CAPÍTULO 48: GRITOS DE AUXILIOSavannahMe quedo en silencio procesando las palabras que acaba de decir William. Pensé que era un amigo, que me entendería o que podría contar con él, pero ahora me doy cuenta de que no. De nuevo me precipité a asumir una idea de su persona solo por cómo se ve y su posición económica.—¿De verdad quieres casarte conmigo después de lo que pasó?—Estoy dispuesto a asumir el problema, si te casas conmigo puedo protegerte Savannah.—No, eso es una locura. No puedo… no quiero casarme contigo. Te lo dije desde un principio William, lo sabías. Es mejor dejar las cosas así.William suspira, se frota las sienes, pero luego voltea y me sonríe.—No te obligaré a nada, Savannah. Pero sin tu compromiso, no puedo convencer a tu padre de que te deje salir de ahí.—Esto es un chantaje —murmuro.—No lo es. Al menos, no de mi parte. Te lo aseguro. Solo intento salvarte Savannah, confía en mí. Si cambias de opinión estaré esperándote arriba.El sonido de los pasos de Will
CAPÍTULO 49: ENFRENTARME A TODA SU FAMILIALoganEl sol ya se encuentra en su apogeo cuando me acerco a la mansión de los Davenport con el corazón latiendo como un tambor de guerra. El día está en calma, pero mi mente no lo está. En algún lugar dentro de esas paredes está Savannah, y no me iré sin ella.Empujo las pesadas puertas de la mansión de los Davenport con fuerza, tanto que retumban contra las paredes. Mi voz resuena por los pasillos como un rugido.—¡Savannah!La elegancia del lugar, con sus candelabros brillando sobre mármol impecable no me intimida. Estoy ardiendo de ira y no me importa quién esté mirando.De inmediato los empleados comienzan a aparecer, algunos desde las puertas laterales, otros bajan apresuradamente por la gran escalera central. Todos lucen desconcertados, pero uno de ellos, un hombre de mediana edad con un aire de autoridad da un paso adelante.—No tiene derecho a estar aquí —dice con voz grave, pero contenida.Lo ignoro por completo y alzo la voz aún má
CAPÍTULO 50: INTERÉSSavannahPuedo escuchar los gritos a través de la pared del sótano, pero las palabras no llegan claras. Mi corazón late tan rápido que siento que va a salirse de mi pecho. Me acerco a la puerta de madera gruesa, pegando mi oreja contra ella, intentando captar algo más que murmullos distorsionados. ¿Qué está pasando allá arriba? ¿Quién está gritando? El tiempo parece estirarse como una cuerda a punto de romperse.Después de unos minutos que se sienten como una eternidad, el silencio regresa. Esa calma, lejos de tranquilizarme, me llena de una ansiedad nueva. ¿Qué significa? ¿Es bueno o malo? Mi mente salta de una posibilidad a otra, pero no llego a ninguna conclusión que me dé algo de paz.Por un momento tengo la esperanza de que Logan abriera esa puerta y me sacase de aquí, pero transcurren cinco, luego diez, veinte minutos y eso no sucede…—No puedo quedarme aquí esperando —digo para mí misma.Esa certeza se instala en mi pecho, como un fuego lento. Logan podría
CAPÍTULO 1: EL DÍA QUE TODO CAMBIÓSavannahVoy sentada en el asiento trasero de mi auto, mirando mi reflejo en el espejo de mano mientras mi chofer conduce en silencio. El sol de Texas brilla a través de las ventanas y me hace entrecerrar los ojos. Llevo unos lentes de sol enormes, por supuesto, pero incluso eso no basta para contrarrestar el brillo molesto de este día interminable.—¡Ey tú! ¿Puedes acelerar un poco? —le digo. Estoy harta de este viaje. Apenas puedo concentrarme en revisar mi cuenta de 1nstagram con tantos baches y vibraciones.—Estamos yendo a la velocidad máxima permitida, señorita Davenport —responde Robert con esa calma irritante que me saca de quicio.—¡Ay, por Dios! No puede ser tan difícil ir un poquito más rápido, ¿o sí? Además, el aire acondicionado está demasiado bajo. ¿Quieres que me derrita aquí? —me quejo.Robert no responde, pero puedo ver sus nudillos apretándose en el volante. Por supuesto que no va a contestarme, sabe que tengo razón. Siempre la teng
CAPÍTULO 2: UN TRATO INTERESANTELoganEstoy de pie junto a mi camioneta, mirando la abolladura que esa mocosa le hizo al chocar su auto contra el mío. Mi mandíbula está tan apretada que siento los dientes rechinar. La camioneta es una de las pocas cosas que me quedan de mi padre, y verla así, maltratada por culpa de una niña rica, me llena de rabia. No puedo creer la falta de respeto con la que me trató, como si yo fuera un insecto bajo sus pies. Y luego se va riendo, como si todo esto fuera una broma.Respiro hondo, intentando calmarme. Podría seguirla y hacer que pague por el daño, pero sería perder mi tiempo y, francamente, no tengo paciencia para tratar con alguien como ella. Tengo cosas más importantes en qué pensar. Justo cuando estoy por subirme a la camioneta para ir a casa, mi celular suena en el bolsillo.—¿Qué? —respondo de forma cortante, sin siquiera mirar la pantalla.—¿Es Logan Carter? —pregunta una voz formal al otro lado de la línea.—Sí, ¿quién lo pregunta?—Richard
CAPÍTULO 3: ENTRE LA ESPADA Y LA PAREDSavannahCamino de un lado a otro en el pasillo fuera de la oficina de mi padre con el corazón acelerado. Pero eso no es lo que más me molesta en este momento. No, lo que me tiene al borde de un ataque de nervios es ese hombre. ¡El maldito hombre con el que choqué esta mañana!, no tengo duda de que vino a acusarme por lo del choque. ¿Cómo se atreve? Nadie me había confrontado nunca por algo tan insignificante, y menos alguien que no puede permitirse arreglar su destartalada camioneta.¿Qué le habrá dicho a papá? ¿Habrá intentado hacerme quedar mal? Estoy segura de que lo hizo. Y lo peor es que mi padre seguramente le dará la razón, como siempre hace con todos, excepto conmigo. Maldigo entre dientes y sigo caminando de un lado a otro, sin atreverme a entrar.Veo la puerta de la oficina abrirse, y él sale. Me paralizo por un momento, intentando no hacer ruido, y me escondo tras una columna antes de que me vea. Su paso firme y relajado me irrita. ¿Q
CAPÍTULO 4: MATRIMONIO CON EL BRUTOSavannahEstoy parada frente a la puerta de la casa de mi padre con dos gatitos en los brazos, sintiendo que la decisión que acabo de tomar me aplasta. He llegado a esto, a tener que mendigar mi lugar en la familia a cambio de casarme con un hombre que no conozco. Un hombre al que ni siquiera soporto. Pero ya no hay vuelta atrás, no después de haber sido expulsada del hotel, de que todas mis amigas me dieran la espalda.Los dos pequeños gatitos, que encontré abandonados en la calle, se revuelven en mis brazos, como si sintieran mi nerviosismo. Respiro hondo y toco el timbre. Papá me abre la puerta, con una sonrisa triunfante en el rostro.—Has vuelto —dice sin sorpresa alguna.—Voy a hacerlo —respondo, casi sin aliento. Alzo la barbilla, intentando mantener lo poco que me queda de orgullo—. Me casaré con Logan Carter si eso significa que recuperaré mi dinero y mi estatus.La sonrisa de papá se ensancha, satisfecho. Me hace un gesto para que entre a
CAPÍTULO 5: FAMILIA ORDINARIASavannahEl sol está en lo más alto cuando llego al lugar de la ceremonia. Las tierras de Logan parecen interminables, vastos campos que no tienen fin. A pesar de que intento mantener la calma, cada fibra de mi ser está a punto de explotar. Me repito que todo esto es temporal, que pronto lo tendré todo de nuevo, pero eso no hace que esta pesadilla sea más fácil de soportar.La familia de Logan ya está allí reunida cerca del pequeño arco que han preparado para la ceremonia. En cuanto los veo, un nudo se forma en mi estómago. Son demasiados, y todos parecen tan... normales. No, peor que eso: chabacanos y ordinarios.Lo primero que noto es que Logan tiene cuatro hermanos. Los dos mayores deben tener alrededor de veintiocho y veintiséis años. Se parecen a él: altos, robustos, con una actitud tosca y despreocupada que me recuerda que no estoy en mi mundo. Luego veo a sus dos hermanas: una adolescente de diecisiete años que no para de hablar con la más pequeña,