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Ah, se iba a volver loca.

Xana realmente no entendía que estaba pasando últimamente en su vida. Y mucho menos ahora donde su vida se había resumido a comer, limpiarse en el estanque de aquella cueva, tener sexo y dormir agotada y con el vientre hinchado sobre su cuerpo peludo. Eso… durante los últimos tres días.

Y estaba tan agotada que apenas podía mover su cuerpo sobre la bestia durmiente debajo de ella que a diferencia de antes no había abierto ojo junto con ella para follarla nuevamente y no había el peculiar olor tan intenso como había estado a su alrededor.

Suspiró. Lo peor de todo aquello era su facilidad para adaptarse, como si fuera natural. Incluso el rechazo hacia aquella bestia era infinitamente menos que por ejemplo hacia Remy. A ese no lo quería ver ni en pintura, en cambio, al lobo que dormía con su cabeza sobre sus muslos era como si algo más grande lo enlazaba a él… aparte de la clase marca que le había hecho en su nuca.

Eso había dolido.

Por no mencionar las que tení
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