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Lucian entró por la puerta trasera de su castillo evitando así que el cuerpo desnudo de Aidan, que llevaba en sus brazos, fuera visible. La desnudez en ellos era algo tan normal como respirar, pero de alguna forma sentía que la vista de las curvas y la piel suave del lobo era solo de él. Subió la escalera con cuidado de no despertarlo.

Aidan dormía contra su cuello tranquilamente, parecía que había perdido el conocimiento en algún momento. Entró a su habitación y lo dejó sobre la cama. El ahora corto cabello se desparramó sobre la blanca almohada y no pudo evitar enredar sus dedos en la melena. Definitivamente sería algo que extrañaría mucho. Como que tendría que prohibirle cortarlo, aunque conociéndolo de seguro agarraría las tijeras solo por llevarle la contraria a él.

Buscó una toalla y secó las partes húmedas de sus cuerpos y después lo tapó con una colcha. Ni siquiera hizo el indicio de acostarse a su lado. Como alfa sabía que no tenía mucho tiempo libre. Como en ese momento en q
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