No encontrar a Edie me volvía loco, buscarlo en toda la universidad y no hallarlo hacía que solo quisiera arrojar una bomba a este maldito lugar.Gavin seguía llorando en mis brazos y me dolía no poder consolarlo. Debía ser fuerte, no demostrar lo desesperado que me sentía.— Eric que haremos? — Me pregunta Clem con los ojos húmedos, sé que también está preocupado.— Encárgate de Gavin, llévalo a la mansión y cuídalo.— No! Yo quiero buscar a Edie! — Grita apartándose de mis brazos.— No hagas que mi preocupación sea mayor! Ve a la casa y quédate allí.— Yo también quiero ir. — Me decía con lágrimas.— Fiat, Eric tiene razón, tienes que estar en la mansión, yo iré contigo.— Edie, debe estar asustado. Mis hermanitos estarán bien, verdad? — Dios! Cómo hago para seguir pensando lo mismo. Debo descubrir quién tiene a Edie. Y se dónde ir primero.— Bruce, vienes conmigo. Albert ve con Clem y Gavin.— Si señor. — Responden ambos, mientras caminaba en dirección al auto oía como Gavin gritab
Aún me sentía mareado, no sé qué fue lo que me dieron pero siento mi cuerpo pesado, mis ojos seguían cerrados hasta que escucho unas voces no muy lejos de mí, como si discutieran.— La idea era que se durmiera para poder quitarlo de ese lugar sin que llamara la atención! No que pasara toda la tarde inconsciente! — Esa voz se me hacía conocida, todavía no estoy seguro si solo lo estoy soñando o en verdad se trataba de esa persona.— Solo fue una gota! Además! ¡Creo que subió de peso! — Esto es mucha coincidencia. Mientras las voces se hacían más entendidas y mis sentidos volvían a la normalidad, comienzo a abrir mis ojos.Para mi gran sorpresa se trataba de ellos, no podía creerlo.— Papá? Mamá? Por qué--— Hasta que por fin despiertas! Cómo se supone que llamaríamos a tu hombre!— Qué!? — Siento mis manos atadas a mi espalda y comienzo a incorporarme, el lugar era asqueroso, parecía una cueva de desechos, donde me encontraba si tenía suerte era un colchón viejo.— Estoy segura que to
El viaje fue tan largo que parecía que nunca llegaría, el hombre seguía manejando en silencio mientras nos íbamos acercando a la mansión.Una maldición sale de su boca haciendo que llamara mi atención.— Maldición! ¡Me has engañado! — Grita el hombre, dirijo mi mirada al frente, y se trataba de los hombres de Eric que se pusieron enfrente para detenerlo. Era obvio que no dejarían que ningún vehículo avanzará hasta la entrada de la mansión.— Solo no hagas nada. — Digo mientras intento abrir la puerta, pero el dolor en mis manos se hizo presente, pero logro hacerlo que al verme los hombres bajaron sus armas corriendo a mi dirección.— Por favor, puedes pagar lo que pida el hombre, y dale un poco más. — Digo a uno de ellos, este asiente quedando con el chofer mientras yo era llevado por otros hasta el auto que tenían en el lugar.Por fin podía sentirme un poco seguro, estar con los hombres de Eric de alguna manera me daba tranquilidad, sé que me están llevando a él.Uno de los hombres,
Al oír que traían a Edie en el auto, muchas cosas pasaban por mi mente, y una de ellas era que lo vería golpeado y magullado. Pero grande fue mi sorpresa al verlo bajar del auto. No puedo negar sentía enojo, pero también felicidad de verlo con bien. Se aproxima con los ojos brillosos deseando abrazarme pero mi enojo pudo más que lo detengo tomando su ropa con fuerza.— Dónde mierda estabas!? — Mi ira se hizo presente, estaba tan preocupado que algún enemigo lo haya secuestrado.— ¿Eric? — Susurró como si lo hubiera golpeado.— Cuándo mierda piensas madurar! Te he dicho que no salieras de aquí! Pero tú! Con tu capricho e inmadurez pones en riesgo todo! Si no te importa tu vida! Al menos piensa en mis hijos! — Sus ojos se abren más dejando caer sus lágrimas, pero mi enojo era tal que no me dejé compadecer por su llanto.— Tu-- tus hijos? — Y no me había dado cuenta de que eso pudo haber dañado sus sentimientos.— Eric, no seas duro! — Me reclama Clem, pero mis dedos presionan más fuerte
Amanecía y podía sentir cada minuto que pasaba, ni siquiera pude conciliar un sueño. Solo pensaba en Edie y en si habrá logrado descansar luego de todo el estrés encima.Decido salir de la cama, seguir sobre ella era estúpido, ni si insistiera tenía razón para descansar, debía esperar a que Clem me de respuestas de su investigación y conociéndome sé que habrá iniciado desde la noche a buscar recursos para descubrir dónde y quienes tuvieron a Edie.Luego de darme una ducha voy al comedor, Clara se encontraba alistando la mesa como cada mañana.— Buen día señor Eric. — Me saluda amable pero la notaba triste.— Clara, ¿Qué sucede?— El joven Gavin me había pedido que llevara al señor Edie el desayuno.— Eso es bueno, por qué llevas esa mirada?— Es que el señor Edie, acepto lo que había llevado, pero rechazó los dulces que le gustan, y también--— Dice dejando de hablar.— Qué? le dolía algo?— Me llamó por mi nombre... él desde que me vio aquí me ha llamado Majo, y en verdad comenzaba a
Cerrar mis ojos solo hacía que siguiera recreando los hechos de lo que había sucedido ese día, aunque intentaba pensar en otra cosa, nada venía a mi mente que me distrajera.Gavin no se apartaba de mi lado, incluso en las noches duerme en el sofá a un lado mío. Aunque insistía en que fuera a su habitación, seguía todo el tiempo en la mía. las comidas me traían, aunque no tenía ganas de comer, debía de cuidar de mis bebés, dejar de alimentarme no solo me castigaba a mí, sino también a mis pequeños, así que me obligaba a llevar cada bocado a mi boca.Donde me detenía a observar cada tarde era en la ventana, el aire que entraba era fresco acariciando mi rostro, mis manos seguían con vendas para que no me lastimara más de lo que ya estaba.— ¿No quieres ir al jardín? — Escucho la voz de Gavin detrás de mí.— No...— Puedes contarme lo que te pasó? Estoy preocupado, no quieres hablar con nadie más. — Su voz se oía triste, pero como podía consolarlo si ni siquiera yo lo tenía? No podía cont
Los días pasaban y aunque deseaba que Edie mejorara rápidamente, él simplemente no podía dejar de estar triste. Por las noches lo abrazaba fuerte mientras aún tenía esas pesadillas.Por fortuna, me ha dejado estar de nuevo a su lado. Cosa que me tenía aún pendiente es que su trato con los demás seguía siendo cortante. Todos se veían afectados por su cambio, y aunque al principio no quería aceptarlo, también se sentía raro que la mansión se mantuviera en silencio. Me recordaba a mi antigua vida, donde todo era sombrío y nadie mostraba reacción. La diferencia es que ya no trabajan con temor, pero no se los veía animados, las compras de Clara se redujeron y al parecer extrañaba hacer postres para Edie.— Bruce... — Lo llamo mientras se encontraba a un lado mío dentro del despacho.— Sí señor. — Me responde seriamente.— Por qué estás aquí y no junto con Edie.— No me quiere allí... — Responde aun sin mirarme, su porte era serio y no mostraba expresiones.— ¿Extrañas a Edie? — Pregunto,
Despertaba sin ganas de salir de la cama, aun me sentía, aunque la compañía de Eric y Gavin era constante, tenerlos cada segundo a mi lado me hacían sentir más aliviado. Acariciando la cama comienzo a buscar ese cuerpo cálido que me abrigaba con sus brazos.Abriendo mis ojos, noto que Eric no estaba a mi lado, una tristeza se apodera de mi pecho haciendo que me acurrucara entre las sábanas.— Papá! Sigues de perezoso? — me sorprende la voz de Gavin.— No tienes nada que hacer que venir y asustarme!— El día está muy bueno afuera, debes de disfrutarlo.— No quiero salir...— Crees que mis hermanitos querrán ver solo la oscuridad?— No quieras manipularme... no tengo ganas de salir...— Llevas muchos días encerrado, seguirás triste si no te das la oportunidad de disfrutar de un lindo día.— Gavin...— ¿Sí, papá? — Esto aún se siente extraño, pero es adorable como brillan sus ojos cuando lo dice.— Está bien, pero si es más aburrido estar fuera, volveremos...— Yes! — Lo veo festejar su