el espejo, se veía preciosa. Tanto sus amigas como su cuñada se habían esforzado por dejarla hermosa, su largo y rubio cabello iba suelto, le habían hecho ondas, con una carrera de lado derechos y habían peinado su cabello del mismo lado de la carrera hasta su oreja y justo allí, le pusieron un gancho que la Luna les había dado, era de Rowena la abuela de Alana, era hecho de diamantes, era alargado en forma de pluma. El gancho la hizo ver realmente elegante, sólo le faltaba vestirse. Todavía no era el momento eran las seis y treinta, las chicas debían arreglarse, así que mientras Alana debía esperar, decidió sentarse en su cama, ya que no se podía acostar porque arruinaría el pein
Alana se miró por última vez al espejo, ya sus amigas se habían ido a la fiesta, ella sólo esperaba que su padre llegara por ella. Se veía hermosa, tenía un maquillaje sencillo, justo cómo le gustaba, el peinado le quedó perfecto con su ropa, eligió todo muy bien. Hoy sería una noche especial, eso esperaba. No podía seguir aguantando el celo, cada día era peor y hoy lo había sido más. Se sentó en su cama hasta que la puerta se abrió, su padre lucía una camisa azul, con unos pantalones negros, ambas prendas de vestir, Alana lo vió y no pudo evitar sonreír su padre era hermoso y a pesar de que ya estaba algo viejo, conservaba su buen físico y sus músculos aún entrenaba así que eso lo ayudaba mucho, no dudada que cuando fue su momento, muchas lobas quisieron ser su compañera. Alana se levantó y su padre la vió, - Estás hermosa, como siempre. Le tendió su mano, para que la loba se levantara. La loba la tomo y se levantó- Alana, esta fiesta fue preparada para que la disfrutes en su
- Por un momento pensé que no me permitirían entrar, no sabía que había tanto protocolo para tu fiesta, no me dijiste nada. Expresó Gastón Con un poco de molestia. - Lo siento, es que me había sentido mal, lo olvidé. Gastón giró su rostro hacia el otro lado y puso sus ojos en blanco. - Tu padre no parecía nada cómodo con mi presencia. - Disculpalo, el es así no le gustan los extraños. Se acercaron de nuevo al caney dónde se llevaba a cabo la fiesta, la música sonaba pero el ambiente ya no era el mismo, todos cuchicheaban y miraban a todas partes preguntándose que había pasado, hasta que la mira de todos se posó en ellos. El Alfa quien era el que más se veía incómodo se dirigió a su mesa, le comentó algo en el oído a su esposa, haciendo que se levantara de la silla y salieron del caney. La primera mesa con la que se toparon era donde habían un grupo de lobas, entre ella estaban Stella, Kayla y Netty, no despegaron su mirada de ella. Sobre todo Stella que la miraba con mucho
- Gabriel pensábamos que no vendrías. dijo el Alfa, dándole un corto abrazo y unas palmadas en la espalda. - El viaje fue lento, había mucha nieve en el camino. - Lo bueno es que ya estás aquí. Expresó Eva con felicidad - Si, Cómo va la fiesta? Los Alfas se miraron por unos segundos - Va bien, bien esperando que sea la hora. No supo porqué pero sintió la necesidad de mentirle al beta. - Que bueno, iré a mi habitación, necesito dejar mi bolso y sacar un regalo que le traje a Alana. - Está bien, te esperamos en el caney. Salieron de la casa y se dirigieron de vuelta a la fiesta - Crees que le moleste el invitado de Alana? Preguntó el Alfa. - No lo sé, Gabriel y Alana siempre han tenido una relación cercana. No estoy segura de si se molestara. Pero si creo que debemos decírselo a Alana. Los alfas entraban al caney y Ziara y Alian salían con rapidez, Eva al verlos caminar tan rápido se acercó a ellos. - Alian ya se van? - No, volveremos en un rato. Ziara no se siente bien. E