Cuando la doctora había dicho que esperaría de 4 a 5 horas no pensé que sería una eternidad. Los minutos eran lentos mientras ya me encontraba en una habitación junto con Eric y Gavin, que por nada del mundo se apartaba de mi lado.El doctor Miguel nos había recibido con una camilla donde fui ayudado a subir. En verdad mi vientre era gigante, acaso serían adultos al nacer!?— Bebé, estás bien? — Me preguntaba Eric pero yo sólo estaba nervioso mirando a la puerta con el temor de que entraran y dijeran que era el momento.— No estoy listo...— Lo sé amor, pero ya verás que todo saldrá bien...— Y si no? Y si me ponen a dormir! Y si ya no despierto!?— Amor... — Eric me toma del rostro. — No te harán dormir, solo tendrás anestesia para que no sientas dolor en la cirugía.— Estaré consciente de todo!?— Estaré junto a ti amor, te tomaré de la mano y por nada del mundo me apartaré.El doctor Miguel abre la puerta haciendo que mi corazón diera un brinco y comenzara a latir rápidamente.— Es
Asombrado? No, estoy es una jodida broma!Ver a tres pequeños durmiendo como si nada! Quién fue el que no se atrevió a mostrarse!?— Papá son hermosos! — Repite Gavin con emoción.— Wow, ¿te atreves a tener 3 de una? — Me reclama Cristina con una sonrisa, si... como si de mi dependiera la cantidad de hijos tener de una!— No! Yo solo esperaba a dos!— Entonces, dame a una...— No! — Ahh qué es esto?! Eric ni siquiera se ha movido del sofá con la mirada fija en mí. — Eric? — Lo llamo nervioso, tal vez también le está costando procesar esto.— Papá? — Dice Gavin yendo junto a él. — Papá Edie quiere que vayas. — Continúa tomándolo del brazo para que se pusiera de pie.Con pasos lentos se acerca a la cama, viéndome y yo sin poder descifrar lo que pasaba por su mente.— Estás bien? — Le pregunto angustiado.— Lo siento bebé... No pude cumplir mi promesa.— Estás preocupado por eso?— Dijiste que me matarías si caía de nuevo, pero ver a otro bebé en verdad me sorprendió.— Eric...Su mirada
Los días fueron pasando, Edie ya se encontraba en la casa junto con los pequeños, que fueron recibidos con una gran alegría de parte de todos los que trabajaban en la mansión.Gavin seguía pegado a sus hermanitos controlando que ni siquiera intentaran iniciar el llanto. Edie poco podía ocuparse de los bebés ya que aún seguía con el cuidado de su herida, pero tampoco se apartaba de estos.Verlos constantemente era lo que más le gustaba hacer. Tenerlos en su vientre era totalmente distinto, allí dentro parecían que jugaban baloncesto mientras que ya estando fuera solo se dedicaban a dormir.Eric los acompañaba, pero en ocasiones le tocaba salir de la mansión para ocuparse de algunos asuntos. El silencio en la mansión se convertía en costumbre, ya que todos cuidaban no hacer mucho ruido para que los bebés durmieran tranquilos.Ya que se encontraban en la habitación de la planta baja era seguro que cualquiera debía tener el debido cuidado.Edie se encontraba en su habitación descansando.
Conforme pasaba el tiempo los bebés iban creciendo, mientras Edie ya se había retirado los puntos de la cirugía y continuaba con sus actividades normales. En la mansión reinaba la tranquilidad, demasiada que parecía extraño.— Qué has averiguado?— Pearson tiene nuevos aliados. Aun no puedo dar que estas personas.— Llevas tiempo investigando! No pueden ser tan escurridizos!— Lo sé señor, pero solo tenemos sus nombres. Cuando intentamos dar con ellos volvemos a encontrar a las mismas personas.— Cuales son sus nombres?— Es una pareja, Sergio y Cristina. Aunque intentara tener más información siempre damos con los Peraya.— Intentaste conversar con ambos?— Mi informante dice que no sueltan prenda.— ¿Debo encargarme yo mismo?— Señor, Pearson tiene nuevas personas a su alrededor. Se ha vuelto imposible comprar a uno de los guardas o alguien que se encuentre lo suficientemente cerca.— No puede ser que aún no logre tener nada de ese maldito!— Señor, hay una cosa... Pearson tiene a u
— Señor, que piensa hacer? — Fue la pregunta de Albert deshaciendo el silencio que se había formado en el lugar.— Cuida de Edie. Dile a Boris que no permita que salga de la mansión. — Con la voz raspada Eric sabía que debía aceptar lo que Jack solicitaba sin resistirse.— Qué pasará con usted? Llevará a los demás?— No, no pondré en peligro a mi familia. Vuelve a la mansión y cumple mi orden.— Señor! ¡No lo dejaré solo!— Albert! Cumple con mi orden! Edie y mis pequeños deben de estar a salvo, aunque eso implique entregarme.— Señor, sabe que morirá si va solo.— De algo hay que morir, no? Mi vida tendrá valor si salvo a los que amo.— Sabe que el señor Edie no se detendrá!— Les ordeno que no permitan que dé un paso fuera de la mansión!— Señor...— Las llaves.— No! Llamaré a Boris!— Basta! Maldita sea! Las llaves! — Levanta la voz Eric extendiendo la mano abierta para que Albert le entregara las llaves del auto. — Por favor, cuida de los míos.Eric tomando las llaves en sus mano
El día se volvía aburrido, Eric había prometido que no saldría lo cual no lo cumplió. Los bebés lo único que sabían hacer era dormir! Si como si no los conociera! Bien que en mi vientre jugaban al jamás quedarse quietos!Gavin estaba a mi lado recibiendo mimos ya que también parecía uno más de mis pequeños dormilones.El sonido del vehículo acercándose a la mansión me pone alerta y bajando con cuidado la cabeza de Gavin a la cama de sobre mis muslos voy hasta la ventana. Se trataba de Eric! Me alegra que no se haya demorado. Lo veo bajar del auto y ansioso voy hasta la puerta.Cuando estaba por abrir escucho la radio de Boris sonar. La persona del otro lado decía que Eric había recibido un mensaje. Qué tipo de mensaje sería, pero al parecer no querían decir de qué se trataba.Al principio estaba nervioso, pero me calmo para no llamar la atención. Abro la puerta para salir pero Boris me detiene.— Señor Edie...— Qué sucede? He visto que Eric llegó, quiero recibirlo.— El señor Eric vo
Aún recuerdo cuando me encontraba en la universidad, amaba la carrera que decidí iniciar, cada año resultaba ser el mejor en investigar, buscar estrategias para mejorar diferentes situaciones donde una empresa debía salir a flote. Los maestros siempre me alagaban diciendo que me convertiría en el mejor estratega del mundo empresarial. No había nada que me detuviera cuando de lograr mi objetivo se trataba. Investigar todos los posibles cambios, los beneficios y consecuencias que sufrirían en cada etapa de mejoramiento era mi pasión. Recuerdo cuando realice el proyecto sobre recuperar una empresa a punto de quiebra, iniciar de cero era una opción, entre ellos el cambio de nombre de la empresa dañada no solo servía para evasión de impuestos. Con ello se lograba que muchos de la competencia perdieran el hilo historial, pasando desapercibida ante sus ojos para volver a surgir. Conseguir nuevos socios y aliados era también una fuerte manera de que una empresa mejorara rápidamente, así que l
— Señor... — Me dice Boris con la voz quebrada. Me rehúso a escuchar que no lo logró.— Edie, lo siento... hicimos lo posible. — Me decía Miguel con la mirada triste.— No! — Grito para entrar donde tenían a Eric, aunque le hayan limpiado el rostro se veía lo lastimado que se encontraba. — Amor... — Susurro pero no se movía.Me acerco más a su rostro viéndolo, no es verdad, solo está dormido!— Gatito, por favor despierta... no puedes dejarnos! — Tomo su cuerpo apretándolo a mi pecho, acariciando su cabellera. — Amor, por favor! Por qué me haces esto! Debes ver lo fuerte que soy!Nadie se atrevía a entrar hasta donde estábamos. Mis lágrimas caían sobre mis mejillas empapando mi rostro. ¡Me rehúso a que esto fuera real!— Amor! Eric! Si debo ir hasta el infierno a buscarte lo haré! Eres mío! Oíste! Me perteneces! No puedes dejarme!Lo apretaba con fuerza a mi cuerpo, no lo dejaré ir! Él debe estar conmigo!— Por favor, gatito... te necesitamos aquí. No me dejes... — Sollozaba mientras