CAPÍTULO 44: EL CIELO Y EL INFIERNOSavannahEl aire se carga de una electricidad que hace que cada uno de mis sentidos se despierte al máximo. El roce de sus dedos en mi piel desnud4 es como una descarga que envía oleadas de calor por todo mi cuerpo. Mi corazón late tan rápido que siento que podría romperse. Mientras Logan me mira, sus ojos no tienen ni rastro de la dureza habitual; hay algo más, algo vulnerable que nunca le había visto antes. Su respiración es errática, y por un momento, creo ver la duda atravesarle el rostro, como si se preguntara si esto está bien, si yo realmente lo quiero.Pero no dejo espacio para que esas preguntas se formulen. Mis manos encuentran su cuello y lo atraigo hacia mí, buscando en él una confirmación de lo que ambos estamos sintiendo, una necesidad que arde en mi interior y que solo él puede apagar. El calor de su cuerpo contra el mío es reconfortante y estimulante al mismo tiempo.—Savannah… —susurra contra mis labios, y el sonido es tan íntimo, t
CAPÍTULO 45: COMPLICACIONESLoganLa noche se percibe sofocante mientras bajo de la camioneta, dejo a Savannah dentro, pero no puedo evitar mirarla por el espejo retrovisor. Se ve realmente hermosa en ese vestido de novia, aunque, al mismo tiempo me hace revolver el estómago de solo pensar que no lo lleva puesto para casarse conmigo. Verla vestida de blanco hace que algo se retuerza en mi interior. Miro hacia adelante y camino con pasos pesados hacia el mini market, tratando de aclarar mis pensamientos.El sonido de la puerta automática se mezcla con el zumbido de la nevera y el eco de los ventiladores. Mis botas se escuchan en el suelo de baldosas mientras me dirijo a la sección de embutidos. Tomo una bandeja y la observo sin realmente verla. Mi mente sigue atrapada en la imagen de Savannah, en cómo nuestros cuerpos se buscaron y encontraron hace poco, en cómo aun no soy capaz de admitir lo que sigo evitando decirme a mí mismo, no obstante, ella es la madre de mi hijo, y no voy a dej
CAPÍTULO 46: PRISIÓN DE OROSavannahEstoy gritando como loca para evitar que mi padre me empuje al auto, golpeo el asiento con ambas manos y lanzo maldiciones al aire mientras él me fuerza a entrar y por más que pateo la puerta, su físico me sobrepasa. Logra cerrarla y el chofer pone los seguros automáticos para evitar que me escape de nuevo. Mi cabeza está llena de ira y confusión, juro que estoy al borde del colapso. Pero entre grito y grito, algo me hace detenerme. Una sensación extraña a mis espaldas. Giro la cabeza hacia atrás y ahí está. William.Mi corazón se detiene un segundo, antes de comenzar a latir con fuerza.—¡William! —exclamo—, ¡Déjame ir, por favor!Él no responde. Antes de que pueda seguir gritando o hacer algo, su mano se lanza hacia mí con una rapidez que no esperaba y acto seguido siento un dolor agudo en mi cuello.—¡William, qué…! —comienzo a gritar, pero las palabras se me escapan cuando una pesadez insoportable comienza a invadirme.Mis brazos pierden fuerza
CAPÍTULO 47: UNA NOCHE EN LA CÁRCELLoganEstoy sentado en una silla de metal fría, en una habitación aún más fría, con las manos esposadas frente a mí. Los oficiales entran y salen, me hacen preguntas que no respondo. Mi mente está en otro lado: Savannah. ¿Qué le estará haciendo ese desgraciado de su padre? Se la llevó antes de que pudiera arreglar las cosas con ella, pero sé muy bien que, a pesar de que esté enojada conmigo, lo último que desea es estar sometida bajo el yugo del dictador que es Richard Davenport.Cuando uno de los oficiales me empuja hacia el mostrador para procesarme, pienso en cómo llegué aquí. No debería haber pasado. Savannah subió a ese caballo por su propia voluntad, porque no quería casarse con el imbécil de William, y mucho menos iba a permitirlo después de haber escuchado lo que escuché. Pero ahora estoy metido hasta el cuello en problemas.De repente, la puerta principal de la comisaría se abre y entra Melanie acompañada de Tristan Veiga. Sonrío en automát
CAPÍTULO 48: GRITOS DE AUXILIOSavannahMe quedo en silencio procesando las palabras que acaba de decir William. Pensé que era un amigo, que me entendería o que podría contar con él, pero ahora me doy cuenta de que no. De nuevo me precipité a asumir una idea de su persona solo por cómo se ve y su posición económica.—¿De verdad quieres casarte conmigo después de lo que pasó?—Estoy dispuesto a asumir el problema, si te casas conmigo puedo protegerte Savannah.—No, eso es una locura. No puedo… no quiero casarme contigo. Te lo dije desde un principio William, lo sabías. Es mejor dejar las cosas así.William suspira, se frota las sienes, pero luego voltea y me sonríe.—No te obligaré a nada, Savannah. Pero sin tu compromiso, no puedo convencer a tu padre de que te deje salir de ahí.—Esto es un chantaje —murmuro.—No lo es. Al menos, no de mi parte. Te lo aseguro. Solo intento salvarte Savannah, confía en mí. Si cambias de opinión estaré esperándote arriba.El sonido de los pasos de Will
CAPÍTULO 49: ENFRENTARME A TODA SU FAMILIALoganEl sol ya se encuentra en su apogeo cuando me acerco a la mansión de los Davenport con el corazón latiendo como un tambor de guerra. El día está en calma, pero mi mente no lo está. En algún lugar dentro de esas paredes está Savannah, y no me iré sin ella.Empujo las pesadas puertas de la mansión de los Davenport con fuerza, tanto que retumban contra las paredes. Mi voz resuena por los pasillos como un rugido.—¡Savannah!La elegancia del lugar, con sus candelabros brillando sobre mármol impecable no me intimida. Estoy ardiendo de ira y no me importa quién esté mirando.De inmediato los empleados comienzan a aparecer, algunos desde las puertas laterales, otros bajan apresuradamente por la gran escalera central. Todos lucen desconcertados, pero uno de ellos, un hombre de mediana edad con un aire de autoridad da un paso adelante.—No tiene derecho a estar aquí —dice con voz grave, pero contenida.Lo ignoro por completo y alzo la voz aún má
CAPÍTULO 50: INTERÉSSavannahPuedo escuchar los gritos a través de la pared del sótano, pero las palabras no llegan claras. Mi corazón late tan rápido que siento que va a salirse de mi pecho. Me acerco a la puerta de madera gruesa, pegando mi oreja contra ella, intentando captar algo más que murmullos distorsionados. ¿Qué está pasando allá arriba? ¿Quién está gritando? El tiempo parece estirarse como una cuerda a punto de romperse.Después de unos minutos que se sienten como una eternidad, el silencio regresa. Esa calma, lejos de tranquilizarme, me llena de una ansiedad nueva. ¿Qué significa? ¿Es bueno o malo? Mi mente salta de una posibilidad a otra, pero no llego a ninguna conclusión que me dé algo de paz.Por un momento tengo la esperanza de que Logan abriera esa puerta y me sacase de aquí, pero transcurren cinco, luego diez, veinte minutos y eso no sucede…—No puedo quedarme aquí esperando —digo para mí misma.Esa certeza se instala en mi pecho, como un fuego lento. Logan podría
CAPÍTULO 1: EL DÍA QUE TODO CAMBIÓSavannahVoy sentada en el asiento trasero de mi auto, mirando mi reflejo en el espejo de mano mientras mi chofer conduce en silencio. El sol de Texas brilla a través de las ventanas y me hace entrecerrar los ojos. Llevo unos lentes de sol enormes, por supuesto, pero incluso eso no basta para contrarrestar el brillo molesto de este día interminable.—¡Ey tú! ¿Puedes acelerar un poco? —le digo. Estoy harta de este viaje. Apenas puedo concentrarme en revisar mi cuenta de 1nstagram con tantos baches y vibraciones.—Estamos yendo a la velocidad máxima permitida, señorita Davenport —responde Robert con esa calma irritante que me saca de quicio.—¡Ay, por Dios! No puede ser tan difícil ir un poquito más rápido, ¿o sí? Además, el aire acondicionado está demasiado bajo. ¿Quieres que me derrita aquí? —me quejo.Robert no responde, pero puedo ver sus nudillos apretándose en el volante. Por supuesto que no va a contestarme, sabe que tengo razón. Siempre la teng