Y pasó

Cómo se extinguía la llama de dos cuerpos que habían nacido para arder juntos? Ellos eran leña y el deseo que sentía por el otro era el fuego. Habían nacido para quemarse juntos.

Alana se quedó quieta, mientras Gabriel se acercaba a ella, no quería huir. No quería alejarse, ella quería quemarse, quería arder con el. El olor de la loba le nublo el juicio. Dejó el vestido a un lado, y se puso frente a Alana, que permanecía con sus mejillas teñidas de rosado.

Era obvio que estaba sintiendo lo mismo que él. Gabriel se acercó a su cuello y la olió, cerrando sus ojos. Fue hasta sus labios y la besó. La besó con ansias, con deseo, con pasión, su lengua entró en la boca de la loba, para encontrarse con la de ella y tener un baile juntas.

Gabriel comenzó un paseo por el cuerpo de la loba, comenzó en sus pechos, unos que le encantaban y que desde esta mañana no había podido sacarse de la mente. Recordaba como estaban erectos con un sólo roce, sabía que ahora estaban igual, así que con s
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