Nicki miró asustada hacia la puerta, Lío sonaba entre enojado y preocupado. Era extraño; de la pareja, Lucca era el que más sentimiento solía demostrar, el más extrovertido inclusive. A Lío jamás lo escuchó levantar la voz, aunque como bien decía Lucca, en la intimidad era otra cosa. Giró la cabeza y trató de levantarse, pero Dylan aún estaba sobre ella y parecía que la furia no era exclusiva de Lío. —Es Lío, algo debió haber pasado, levántate, por favor— se revolvió ella debajo de el.—¿Por qué? ¿quién es? — dijo, aún sin moverse un solo centímetro. Cómodo sobre ella. —Es mi amigo, ya muévete— empujó su pecho ella. Preocupada de que Lío cumpliera su promesa y derribara la puerta.Una vez que el hombre la soltó, ella se frotó y sacudió la ropa, acomodándosela. Tomó unas respiraciones rápidas y abrió la puerta con una gran y falsa sonrisa.—¡Lío! ¡qué sorpresa! ¿qué sucede? — preguntó, tratando de sonar tranquila. Nada mas alejado a la realidad.—¿Y cómo es eso de que tirarás la puer
Nicki volvió a la sala sonriendo, su amiga la sermoneó unos minutos, pero al tener su promesa de luego explicarle todo, se quedó mas tranquila. Vio a Dylan mirando distraido hacia el patio y tragó fuerte. Ese hombre alteraba su organismo, era demasiado apetecible para su propio bien. Luego de haber llamado a su amiga y decirle que se encontraba genial, que ya conocía al hombre con el que se fue, que no se preocupara y que luego iría a explicarle todo se acercó a Dylan por detrás, el tenía su vista dirigida a Lapita, quien estaba entretenido mordiendo una maceta. —Ya volví, hablé con Ali, por más que conversó con tu hermana, no estaba segura. Gi no le pudo decir gran cosa. ¿Ella no sabe toda la verdad no? —Ryan si lo sabe, mi hermana… no estoy seguro ¿por? —¿Sabes que te dije que seré tu novia, que actuaré como tu perfecta enamorada no? —Mmm…— no le gustaba la dirección que estaba tomando, parecía que en su discurso habría un pero bastante limitador. —Bien, bueno, yo… no puedo eng
Nicki miraba las calles florentinas, aunque lo intentara negar, se sentía sumamente nerviosa, hacer bromas tontas, mentir para hacer un chiste era una cosa, pero contar una historia romántica, ideal y totalmente falsa, eso era una mentira a toda regla. Sin embargo, había algo que la dejaba un poco contenta: sus tíos. Ellos estarían felices al saber que tenía pareja y que se trataba de una relación seria, sólida. Que ella estuviese sola, que no se comprometiera a largo plazo con los hombres los tenía tristes, según ellos ella evitaba las relaciones serias como un modo de castigo, por lo que sucedió años atrás con André. Odiaba que tuviesen razón, pero era mas fuerte que ella. Estropeaba o los dejaba cuando comenzaba a sentir algo mas profundo. Si, estaba segura de que sus tíos estarían por demás alegres. —¿Tú serás quien se encargue de contar la historia si? tenemos que ser lo más creíbles posible— comentó, interrumpiendo sus propias cavilaciones.—Exacto, así que cuando me acerque a
Nicki y Dylan iban hacia la casa de los tíos de ella. En esta oportunidad, Dylan pudo observar que ella estaba aún más nerviosa, si eso era posible. No se la imaginaba así de insegura y desconfiada con lo que pudiera pasar, podría apostar que no le temía a nada ni a nadie. Que ella solita se bastaba. Pero no, allí estaba ella, a segundos de temblar.—¡Hey! Tranquila… ¿tus tíos no son ogros verdad? —No, pero harán muchas preguntas. No sé si quiero ir, ¿qué te parece si regresamos a mi casa y ordenamos nuestras ideas? — dijo ella en una súplica.—Vamos Nicki… no me digas que quieres ir por la salida fácil… no te imaginaba una cobarde.—¿Disculpa? — se envaró ella — ¿yo? ¿cobarde? ¡ja! Ya quisieras…—¿Entonces? — la desafió el, deteniendo el coche a un costado— ¿qué haremos?—Pues continúa— dijo entre dientes, removiéndose incómoda en el asiento.—Claro…— se jactó el de su estrategia.Dylan le hizo preguntas a Nicki sobre sus tíos, ella le explicó que si con su tío hablaba de vinos o al
—Eso mismo— la miró de reojo— me quedaré en tu casa. Mañana nos mudaremos a una casa mas grande. Lo tengo cubierto.—¡Oye! ¿de qué estás hablando? ¡no te quedarás en mi casa! ¡y mucho menos nos mudaremos juntos! — rebatió ella mirándolo anonadada—Estuviste de acuerdo en hacerte pasar como mi fiel y enamorada novia. ¿Cómo alguien se creerá lo nuestro si mientras estamos en el mismo país, en la misma ciudad, vivimos cada uno en un lugar diferente?—Pues— si lo decía así, parecía lógico— podrías preguntar, en lugar de dar por hecho que aceptaré todo lo que digas. ¿Nunca se te negó nada verdad? — lo miró inquisitiva—Estoy acostumbrado a tomar decisiones. Tal vez debí comentarte lo que haríamos— medió el, para darle un poco de gusto.—¿Tal vez? No pienses que porque dije que actuaría como tu novia, tu serás mi jefe. Somos socios en esto, compréndelo— golpeó el puño en su muslo—¿Y por qué me atacas? ¿estás nerviosa porque dormiremos juntos?.—No te ataco, solo ... debato. Y ja, ja...— se
Nicki sentía pequeños besos en la mejilla, en el cuello. Intentó abrir los ojos, pero estaba tan relajada que solo quería disfrutar del calor y placer que le estaban dando. Aspiró y sintió un aroma masculino, se acurrucó, atraída por su toque. Quería disfrutar de ese maravilloso sueño, aunque solo fuera eso, un sueño.Escuchó que ese delicioso espécimen le murmuraba algo en el oído, y le mordía, dicho sea de paso. No entendió, ni quiso hacerlo. Solo sonrió y a tientas, se encontró besando y deleitándose del sabor de Dylan. Si era un sueño, podía hacer lo que deseara. Comenzó a gemir, ansiosa por el. Segundos después, la luz que entraba por la ventana le obligó a abrir los ojos y se dio cuenta de algo. No era un sueño. Estaba en su habitación y Dylan estaba a su lado, sosteniendo su cintura y hundiendo el rostro en su cuello. Jadeó, sorprendida y asustada por encontrarse allí, arrimada y anhelante por el.—Mmm italiana… estas bonita hasta cuando despiertas— continuó el con su acometid
Nicki salió de la casa, dejó mas o menos organizado lo que quería que los de la mudanza se llevasen. Era raro mudarse, hace tan poco había comenzado a vivir allí, a acostumbrarse al lugar, que ahora nuevamente debería adaptarse a otro. Bueno, solo serían tres meses, pero ya era algo. Sería un cambio, tanto para ella como para Lapita. Dylan le convenció al decirle que había un gran patio para Lapita. Lapita era como un hijo para ella. Lo adoraba, en el poco tiempo que estaban juntos no podía imaginarse una vida sin él. Por eso mismo, cada vez le costaba mas salir de la casa y dejarlo solo. Tendría que ir a algún refugio y adoptar un hermanito para Lapita. Es más, en ese mismo instante, lo llevaba en el coche, mientras los de la mudanza llevaban todo. Tal vez, sin querer podrían dejarlo salir. No resistiría si algo le pasase. Lo primero que hizo fue ir con su moto al garaje donde tenía su auto y luego volver y buscar a Lapita. Llegaron a la casa de Alina. Tocó el timbre y una vez que
Ya habían pasado unos días, en tan solo unas horas sería la boda de Gina y Ryan.Dylan estaba con su hermana, en la habitación de ella. Gina se veía hermosa, sus ojos brillaban de la emoción. El también lo estaba, su hermana pequeña se casaría, y con su mejor amigo, no la confiaría a ningún otro hombre. Ryan la amaba a ella y a los niños por sobre todas las cosas. Maia dormía plácidamente en la habitación de al lado, Marco, por otro lado, seguía a su madre, mirándolo embobado. Ese niño era una bendición para la pareja.El se levantó y agarró al pequeño, le hizo carantoñas en la barriguita y disfrutó su melodiosa risa.—¡Tío! ¡tío! ¡no más! ¡pipí! ¡me hago pipí! — se revolvió en sus brazos Marco—No queremos que suceda eso. Estás hecho un galán como para que estropeemos tu ropa— dijo el, alagando lo formal que vestía. Llevaba un smoking que le quedaba precioso. Sería él quien llevaría los anillos. Marco le sonrió y lo abrazó fuerte. Ese niño era la dulzura personificada. Había perdido