CAPÍTULO 45: COMPLICACIONESLoganLa noche se percibe sofocante mientras bajo de la camioneta, dejo a Savannah dentro, pero no puedo evitar mirarla por el espejo retrovisor. Se ve realmente hermosa en ese vestido de novia, aunque, al mismo tiempo me hace revolver el estómago de solo pensar que no lo lleva puesto para casarse conmigo. Verla vestida de blanco hace que algo se retuerza en mi interior. Miro hacia adelante y camino con pasos pesados hacia el mini market, tratando de aclarar mis pensamientos.El sonido de la puerta automática se mezcla con el zumbido de la nevera y el eco de los ventiladores. Mis botas se escuchan en el suelo de baldosas mientras me dirijo a la sección de embutidos. Tomo una bandeja y la observo sin realmente verla. Mi mente sigue atrapada en la imagen de Savannah, en cómo nuestros cuerpos se buscaron y encontraron hace poco, en cómo aun no soy capaz de admitir lo que sigo evitando decirme a mí mismo, no obstante, ella es la madre de mi hijo, y no voy a dej
CAPÍTULO 46: PRISIÓN DE OROSavannahEstoy gritando como loca para evitar que mi padre me empuje al auto, golpeo el asiento con ambas manos y lanzo maldiciones al aire mientras él me fuerza a entrar y por más que pateo la puerta, su físico me sobrepasa. Logra cerrarla y el chofer pone los seguros automáticos para evitar que me escape de nuevo. Mi cabeza está llena de ira y confusión, juro que estoy al borde del colapso. Pero entre grito y grito, algo me hace detenerme. Una sensación extraña a mis espaldas. Giro la cabeza hacia atrás y ahí está. William.Mi corazón se detiene un segundo, antes de comenzar a latir con fuerza.—¡William! —exclamo—, ¡Déjame ir, por favor!Él no responde. Antes de que pueda seguir gritando o hacer algo, su mano se lanza hacia mí con una rapidez que no esperaba y acto seguido siento un dolor agudo en mi cuello.—¡William, qué…! —comienzo a gritar, pero las palabras se me escapan cuando una pesadez insoportable comienza a invadirme.Mis brazos pierden fuerza
CAPÍTULO 47: UNA NOCHE EN LA CÁRCELLoganEstoy sentado en una silla de metal fría, en una habitación aún más fría, con las manos esposadas frente a mí. Los oficiales entran y salen, me hacen preguntas que no respondo. Mi mente está en otro lado: Savannah. ¿Qué le estará haciendo ese desgraciado de su padre? Se la llevó antes de que pudiera arreglar las cosas con ella, pero sé muy bien que, a pesar de que esté enojada conmigo, lo último que desea es estar sometida bajo el yugo del dictador que es Richard Davenport.Cuando uno de los oficiales me empuja hacia el mostrador para procesarme, pienso en cómo llegué aquí. No debería haber pasado. Savannah subió a ese caballo por su propia voluntad, porque no quería casarse con el imbécil de William, y mucho menos iba a permitirlo después de haber escuchado lo que escuché. Pero ahora estoy metido hasta el cuello en problemas.De repente, la puerta principal de la comisaría se abre y entra Melanie acompañada de Tristan Veiga. Sonrío en automát
CAPÍTULO 48: GRITOS DE AUXILIOSavannahMe quedo en silencio procesando las palabras que acaba de decir William. Pensé que era un amigo, que me entendería o que podría contar con él, pero ahora me doy cuenta de que no. De nuevo me precipité a asumir una idea de su persona solo por cómo se ve y su posición económica.—¿De verdad quieres casarte conmigo después de lo que pasó?—Estoy dispuesto a asumir el problema, si te casas conmigo puedo protegerte Savannah.—No, eso es una locura. No puedo… no quiero casarme contigo. Te lo dije desde un principio William, lo sabías. Es mejor dejar las cosas así.William suspira, se frota las sienes, pero luego voltea y me sonríe.—No te obligaré a nada, Savannah. Pero sin tu compromiso, no puedo convencer a tu padre de que te deje salir de ahí.—Esto es un chantaje —murmuro.—No lo es. Al menos, no de mi parte. Te lo aseguro. Solo intento salvarte Savannah, confía en mí. Si cambias de opinión estaré esperándote arriba.El sonido de los pasos de Will
CAPÍTULO 49: ENFRENTARME A TODA SU FAMILIALoganEl sol ya se encuentra en su apogeo cuando me acerco a la mansión de los Davenport con el corazón latiendo como un tambor de guerra. El día está en calma, pero mi mente no lo está. En algún lugar dentro de esas paredes está Savannah, y no me iré sin ella.Empujo las pesadas puertas de la mansión de los Davenport con fuerza, tanto que retumban contra las paredes. Mi voz resuena por los pasillos como un rugido.—¡Savannah!La elegancia del lugar, con sus candelabros brillando sobre mármol impecable no me intimida. Estoy ardiendo de ira y no me importa quién esté mirando.De inmediato los empleados comienzan a aparecer, algunos desde las puertas laterales, otros bajan apresuradamente por la gran escalera central. Todos lucen desconcertados, pero uno de ellos, un hombre de mediana edad con un aire de autoridad da un paso adelante.—No tiene derecho a estar aquí —dice con voz grave, pero contenida.Lo ignoro por completo y alzo la voz aún má
CAPÍTULO 50: INTERÉSSavannahPuedo escuchar los gritos a través de la pared del sótano, pero las palabras no llegan claras. Mi corazón late tan rápido que siento que va a salirse de mi pecho. Me acerco a la puerta de madera gruesa, pegando mi oreja contra ella, intentando captar algo más que murmullos distorsionados. ¿Qué está pasando allá arriba? ¿Quién está gritando? El tiempo parece estirarse como una cuerda a punto de romperse.Después de unos minutos que se sienten como una eternidad, el silencio regresa. Esa calma, lejos de tranquilizarme, me llena de una ansiedad nueva. ¿Qué significa? ¿Es bueno o malo? Mi mente salta de una posibilidad a otra, pero no llego a ninguna conclusión que me dé algo de paz.Por un momento tengo la esperanza de que Logan abriera esa puerta y me sacase de aquí, pero transcurren cinco, luego diez, veinte minutos y eso no sucede…—No puedo quedarme aquí esperando —digo para mí misma.Esa certeza se instala en mi pecho, como un fuego lento. Logan podría
CAPÍTULO 51: NEGOCIANDO CON EL MONSTRUOSavannahEl aire en la cocina es sofocante. Mis manos tiemblan sobre la mesa mientras William se apoya en la puerta, bloqueando mi salida. Su rostro mantiene esa expresión de falsa amabilidad que tanto odio.—No puedes salir de aquí hasta que él se haya ido —dice con un tono tranquilo, pero su postura rígida traiciona su nerviosismo.—¿Por qué haces esto? —pregunto.—Por tu bien, Savannah. Ese hombre no es lo que crees. Solo te va a arrastrar más profundo al caos. Entiende que tu padre solo aceptó casarte con él para obtener sus tierras. Ahora que ya tiene lo que quiere, no necesita que sigas sacrificándote con ese granjero.Quiero gritarle que se calle, que no sabe nada, pero no puedo arriesgarme a que él o mi padre descubran lo que estoy planeando. Respiro hondo y espero. El sonido del motor de un auto alejándose me confirma que Logan se ha ido.—¿Contento? —le digo con sarcasmo al tiempo que me levanto de la silla. William no responde, pero s
CAPÍTULO 52: CONFESIÓNLoganLa veo tambalearse frente a mí, tan frágil como nunca la había visto. Intenta alejarse, pero sus piernas apenas responden. Antes de que caiga, la sujeto con cuidado, como si el más leve movimiento pudiera romperla.—¡Savannah! ¿Estás bien?—No necesito tu ayuda. Ni tu protección —espeta con una voz rota, pero todavía cargada de esa resistencia que la define.Me quedo arrodillado frente a ella, le sostengo con una mano mientras con la otra saco mi teléfono.—Entonces solo mira.Me siento frente a ella, dejando que el espacio entre nosotros sea mínimo. Busco el mensaje de texto en mi teléfono y se lo muestro.—Lee esto.Ella desvía la mirada al principio, pero después sus ojos se posan en la pantalla. Ve el mensaje que Richard me envió: "Tendrás otra oportunidad de reconsiderar mi oferta. No rechaces lo que podría salvarte la vida."Sus ojos se agrandan, y por un momento parece confundida. Luego me mira directamente con la incredulidad surcando su expresión