—¡Efraín!Mamá llegó como caída del cielo, se abrazaron, desconocedora de lo que acababa de pasar, jaló a mi tía Elsa para presentarla toda emocionada y ahí confirmé que la intención de emparentarlos también era de ella.» Te presento a mi hermana adorada. De quien te he hablado mucho.—Si ya tuve el placer de conocerlo. —respondió la vieja Elsa.—Un placer tenerlas aquí. Se encuentran en su casa y si me disculpan debo hablar con José Eduardo para verificar los barriles para entregar a la empacadora. —Eso lo hicimos ayer, pero comprendí, estaba en aprietos.—Mamá sigue mostrándole el lugar a tía Elsa. —lo vi inclinarse, lo seguí. Al ingresar al despacho cerré la puerta—. ¿Qué fue eso tío?—¡La cagada del año! —Se dio un golpe en la frente—. ¿Acaso tu tía tiene oídos de paloma? —solté la carcajada, ese animal era considerado uno de los que mejores sistemas auditivos tenían—. Y que fue eso de; ¿no me bastó con la mujer que le pagué para satisfacer mis instintos carnales?—Tío, nosotros
Me sentía alegre. No podría decir la razón, pero lo que dijo la tía anoche mientras les enseñábamos a catar el vino volvió a mí, en ese momento el tío hablaba algo muy interesante con mamá y ella le mostraba algo de su celular y dijo:—Hijo, me alegra que te estés tomando el tiempo como debe ser. En soledad, meterte con otra mujer no ayudaría en nada, hazlo cuando puedas volver a ver a Patricia a la cara y si no te mueve el piso puedes ofrecerle algo sincero a la que venga. Solo te pido qué hagas una cosa aparte de quitarte esa barba. Y es poner de tu parte, escucha los consejos que estos viejos te den, todo ser humano tiene una historia de vida que le marcó un antes y un después, muchos pueden tomar el camino de la perdición, otros el del perdón. » No te quedes odiando a Patricia, por tu bien perdónala, si yo no hubiera perdonado al padre de Alejo. Estaría ahora vieja y arrugada, rencorosa y envidiosa. Nada de esos sentimientos debemos de tenerlo en el alma. Te pongo un ejemplo más
Tener dos hijos con tan poca diferencia era una proeza. Adicional, mantener arreglada una casa, tener un trabajo por el cual responder y en mi caso dos trabajos habían hecho de mí una mujer diferente. Era cierto que por la fundación no me querían ver hasta que no haya cumplido mi licencia de maternidad, por eso estaba sacando adelante la empresa de jardines, hace un mes David se tomó el tiempo para hacerle una página web sencilla y desde su nuevo lugar de trabajo en Jamaica me la envió.Por lo que le había escuchado a Virginia y a Fernanda harán hoteles en todas las islas turísticas del Caribe. Hace cinco meses él se radicó en ese lugar. La inauguración del nuevo hotel en Cancún fue hace mes y medio. Me invitaron, pero todos entendieron que no podía, Eduardo José estaba muy pequeño. Y ahora mi bebé iba a cumplir tres meses de nacido, parecía un bodoquito, ni parece sietemesino.María Paula estaba con ganas de querer caminar y nada que arrancaba. Mi suegro todos los días cenaba en mi c
Con la llegada de mi tía y mi madre, se me olvidó mandar a arreglar el celular. ¡Vaya manía la mía para olvidar las cosas! «Pero olvidas lo que te conviene, ¿por qué no olvidas el pasado de Patricia?» Me dijo un día el tío. Por eso en la mañana cuando salimos a la capital para averiguar y comprar las máquinas dañadas se lo entregué al ingeniero que iba conmigo para que lo arreglara mientras íbamos y regresábamos.—Don José.—Dime, Manuel. —Ese era nuestro administrador.—Si se hace el convenio con la compra de las otras tierras que colindan con la viña, eso nos dará más materia prima en la cosecha, debería de comprar la nueva máquina más grande o dos para poder triturar y despalillar antes que la uva se dañe.—Veamos que nos encontramos en la fábrica, esperemos a ver el catálogo del vendedor.Llegamos a la fábrica, íbamos a comprar una gran máquina, el dueño era un señor bastante carismático, ya eran las seis de la tarde, si no salimos ya, llegaríamos muy tarde y estaba cansado. Firma
Mientras esperábamos en la sala de espera me di cuenta de que Eduardo José había sido un soporte fundamental para la señora Katy, me lo entregaba para darle el seno, del resto se aferra a ese cuerpecito gordito, no debía de ser fácil para ella, pasar de nuevo por una situación igual. Esto era traerle malos recuerdos ante la muerte de su otro hijo.Como me lo había dicho siempre, si por ella fuera no quisiera que su hijo condujera. Por otro lado, María Paula no se había despertado, seguía en los brazos de su abuelo y cuando se cansaba, porque era otra preciosa gordita, Alejo lo relevaba. Pronto abordaremos, nadie había hablado más de lo necesario. Yo no había dejado de hacer el rosario mentalmente, me aferraba a pedirle al único que lo podía todo. Mi celular sonó, al mirar era el padre Castro.—Padre.—Hola, Patricia.—¿Ya se enteró?—César y yo tenemos buena comunicación.—¿Usted cree que sea justo? ¿Faltaban cuatro días para su regreso y ahora pasa esto? Ni salada que estuviera, padr
Todos estaban de acuerdo en que yo no me quedara en la clínica por los dos bebés que tenía.—En un hotel no me gustaría por los niños, sin embargo, debemos estar cerca, hasta que salga de cuidados intensivos, sé lo traumático que es todo esto, solo nos dejan verlo una hora en la mañana y una en la tarde. —Me acarició el rostro—. Esperemos a ver cómo evoluciona.—Yo los dejo, debo hacerme cargo del cuerpo de Óscar y buscar a su o sus hijos.—Tío te acompaño, pero déjame hablar primero con la esposa de Manuel, no puedo estar aquí esperando noticias de mi hijo, me vuelvo loco.—Patricia, los niños no se pueden quedar todo el tiempo aquí en una clínica. Estás de acuerdo con eso, ¿cierto? —miré a Alejandro y afirmé.—En la viña está Arelis, ella podría cuidarlos, creo que es mejor que todos nos quedemos en la viña. —comentó la señora Elsa—. Queda a una hora del pueblo, apenas salga de cuidados intensivos, se podría trasladar al hospital del pueblo, esa es una opción. —Por ahora debemos e
Amaba este lugar, siempre le dije a José Eduardo que nos viniéramos a vivir a Chile, reconozco que lo quería por un acto egoísta, para dejar el pasado atrás. Hacía mucho frío, por más que la calefacción se encuentre encendida, miré a mis dos hijos, dormían plácidamente. Puse almohadas en los dos lados y corrí a bañarme; me daba pavor que se despertaran y se cayeran de la cama. Al salir, María Paula estaba despierta, la cargué y bajamos al comedor. Todos se encontraban arreglados, había una cuna de madera a un lado de las escaleras. Debía regresar por el niño.—Me acordé de que nunca botamos la cuna de José Eduardo, ya Arelis la limpió y arregló y como pasamos más tiempo en la planta baja podemos tener ahí a los bebés, es bastante grande.—¡Muchas gracias! —Le pedí el favor a Arelis para que bajara a mi hijo, lo metió en la cuna, seguía dormido.—Patricia, nosotros vamos en horas de la mañana y tú vas con Alejo en la tarde. ¿Te parece?—Claro, así los niños no se quedan solos.—Después
Escuchaba la voz de mi madre orar, y era consciente de que no podía hacerle esto a ella, ya había sufrido por la muerte de mi hermano, además debía conocer a mi hijo… ya tenía un hijo, y no estuve ahí por marica. Todo el cuerpo me dolía, intenté moverme, pero no pude. Pero debía intentarlo, estoy aquí madre.—Tú nos haces pasar el valle del dolor, creí haberlo pasado con la muerte de Emiliano, por favor, Jesús, no te lleves a mi otro hijo. Llévame a mí, sabes que vivo solo por José Eduardo. Papá Dios, yo pago cualquier penitencia, cualquier ofrenda, pero no te lo lleves. Mira que él debe de conocer a Eduardo José. —El corazón palpitó, así me duela, el cuerpo debía moverme—. También debe conocer…—¡Katy se está moviendo! —Ese era papá.—¡Bendita eres virgencita del Carmen!Era la voz de tía Elsa, abrí mis ojos, pero no veía nada, tenía algo en los ojos o todo estaba oscuro.—¡Llamemos al médico! —gritó papá.—Hijo, cálmate, ¡gloria a Dios reaccionaste! ¿Sabes quién soy mi amor? ¿Puedes