Los días fueron pasando, Edie ya se encontraba en la casa junto con los pequeños, que fueron recibidos con una gran alegría de parte de todos los que trabajaban en la mansión.Gavin seguía pegado a sus hermanitos controlando que ni siquiera intentaran iniciar el llanto. Edie poco podía ocuparse de los bebés ya que aún seguía con el cuidado de su herida, pero tampoco se apartaba de estos.Verlos constantemente era lo que más le gustaba hacer. Tenerlos en su vientre era totalmente distinto, allí dentro parecían que jugaban baloncesto mientras que ya estando fuera solo se dedicaban a dormir.Eric los acompañaba, pero en ocasiones le tocaba salir de la mansión para ocuparse de algunos asuntos. El silencio en la mansión se convertía en costumbre, ya que todos cuidaban no hacer mucho ruido para que los bebés durmieran tranquilos.Ya que se encontraban en la habitación de la planta baja era seguro que cualquiera debía tener el debido cuidado.Edie se encontraba en su habitación descansando.
Conforme pasaba el tiempo los bebés iban creciendo, mientras Edie ya se había retirado los puntos de la cirugía y continuaba con sus actividades normales. En la mansión reinaba la tranquilidad, demasiada que parecía extraño.— Qué has averiguado?— Pearson tiene nuevos aliados. Aun no puedo dar que estas personas.— Llevas tiempo investigando! No pueden ser tan escurridizos!— Lo sé señor, pero solo tenemos sus nombres. Cuando intentamos dar con ellos volvemos a encontrar a las mismas personas.— Cuales son sus nombres?— Es una pareja, Sergio y Cristina. Aunque intentara tener más información siempre damos con los Peraya.— Intentaste conversar con ambos?— Mi informante dice que no sueltan prenda.— ¿Debo encargarme yo mismo?— Señor, Pearson tiene nuevas personas a su alrededor. Se ha vuelto imposible comprar a uno de los guardas o alguien que se encuentre lo suficientemente cerca.— No puede ser que aún no logre tener nada de ese maldito!— Señor, hay una cosa... Pearson tiene a u
— Señor, que piensa hacer? — Fue la pregunta de Albert deshaciendo el silencio que se había formado en el lugar.— Cuida de Edie. Dile a Boris que no permita que salga de la mansión. — Con la voz raspada Eric sabía que debía aceptar lo que Jack solicitaba sin resistirse.— Qué pasará con usted? Llevará a los demás?— No, no pondré en peligro a mi familia. Vuelve a la mansión y cumple mi orden.— Señor! ¡No lo dejaré solo!— Albert! Cumple con mi orden! Edie y mis pequeños deben de estar a salvo, aunque eso implique entregarme.— Señor, sabe que morirá si va solo.— De algo hay que morir, no? Mi vida tendrá valor si salvo a los que amo.— Sabe que el señor Edie no se detendrá!— Les ordeno que no permitan que dé un paso fuera de la mansión!— Señor...— Las llaves.— No! Llamaré a Boris!— Basta! Maldita sea! Las llaves! — Levanta la voz Eric extendiendo la mano abierta para que Albert le entregara las llaves del auto. — Por favor, cuida de los míos.Eric tomando las llaves en sus mano
El día se volvía aburrido, Eric había prometido que no saldría lo cual no lo cumplió. Los bebés lo único que sabían hacer era dormir! Si como si no los conociera! Bien que en mi vientre jugaban al jamás quedarse quietos!Gavin estaba a mi lado recibiendo mimos ya que también parecía uno más de mis pequeños dormilones.El sonido del vehículo acercándose a la mansión me pone alerta y bajando con cuidado la cabeza de Gavin a la cama de sobre mis muslos voy hasta la ventana. Se trataba de Eric! Me alegra que no se haya demorado. Lo veo bajar del auto y ansioso voy hasta la puerta.Cuando estaba por abrir escucho la radio de Boris sonar. La persona del otro lado decía que Eric había recibido un mensaje. Qué tipo de mensaje sería, pero al parecer no querían decir de qué se trataba.Al principio estaba nervioso, pero me calmo para no llamar la atención. Abro la puerta para salir pero Boris me detiene.— Señor Edie...— Qué sucede? He visto que Eric llegó, quiero recibirlo.— El señor Eric vo
Aún recuerdo cuando me encontraba en la universidad, amaba la carrera que decidí iniciar, cada año resultaba ser el mejor en investigar, buscar estrategias para mejorar diferentes situaciones donde una empresa debía salir a flote. Los maestros siempre me alagaban diciendo que me convertiría en el mejor estratega del mundo empresarial. No había nada que me detuviera cuando de lograr mi objetivo se trataba. Investigar todos los posibles cambios, los beneficios y consecuencias que sufrirían en cada etapa de mejoramiento era mi pasión. Recuerdo cuando realice el proyecto sobre recuperar una empresa a punto de quiebra, iniciar de cero era una opción, entre ellos el cambio de nombre de la empresa dañada no solo servía para evasión de impuestos. Con ello se lograba que muchos de la competencia perdieran el hilo historial, pasando desapercibida ante sus ojos para volver a surgir. Conseguir nuevos socios y aliados era también una fuerte manera de que una empresa mejorara rápidamente, así que l
— Señor... — Me dice Boris con la voz quebrada. Me rehúso a escuchar que no lo logró.— Edie, lo siento... hicimos lo posible. — Me decía Miguel con la mirada triste.— No! — Grito para entrar donde tenían a Eric, aunque le hayan limpiado el rostro se veía lo lastimado que se encontraba. — Amor... — Susurro pero no se movía.Me acerco más a su rostro viéndolo, no es verdad, solo está dormido!— Gatito, por favor despierta... no puedes dejarnos! — Tomo su cuerpo apretándolo a mi pecho, acariciando su cabellera. — Amor, por favor! Por qué me haces esto! Debes ver lo fuerte que soy!Nadie se atrevía a entrar hasta donde estábamos. Mis lágrimas caían sobre mis mejillas empapando mi rostro. ¡Me rehúso a que esto fuera real!— Amor! Eric! Si debo ir hasta el infierno a buscarte lo haré! Eres mío! Oíste! Me perteneces! No puedes dejarme!Lo apretaba con fuerza a mi cuerpo, no lo dejaré ir! Él debe estar conmigo!— Por favor, gatito... te necesitamos aquí. No me dejes... — Sollozaba mientras
El regreso a la mansión fue más rápido de lo que esperaba, al parecer Miguel conducía mejor que Tin.Mientras los minutos pasaban el dolor de mi herida aumentaba pero no quería demostrarle a Eric lo que pasaba, así que cuando es ayudado a bajar, Miguel me detiene.— Edie, no estás bien. — No podía disimular más tiempo, mientras llevaban a Eric al interior yo caigo de rodillas mientras Miguel intenta sostenerme. — Maldita sea! ¡Tienes fiebre!— Duele... Miguel, ayúdame... — Suplicaba con dolencia.— Sostente! — Me toma del brazo para que rodeara su cuello, con esfuerzo me sube a la camilla donde tenía a Eric.— Papá?! Qué tienes!? — Escucho la voz de Gavin a un lado.— Mierda! Aléjenlo!— No! Papá! Qué le pasa!?— Su herida está inflamada, es más probable que los puntos de la parte interior se hayan abierto.— Por favor, has algo... — Le tomo del brazo con fuerza.— Edie, debo llevarte al hospital. Una cirugía aquí sería de riesgo.— Hazlo! No me iré a ningún lado! Eric se preocupará!
Los días fueron pasando, mientras Eric se recuperaba yo también lo hacía. Debía ocultar la venda que aún tenía para proteger la sutura.Levantarme temprano para poder hacer la curación más mantenerme alejado de Eric para que no lo notara era agotador.Los bebés dormían en la habitación de Gavin para que pudieran cuidar de ellos en las noches cuando despertaban, así que por el momento sólo podíamos dedicarnos a sanar.Esta vez no me he dado cuenta que no había programado la alarma, así que me quedé dormido más de lo habitual. Una caricia siento en mi mejilla que poco a poco comienzo a despertar.Al abrir los ojos el rostro de Eric sonriendo me hace sonreír también.— Hola bebé, por fin me toca despertarte. — Susurra acariciándome.— Amor, por qué estás despierto tan temprano? — Lo único que se me pasaba por la cabeza es que no podré realizarme el cambio de vendaje.— Temprano? Son las 10 de la mañana. Últimamente a esta hora ya estás fuera de la habitación, pero me alegra ser yo a quie