Ya me sentía fastidiado con esta doctora! Aunque estuviera en mi casa, que me haga esperar me hacía enfurecer!Con mi vientre más crecido apenas podía ver mis pies! Los movimientos de los pequeños eran dolorosos! Parecía como si luchara quien golpearía primero mi vejiga o mis costillas.Eric se veía nervioso viéndome, como si esperara algo que yo hiciera, nos encontramos en la sala junto con Leo, quería que Gavin estuviera aquí, pero al parecer su examen aun no acaba.La puerta de la entrada fue abierta y por fin se veía la figura femenina con una bata blanca. Ver su rostro era inevitable que mi mente actuara, parecía como si ese nombre lo tuviera sellada en la frente. Su mirada era despreocupada, mientras yo solo quería que nos dé las últimas indicaciones.— Hasta que por fin se digna en venir... Macaria. — El silencio se hizo en la sala mientras la mujer con el ceño fruncido queda a un lado.— Disculpen la demora, pero hice lo posible en llegar a tiempo. — Su mirada posa en todos qu
Las semanas pasaban, mis pies estaban hinchados, cada vez me sentía más como una pelota con peligro de caer y comenzar a rodar, cuántos kilos tendrán estos niños!Eric me había dicho que vendría un amigo suyo de visita pero jamás lo hacía! Quién será? Ya me ha dicho que su nombre es Steven, y por como suena parece ser un ogro.Me encontraba en el jardín y veo cómo Gavin corre del interior hasta llegar a mí, y ya me imagino lo que sucede.— Por qué sigues corriendo junto a mi cada vez que vienen?— ¡No lo quiero cerca tuyo!— Sabes que eres muy tierno cuando sientes celos? pero siempre serás mi pequeño.— Pero no me gusta que esté pegado a ti!— Tío! — Se oye la voz del pequeño Fiat que venía rápidamente. Tin camina relajado sin apuro mientras Gavin intentaba que no se me acercara. — Deja! Quiero saludar a mi tío!— No es tu tío!— Si lo es! Él lo dijo!— Papá!— Gavin, por qué peleas?— Siempre quiere toda tu atención! Por qué no visita a sus padres!— Están trabajando! Mi tío Eric lo
Alguna vez se sintieron tan frustrados que llorar no era suficiente? Pues eso me ocurría, nada consolaba mi desánimo.Mi vientre se contraía y dolía bastante, Eric intentaba darme tranquilidad pero no lo lograba.— Bebé, en verdad estoy haciendo lo posible. — Me decía con un tono suplicante.— Siento que voy a morir! Por qué me hacen esto!? — El dolor en mi vientre era insoportable y mis ganas de saciar esa necesidad era igual.Me acurrucaba en la cama mientras me rodeaban deseando que me calmara.— Papá, no quieres algo más? ¿Qué te parece un pastel de durazno?— No lo quiero!— Señor, podemos llevarlo de paseo... — Se oye a Boris intentando aportar ayuda.— Cómo crees que podré salir! Ya ni siquiera tengo fuerza para caminar 100 metros!— Lo siento...— Ahhh por qué no tenemos en este país esa bendita fruta!— Bebé, el envío es muy lento por la distancia, y debe de pasar por cada protocolo.— Eric! Ya esperé mucho!Es tan difícil de entenderme? Ni siquiera se imaginan la ansiedad qu
Cuando la doctora había dicho que esperaría de 4 a 5 horas no pensé que sería una eternidad. Los minutos eran lentos mientras ya me encontraba en una habitación junto con Eric y Gavin, que por nada del mundo se apartaba de mi lado.El doctor Miguel nos había recibido con una camilla donde fui ayudado a subir. En verdad mi vientre era gigante, acaso serían adultos al nacer!?— Bebé, estás bien? — Me preguntaba Eric pero yo sólo estaba nervioso mirando a la puerta con el temor de que entraran y dijeran que era el momento.— No estoy listo...— Lo sé amor, pero ya verás que todo saldrá bien...— Y si no? Y si me ponen a dormir! Y si ya no despierto!?— Amor... — Eric me toma del rostro. — No te harán dormir, solo tendrás anestesia para que no sientas dolor en la cirugía.— Estaré consciente de todo!?— Estaré junto a ti amor, te tomaré de la mano y por nada del mundo me apartaré.El doctor Miguel abre la puerta haciendo que mi corazón diera un brinco y comenzara a latir rápidamente.— Es
Asombrado? No, estoy es una jodida broma!Ver a tres pequeños durmiendo como si nada! Quién fue el que no se atrevió a mostrarse!?— Papá son hermosos! — Repite Gavin con emoción.— Wow, ¿te atreves a tener 3 de una? — Me reclama Cristina con una sonrisa, si... como si de mi dependiera la cantidad de hijos tener de una!— No! Yo solo esperaba a dos!— Entonces, dame a una...— No! — Ahh qué es esto?! Eric ni siquiera se ha movido del sofá con la mirada fija en mí. — Eric? — Lo llamo nervioso, tal vez también le está costando procesar esto.— Papá? — Dice Gavin yendo junto a él. — Papá Edie quiere que vayas. — Continúa tomándolo del brazo para que se pusiera de pie.Con pasos lentos se acerca a la cama, viéndome y yo sin poder descifrar lo que pasaba por su mente.— Estás bien? — Le pregunto angustiado.— Lo siento bebé... No pude cumplir mi promesa.— Estás preocupado por eso?— Dijiste que me matarías si caía de nuevo, pero ver a otro bebé en verdad me sorprendió.— Eric...Su mirada
Los días fueron pasando, Edie ya se encontraba en la casa junto con los pequeños, que fueron recibidos con una gran alegría de parte de todos los que trabajaban en la mansión.Gavin seguía pegado a sus hermanitos controlando que ni siquiera intentaran iniciar el llanto. Edie poco podía ocuparse de los bebés ya que aún seguía con el cuidado de su herida, pero tampoco se apartaba de estos.Verlos constantemente era lo que más le gustaba hacer. Tenerlos en su vientre era totalmente distinto, allí dentro parecían que jugaban baloncesto mientras que ya estando fuera solo se dedicaban a dormir.Eric los acompañaba, pero en ocasiones le tocaba salir de la mansión para ocuparse de algunos asuntos. El silencio en la mansión se convertía en costumbre, ya que todos cuidaban no hacer mucho ruido para que los bebés durmieran tranquilos.Ya que se encontraban en la habitación de la planta baja era seguro que cualquiera debía tener el debido cuidado.Edie se encontraba en su habitación descansando.
Conforme pasaba el tiempo los bebés iban creciendo, mientras Edie ya se había retirado los puntos de la cirugía y continuaba con sus actividades normales. En la mansión reinaba la tranquilidad, demasiada que parecía extraño.— Qué has averiguado?— Pearson tiene nuevos aliados. Aun no puedo dar que estas personas.— Llevas tiempo investigando! No pueden ser tan escurridizos!— Lo sé señor, pero solo tenemos sus nombres. Cuando intentamos dar con ellos volvemos a encontrar a las mismas personas.— Cuales son sus nombres?— Es una pareja, Sergio y Cristina. Aunque intentara tener más información siempre damos con los Peraya.— Intentaste conversar con ambos?— Mi informante dice que no sueltan prenda.— ¿Debo encargarme yo mismo?— Señor, Pearson tiene nuevas personas a su alrededor. Se ha vuelto imposible comprar a uno de los guardas o alguien que se encuentre lo suficientemente cerca.— No puede ser que aún no logre tener nada de ese maldito!— Señor, hay una cosa... Pearson tiene a u
— Señor, que piensa hacer? — Fue la pregunta de Albert deshaciendo el silencio que se había formado en el lugar.— Cuida de Edie. Dile a Boris que no permita que salga de la mansión. — Con la voz raspada Eric sabía que debía aceptar lo que Jack solicitaba sin resistirse.— Qué pasará con usted? Llevará a los demás?— No, no pondré en peligro a mi familia. Vuelve a la mansión y cumple mi orden.— Señor! ¡No lo dejaré solo!— Albert! Cumple con mi orden! Edie y mis pequeños deben de estar a salvo, aunque eso implique entregarme.— Señor, sabe que morirá si va solo.— De algo hay que morir, no? Mi vida tendrá valor si salvo a los que amo.— Sabe que el señor Edie no se detendrá!— Les ordeno que no permitan que dé un paso fuera de la mansión!— Señor...— Las llaves.— No! Llamaré a Boris!— Basta! Maldita sea! Las llaves! — Levanta la voz Eric extendiendo la mano abierta para que Albert le entregara las llaves del auto. — Por favor, cuida de los míos.Eric tomando las llaves en sus mano